El sistema aún está en un proceso de llenado que demandaría como mínimo una semana más y luego comenzaría a fluir el gas.
El impacto real que tendrá el gasoducto Néstor Kirchner en el sistema energético nacional se observará cuando finalice la etapa de llenado y comience la de transporte en aproximadamente una semana más.
El titular de ENARSA, Agustín Gerez, confirmó que debido a procesos técnicos el proceso de llenar el gasoducto estará técnicamente concluido entre el 18 y 19 de julio.
“Si bien el gas ya está dentro del caño y está fluyendo hay que completarlo y allí se inicia la etapa del transporte que será cuándo efectivamente el gas fluya hacia Buenos Aires”, explicó el funcionario.
Ese flujo se producirá a través de la conexión al ducto NEUBA II que es el que actualmente lleva el gas a la región metropolitana.
El volumen de gas que entregará el nuevo gasoducto estará ligado al nivel de consumo que para esa época tenga la zona y se verá reflejado en las planillas de despacho de carga que diariamente informa el ENARGAS. Actualmente no se registran movimientos.
En diálogo con este medio, el ex secretario de Energía, Daniel Montamat, mostró prudencia con respecto a los anuncios oficiales.
“Yo tengo mis dudas porque me parece que aún hay detalles técnicos que están faltando. En la cancha se ven los pingos”, señaló Montamat cuando fue consultado sobre la factibilidad de cumplimiento de los plazos informados.
“¿Porque hay tanta gente que sospecha? Porque en la anterior ‘administración K’ se proyectó el gasoducto GENEA para traer gas de Bolivia, dijeron que iba a estar en 2006 se fueron en el 2015 y no estaba listo porque no había gas Bolivia y ahora está sin terminar”, subrayó Montamat.
De todas formas, sostuvo que: “Hay un dato objetivo ya que Si frente al pico de demanda que establece el frío pasan los millones de metros cúbicos para los que fue hecho el gasoducto desde Tratayén hasta Saliqueló, mejor para todos los argentinos.
Si esto no es así empezaremos a ver nuevamente algunos cortes”.
Según los cálculos, y dado que se aproxima la época con picos de demanda, el volumen de gas entregado debiera ser de 11 millones de m3 por día.
En caso que por razones climáticas cayera el consumo de gas, entonces el flujo sería el equivalente a completar la capacidad de transporte del Neuba II, ya que aún no existe la posibilidad de almacenar el gas que se extrae de Vaca Muerta.
En esta etapa está previsto el suministro para consumo interno, pero el próximo paso es la construcción de dos plantas compresoras –una en Tratayén y otra en Saliqueló- para aumentar la capacidad de transporte a 21 millones de m3- y abastecer al AMBA y a Bahía Blanca, añadiendo la posibilidad de exportación.
Las dudas sobre el real estado de la obra se dispararon luego de la inauguración oficial que se realizó el pasado domingo 9 de julio, al circular una serie de fotografías sobre un supuesto caño sin conexión.
Tras la repercusión que tuvo la imagen la secretaría de Energía, Flavia Royón admitió que la apertura de la válvula que hicieron al unísono el presidente, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, fue “simulada” para llevar adelante el acto protocolar.
Cabe apuntar que este tipo de aperturas simuladas es habitual en este tipo de inauguraciones ya que la habilitación de estos procesos debe realizarse bajo estrictas normas de seguridad.
Sobre la imagen que desató la polémica, especialistas explicaron que “es una trampa de escape, que en este caso están aproximadamente cada 60 km. Las conexiones por donde pasa el gas están enterradas. Estas trampas sirven para poder manipular herramientas dentro del caño para limpiarlo o inspeccionarlo”.
Según explicó Gerez, desde el punto de vista económico este año el gasoducto permitirá un ahorro de U$S 2.200 millones, aunque en rigor a la verdad.
La secretaría de Energía evitó precisar si estas estimaciones –que se promueven desde el inicio de la construcción del caño- están calculadas desde la supuesta puesta en marcha -20 de junio- o en realidad desde el día en que efectivamente comenzará a despacharse el gas. La diferencia no es menor: un mes en una época de alto consumo.
Por otra parte, cabe recordar que, en base a este supuesto ahorro, el Ministerio de Economía lanzó en enero una recompra de deuda pública utilizando supuestos U$S 1.000 millones del ahorro energético que produciría el gasoducto en pleno funcionamiento.
Por esos días, el equipo económico ya discutía la reformulación del acuerdo con el FMI, que, según reveló el jefe del Palacio de Hacienda, Sergio Massa, se oponía a la construcción del gasoducto en los tiempos planeados.