La medición del Ministerio de Economía mantuvo la suba de precios por encima de 2% para la última semana. Atribuyen ese comportamiento al clima pre electoral. Asalariados pierden ingresos.
La inflación sigue su curso a un ritmo por encima del deseado por el Ministerio de Economía, que implora por un escenario político más calmo y por la estabilidad del tipo de cambio para acotar la suba de precios en el camino hacia el balotaje.
No obstante, el foco se encuentra en el poder adquisitivo de los ingresos a partir de noviembre, mes en el que los asalariados perderán la suma fija que cobraron en septiembre y agosto debiendo asumir la inflación acumulada.
La medición periódica que elabora la Secretaría de Política Económica a cargo de Gabriel Rubinstein arrojó que entre el 16 de octubre y el 22 de octubre (semana previa a las elecciones generales) los precios subieron 2,2%, prácticamente al mismo ritmo que en los dos períodos previos.
El informe oficial atribuyó este comportamiento al clima que se vivió los días previos al acto electoral cuando se disparó el precio del dólar en todas sus versiones y la incertidumbre caló en productores, empresas y comerciantes.
“Esperaríamos que, en un entorno más calmo, la próxima semana puedan exhibirse subas de precios más acotadas”, señaló el documento oficial. En los siete días estudiados Economía detectó aumentos de 6% en verduras, 3,3% en carnes, 2,4% en indumentaria y 1,6% en frutas.
Lo cierto es que tras haber retrocedido a 1,4% en la última semana de septiembre (24 septiembre al 1 de octubre), la inflación medida por el equipo a cargo de Rubinstein saltó a 2,7% en el arranque del mes, se ubicó en 2,2% en el siguiente período para mantenerse en este ritmo en la última evaluación.
De esta forma, el acumulado de cuatro semanas muestra una variación de 8,4%.
Además del tránsito hacia un escenario político menos hostil por su chance de victoria más consolidada, Massa apuesta a que el dólar le juegue al favor. En esta semana fue así.
El overshooting prelectoral se transformó en un desplome de la divisa en todas sus versiones lo cual puede atenuar la escalada de los precios apalancada en ese colchón “por temor” que se había gestado antes del 22 de octubre.
En esta conjunción de factores es que se apoyan en el Palacio de Hacienda para ilusionarse con un tránsito hacia el balotaje con menos sobresaltos.
Las consultoras privadas empiezan a calcular que la inflación de octubre puede situarse por debajo de los dos dígitos. Para Eco Go la proyección es de 9,7% para alimentos, mientras que para LCG es del orden de 7,9%. En cambio, para Libertad y Progreso será del orden de 12% nuevamente.
Lo que difícilmente pueda recuperarse es el poder adquisitivo del salario, que de acuerdo a los datos oficiales sólo en agosto tras la devaluación cedió 15 puntos comparando con la suba de alimentos, según un estudio de la consultora ACM.
En base a los informes del INDEC, durante los primeros ocho meses del año los más castigados fueron los trabajadores informales cuyas remuneraciones subieron 63% contra una inflación superior al 80%.
Si bien el gobierno intentó morigerar los efectos de la inflación con el plan “Patita 3″, lo concreto es que esa masa de dinero volcada en el circuito económico disparó los precios y licuó inmediatamente la ayuda. La situación empeoró en los meses subsiguientes ya que los incrementos continuaron en rangos de dos dígitos, mientras que las remuneraciones, tanto del sector privado formal como de los trabajadores informales, no exhibieron el mismo ritmo de avance.
Fin de la suma fija
En lo que respecta a los empleados del sector privado la situación puede ser más angustiante para noviembre ya que perderán la suma fija de $ 30.000 que había ordenado por decreto el Gobierno nacional.
Esa retribución se aplicó para los sueldos de agosto y septiembre (se cobraron en septiembre y octubre) y en consecuencia ya no formarán parte de la masa salarial.
Si tenemos en cuenta salarios promedios de entre $250.000 y $ 300.000, la suma fija representó entre un 10 y 12% de los haberes mensuales, contra una inflación que acumuló 25% en el mismo bimestre.
En el mejor de los casos, en noviembre los asalariados podrán acercarse a “empardar” los ingresos de los meses previos si sus convenios colectivos ya disponían ajustes o lograron reapertura de paritarias.
Caso contrario volverán a las retribuciones que les correspondían en agosto/septiembre debiendo absorber la suba de los precios acumulada.
Si bien hubo gremios como Mercantiles y Bancarios que lograron actualizar sus salarios, la mayoría aún no podrá recomponerlos.
Diferente es el caso de los monotributistas y autónomos a quienes se les otorgó una ayuda de $ 96.000 en dos cuotas a cobrar en octubre y noviembre.