La semaglutida está indicada en el país para pacientes con diabetes tipo 2. Pero hay personas con obesidad que también la usan. En el mundo se popularizó. Los efectos adversos.
Debido al furor por las drogas inyectables para bajar de peso en el mundo, promocionadas por celebridades e influencers como Kim Kardashian, Elon Musk y Lady Gaga, la demanda creció significativamente. Al punto que hoy hay faltantes y demoras en la entrega de la droga, según el propio laboratorio que la comercializa. La semaglutida está indicada para personas con sobrepeso, obesidad o diabetes. En Argentina, hasta ahora, solo para pacientes con diabetes tipo 2.
Pero también existen casos de personas que no presentan un exceso de peso tal como para usar este tipo de medicación. O que extienden su uso más allá del tiempo recomendado para evitar volver a ganar esos kilos perdidos.
En el país, ya se daba la situación de pacientes con sobrepeso no diabéticos a los que les indican las aplicaciones de Ozempic, la droga para tratar la diabetes del laboratorio danés Novo Nordisk. Ahora el Wegovy –del mismo fabricante y con el mismo Ingrediente Farmacéutico Activo (IFA)– viene a “blanquear” ese uso. El 26 de julio pasado fue inscripto en el Registro de Especialidades Medicinales (REM) de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
“En la búsqueda de un mayor descenso del peso corporal, es posible que pacientes con diabetes utilicen una dosis más alta de la recomendada, teniendo en cuenta que la forma aprobada para diabetes (Ozempic) presenta una dosis máxima de 1 mg. El riesgo, especialmente en personas con diabetes que toman otros medicamentos para bajar la glucosa en sangre, es que el paciente pueda presentar un episodio de hipoglucemia”, advierte Christian Höcht, profesor titular de la Cátedra de Farmacología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.
Es que la obesidad es una enfermedad crónica con alto impacto físico, emocional y social. “Si el profesional realiza esta prescripción (de Ozempic) a personas sin diabetes, está haciendo lo que se conoce como indicación off label”, sostiene Graciela Fuente, médica nutricionista y diabetóloga.
La piedra angular del tratamiento de la obesidad y del sobrepeso son los cambios en el estilo de vida: practicar ejercicio físico en forma regular y seguir dieta saludable. “Probablemente, ningún tratamiento tenga resultados favorables que perduren en el tiempo si no se cumplen estas recomendaciones. Hoy, contamos con opciones terapéuticas que complementan pero no reemplazan a los cambios en el estilo de vida”, puntualiza Ramiro Heredia, especialista en clínica médica del Hospital de Clínicas José de San Martín.
¿Receta a demanda?
Matías Marchetti, licenciado en Nutrición, señala que algunos médicos pueden recetar semaglutida a demanda por distintos motivos: presión de los pacientes, falta de información sobre el medicamento o intereses económicos. “Esta práctica es mala para la salud del paciente porque puede exponerlo a efectos secundarios innecesarios o contraindicados para su condición. Asimismo, puede interferir con otros tratamientos que esté recibiendo”, evalúa.
Höcht insiste en que la semaglutida no tiene indicación a demanda. “Como este medicamento genera efectos no deseados intestinales, se recomienda iniciar con una dosis varias veces más baja con aumentos paulatinos hasta alcanzar los 2.4 mg”, indica.
Y aventura: “A lo mejor, por la falta de disponibilidad de Wegovy, los médicos se inclinaron a la prescripción de dosis altas de Ozempic para su uso en el manejo de la obesidad. Hay que tener en cuenta que muchos pacientes con obesidad padecen también diabetes tipo 2″.
Uso abusivo e indebido
El uso abusivo significa tomar más cantidad o más seguido de lo que prescribe el médico o bien, mezclarlo con otras sustancias que puedan hacerlo más fuerte o causar problemas. En cambio, el uso sobreindicado implica ingerir el fármaco sin una razón médica válida, es decir, sin tener obesidad o sobrepeso acompañado de otras patologías. Ambas conductas son riesgosas para la salud y pueden provocar cambios en las hormonas, en el metabolismo o en el sistema inmune. Así lo interpretan los especialistas consultados.
“El uso indebido o excesivo de Wegovy puede causar bajones de azúcar en la sangre, falta de agua en el cuerpo, piedras en la vesícula, inflamación del páncreas y alergias (sarpullido, dificultad para respirar, hinchazón). Además, puede hacer que las personas dependan del medicamento o que se vean mal a sí mismas, lo que deriva en problemas de alimentación como comer muy poco o comer y vomitar”, entiende Marchetti.
Graciela Fuente es médica nutricionista, diabetóloga y ex presidente de la Sociedad Argentina de Diabetes. Le explica a Clarín que tanto el uso abusivo como el sobreindicado implican una situación que no debiera ocurrir por los efectos colaterales posibles, así como la exacerbación de la sobremedicalización (en casos de pacientes sin obesidad y con un deseo exclusivamente estético de descenso de peso) y el incremento de costos en los distintos sistemas de salud.
¿Cuáles son los peligros de estas conductas? “Como todo fármaco, no está exento de efectos adversos ni de contraindicaciones por lo que se desaconseja el uso sin indicación, supervisión y seguimiento médico adecuado”, enfatiza Heredia.
Los efectos secundarios
En general, es un fármaco muy bien tolerado y seguro. Entre los principales efectos adversos están los gastrointestinales: náuseas, vómitos, sensación de plenitud gástrica, eructos, distensión abdominal, meteorismo, diarrea o constipación. “Suelen ser leves y minimizarse si se cumplen las pautas alimentarias indicadas por el médico”, detalla Heredia.
“Los efectos secundarios se reducen al empezar con una dosis baja e ir aumentando paulatinamente la dosificación. En pacientes con diabetes tipo 2 puede provocar también reducción exagerada de la glucosa en sangre, especialmente si se lo combina con otros fármacos para reducir la glucemia. En los últimos días salió un comunicado de las agencias regulatorias en el que se está evaluando la asociación entre el uso de Wegovy u Ozempic y el riesgo de pensamientos suicidas”, manifiesta Höcht.
Marchetti agrega que otros efectos secundarios, menos comunes pero más graves son falta de agua en el cuerpo, piedras en la vesícula, inflamación del páncreas, alergias, tristeza o ganas de hacerse daño. “Ante estos casos, se debe hablar con el doctor y dejar el tratamiento si es necesario”, advierte.
Por su parte, Fuente reflexiona: “Hay que modificar la curva ascendente de esta otra pandemia del siglo XXI que es la obesidad. La responsabilidad médica debe prevalecer en todo momento y la utilización de estos fármacos debe estar basada en el conocimiento de la patología”.