23 de noviembre de 2024

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En 40 días la suba de precios licuó la devaluación y el plan del FMI queda en la cuerda floja

En 40 días la suba de precios licuó la devaluación y el plan del FMI queda en la cuerda floja
Mayorista Oscar David El Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 12,4% en agosto respecto de julio y un 124,4% en la medición interanual, con lo que acumula un alza de 80,2% en los primeros ocho meses del año Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

La modificación del tipo de cambio no trajo los resultados buscados y le da un argumento al gobierno para justificar las medidas de mayor gasto anunciadas. El BCRA mantuvo la tasa de interés.

La devaluación del 22% aplicada por el Gobierno nacional a instancia del Fondo Monetario Internacional (FMI) tras las PASO habrá sido compensada por la suba de precios en los próximos días y en consecuencia el plan impulsado por el organismo quedará cuestionado por los resultados que provocó.

Luego que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la inflación de agosto fue de 12,4% se conoció el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central, el cual reveló que los analistas esperan un resultado similar para septiembre.

En consecuencia, en apenas 40 días la modificación del tipo de cambio quedará consumida por la inflación sin que se pudieran recoger los beneficios.

En el reverso de esta situación el gobierno lanzó un paquete de ayuda social que profundiza el déficit fiscal, al tiempo que la disparada del valor de los alimentos impacta en los niveles de pobreza.

En la concepción del FMI una devaluación permite mejorar los ingresos por exportaciones, limita las importaciones, colabora a cerrar la brecha cambiaria, mientras que una caída en la actividad interna modera la inflación.

Pero este esquema depende de que el “pass through” (término técnico que define el pase a precios internos de la devaluación) se prolongue en el tiempo para que los beneficios maduren y sirvan de salida a la crisis.

En la Argentina es la segunda vez en cinco años que aplican la misma receta y falla.

“Que una medida sea recomendada o exigida por el FMI no implica que sea correcta. Devaluar incrementó la crisis y puso a la Argentina en una situación aún más vulnerable”, sostuvo el economista Christian Buteler.

A su vez, advirtió que la “devaluación, pedida o no por el FMI, se trasladó casi inmediatamente a precios. Mantener el tipo de cambio fijo durante 2 meses hará que al final del período tengamos un tipo de cambio real más apreciado que antes de tomar la medida con todos los costos de haber devaluado”.

Tras el 12,4% de agosto los economistas que pronostican en el REM ven una inflación de 11.9% en septiembre. Incluso las primeras mediciones van en ese sentido. La consultora LCG detectó una suba de precios de 1,6% en la primera semana del mes compatible con un alza mensual superior al 10%. Para Eco Go, que dirige Marina Dal Poggetto, los alimentos para consumir en el hogar observaron un avance de 2,1% en el arranque de septiembre y evalúa que al final del período el alza será superior al 12%.

Por lo tanto, en poco más de cinco semanas todo el plan quedó desvirtuado. El FMI ya había cometido el mismo error con la Argentina en agosto de 2018 cuando le exigió a Mauricio Macri una devaluación de casi el 14% para darle el crédito por U$S 55.000 millones que había pedido.

Tiempo después con los resultados a la vista y ya fuera del cargo de Directora Gerente en el cuál había firmado el préstamo para Argentina, la francesa Christine Lagarde, reconoció que el FMI “subestimó” el tema del combate a la inflación en la Argentina.

Pese a este tipo de experiencias, en 2023 el organismo insistió en que la devaluación era una herramienta válida para este momento y la inflación se disparó y la brecha no se acortó.

Con el dólar “Blue” en $730 el spread es del orden del 108%, mientras que la diferencia con el MEP -$ 678,87- es de 96% y con el Contado con Liquidación -$ 739,03- es de 112%.

Pese al contexto y a la opinión de los privados, el Banco Central decidió mantener la tasa de política monetaria en 118% porque, a su juicio, hay una desaceleración en la suba de precios.

“Indicadores de alta frecuencia reflejan una desaceleración del ritmo de incremento del nivel general de precios desde el pico de la tercera semana de agosto, que se habría profundizado en lo que va de septiembre”, dijo hoy el Directorio de la entidad al justificar su decisión.

Medidas y consecuencias

Ante el desorden generado, el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, lanzó un paquete de medidas que significan agrandar el déficit fiscal y llevar al borde del incumplimiento al programa firmado hace apenas unas semanas con el FMI.

Carlos Melconian, promocionado como jefe del Palacio de Hacienda en caso de una presidencia de Patricia Bullrich, estimó que el paquete anunciado eleva el déficit fiscal en 1,5%, mientras que el economista y diputado, José Luis Espert lo calculó en 1,9%. En tanto, las consultoras económicas lo sitúan en rangos similares.

Sin el efecto sobre la brecha, sin la ganancia de competitividad buscada, y con un alza de precios incluso por encima del salto del tipo de cambio, el FMI tendrá pocos argumentos para cuestionar los resultados de la auditoría que deberá comenzar a realizar hacia finales de octubre.

En contrapartida, Massa o quien se siente a una nueva negociación tendrá razones para reclamar una visión diferente para encarar los problemas estructurales del país.

Para la consultora Portfolio Personal Inversiones (PPI) “el mercado descuenta dos devaluaciones en los próximos meses: una en noviembre (post generales o balotaje) y otra en diciembre cuando asuma la próxima administración”.

“La expectativa acumulada de devaluación para noviembre/diciembre es de 55,3%”, señaló al tiempo que advirtió que “este será el disparador de la próxima aceleración inflacionaria”.

Si bien una nueva corrección del tipo de cambio parece inevitable por los desequilibrios acumulados, los economistas subrayan que debe ser en el marco de un programa integral que amortigüe el impacto sobre el precio de los alimentos y por ende de la pobreza.

La semana que viene el INDEC dará a conocer el nivel de pobreza en la Argentina, pero con cierre al 30 de junio de este año, lo cual será una foto vieja de la situación social del país, deteriorada aún más por una serie de decisiones de funcionarios que no pagarán ningún costo.

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