El New York Times sorprendido con Argentina: “Inflación al 100% pero restaurantes repletos”

El New York Times sorprendido con Argentina: “Inflación al 100% pero restaurantes repletos”
Restaurantes llenos en Argentina.

No pueden entender lo que sucede en nuestro país, en donde la inflación anual supera el 100 por ciento y la gente sigue consumiendo.

Es entendible que les resulte complicado a la gente que no vive en nuestro país las conductas que tenemos los argentinos. Primero porque estamos muy acostumbrados a las crisis.

Segundo porque penosamente también estamos acostumbrados a la inflación y ya desarrollamos nuestras estrategias de superviviencia y una de ellas es priorizar nuestros gastos.

Este lunes el diario estadounidense The New York Times analizó el rumbo de la economía de nuestro país. Allí remarcaba como un dato central “la paradoja del consumo” donde en el ámbito gastronómico hay filas para entrar a comer, pero luego existe un contexto de inflación superior al 100% anual.

Allí afirman que la subida de precios se debe a un efecto secundario del alza de precios y explican que los argentinos “se apresuran a gastar pesos antes de que pierdan más valor”. Es decir, es mejor darse los gustos en el momento, que esperar a que el peso se devalue.

“En Buenos Aires, la cosmopolita capital argentina, está floreciendo un panorama culinario de talla mundial. Esto no sería necesariamente noticia si no fuera por el hecho de que Argentina se encuentra en medio de una crisis financiera extraordinaria. La inflación supera el 114 por ciento —la cuarta tasa más alta del mundo— y el peso argentino se ha desplomado, con una caída del 25 por ciento en tres semanas de abril”, describe el New York Times.

“Sin embargo, es la caída del peso lo que está impulsando el auge del sector de la industria de restaurantes. Los argentinos están ansiosos por deshacerse de la moneda lo antes posible, y eso significa que las clases media y alta salen a comer más a menudo, y que los dueños de restaurantes y chefs están volviendo a invertir sus ingresos en nuevos restaurantes”, continuaron.

Lo que sorprende al New York Times: por qué los bares están llenos, con una inflación que no da respiro

Desde el diario remarcaron que en las redes sociales y en las grandes avenidas “todo el mundo parece estar pasandola bien”. Sin embargo, esto no es así en la mayor parte de los rincones del país. “El hambre va en aumento”, afirman con seguridad.

“En los círculos más acomodados, la fiebre de salir es un síntoma de la disminución de la clase media que, al no poder permitirse grandes compras o viajes, opta por vivir el aquí y el ahora porque no sabe lo que le deparará el mañana ni si su dinero valdrá algo”, consideraron.

Largas filas en los restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires

Un punto especial dedican los especialistas del New York Times sobre la CABA. Explican que se ha expandido y promovido los circuitos gastronómicos y que se registra un aumento de la cantidad de platos vendidos desde el 2015.

“Las cifras más recientes, correspondientes a abril, muestran que la asistencia a restaurantes está en uno de sus niveles más altos desde que comenzó el registro, y un 20 por ciento más elevado que en su momento más alto en 2019, antes de que empezara la pandemia de coronavirus”, agregan.

Allí afirman que “coctelerías con prestidigitadores de la mixología, espectáculos de drags mientras se cena, pastelerías veganas, patios verdes y fusiones de gastronomías globales de chefs que aprendieron en cocinas de todo el mundo” son los más elegidos.

Y le dedican una mención especial a “Anchoíta” uno de los restaurantes más codiciados de la Ciudad, que el primer día del 2023 ya tenía todas las reservas del año tomadas hasta el 2024.

“Aunque la devaluación de la moneda también ha atraído de nuevo a los turistas a Buenos Aires a medida que la pandemia ha ido remitiendo, son los lugareños los que están saliendo con intensidad. Para algunas personas de la clase media en particular, gastos como unas vacaciones o un auto han quedado en buena medida fuera de su alcance, por lo que se dan otros gustos”, finaliza el artículo.

COMPARTIR NOTA