En mayo fue de 3,1% y se profundizó en el acumulado de los primeros cinco meses.
Las cruciales elecciones de este año se darán en un contexto económico adverso para el oficialismo nacional con alta inflación, caída del nivel de actividad y pérdida del poder adquisitivo de los ingresos.
Este escenario es producto de desequilibrios macroeconómicos que tienen impacto directo en las provincias y pone a las administraciones locales bajo la exigencia de hacer campaña sin la posibilidad de diagramar “planes platita” locales para mejorar el ánimo de la población.
No obstante ello, en las últimas elecciones provinciales los oficialismos lograron resultados favorables, mostrando que los votantes privilegian las gestiones locales.
Lo concreto es que, a contramano de la lógica, en este 2023 los gobernadores provinciales no podrán hacer proselitismo a la vieja usanza de reclamarle fondos a la Casa Rosada para promover acciones en busca de votos. De hecho, está sucediendo todo lo contrario.
Si bien mes a mes se anuncian importantes aumentos de la recaudación impositiva que impactan por sus números nominales, cuando se ajustan por inflación se observa que en términos reales las provincias reciben menos dinero.
Hace pocos días, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) informó que la recaudación impositiva de mayo fue de $ 3,1 billones, pero en términos reales (ajustada por inflación) significa una merma de 5,3%, según estimó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
Esta baja permite inferir más problemas para las arcas provinciales en los próximos meses.
Con datos preliminares, el IARAF calculó que en mayo las transferencias por coparticipación y leyes complementarias a provincias ascendieron a $ 1.078.000 millones contra $ 514 mil millones del mismo mes del año pasado. Esto implica un alza nominal de 109,6%, pero que cuando se ajusta por inflación muestra una caída real de 3,1%.
“Esta baja es explicada principalmente por la disminución real en la recaudación de ganancias del orden del 14,6% interanual”, mientras que “el aumento en la recaudación del IVA (13,9%) no lograría compensar la caída de ganancias y el resto de tributos coparticipables”, indicó el informe. Dada las características de estos tributos, se revela un fuerte freno en la actividad económica y en los niveles de consumo.
Dentro de la caída de 3,1% en promedio, las provincias que más sufrieron esta disminución fueron Neuquén (4%), Chubut (4%), Santa Cruz (3,9%), Buenos Aires (3,9%), Misiones (3,6%), Salta (3,6%), Tierra del Fuego (3,6%), Río Negro (3,2%), Corrientes (3,2%), Santiago del estero (3,2%), Jujuy (3,2%), que estuvieron por encima del promedio.
En el caso de Córdoba, se ubicó un punto por debajo del promedio con una disminución de 2,1%. Por su parte, en Mendoza la merma fue de 2,9%, más cerca del promedio general.
Cuando se analiza lo sucedido en los primeros cinco meses del año se observa una aceleración en el deterioro de los envíos.
Al cierre del cuarto trimestre las transferencias a las provincias habían caído 1,7% y al sumar el quinto mes del año la cifra ya es de 1,9%.
El IARAF indicó que, expresado a precios de hoy, la caída real del consolidado de las transferencias totales en los primeros cinco
meses del año a las provincias asciende a $ 93.000 millones.
Añadió que “si lo expresamos en términos per cápita para cada jurisdicción, se observa que las provincias que menos perdieron fueron CABA ($ 210 millones), Córdoba ($ 1.056 millones) y Santa Fe ($ 1.219 millones) y las que más lo hicieron fueron Tierra del Fuego ($ 6.361 millones), Formosa ($ 4.242 millones) y Santa Cruz ($ 4.061) millones.
Cabe recordar que estas transferencias son automáticas y se desprenden de leyes vigentes y nada tienen que ver con posibles giros discrecionales a través de Aportes del Tesoro. Esta pérdida de recursos para las provincias refleja en números concretos y en billetes constantes y sonantes la merma en el nivel de actividad que se viene advirtiendo en informes oficiales y privados.
El propio INDEC reconoció esta dinámica en su último informe EMAE (Estimados Mensual de Actividad Económica) cuando informó que en marzo la economía había crecido apenas 1,3%, por debajo de los registros de enero y febrero.
Los informes industriales también ofrecen números en ese sentido. El trabajo más reciente de FIEL señaló que el sector registró en abril una caída de 1%. La falta de dólares y las restricciones a las importaciones son factores clave para este escenario que promete agudizarse en los próximos meses.