El Gobierno emitió un alerta roja para impedir que el empresario de 42 años salga de la Argentina. Su abuelo croata se refugió en el país tras la Segunda Guerra Mundial y lo acusaban de crímenes de lesa humanidad. Su fiesta de casamiento con Mercedes Benz, Claudia Villafañe y más de 500 invitados.
A Ivo Esteban Rojnica (42) lo conocen como “El Croata”. A su nombre llegaron la Policía Federal y la Aduana, en una serie de allanamientos en la city porteña después de que Sergio Massa prometiera mano dura y detenciones contra los operadores. No es la primera vez que llega a las noticias: hace menos de un año se lo veía sonriente en las revistas de la farándula, en una fiesta de casamiento de lujo en La Rural. Su apellido también está escrito en las páginas de historia: su abuelo, homónimo, fue un activo aliado del régimen nazi en Croacia y murió en Buenos Aires en 2007, cuando pedían su extradición.
Si se acreditan las sospechas del Gobierno, a Rojnica bien le quedaría otro apodo: el rey del blue. Así surge de los informes oficiales, que vislumbran su silueta en el fondo de las oficinas de Nimbus, la empresa allanada este miércoles en la calle San Martín. En el fondo de la caverna asoma “El Croata”.
Es “el principal operador de blue de la city”, lo describieron voceros. Desde el Gobierno pidieron su detención preventiva y, además, emitieron un alerta roja para prohibir su salida de la Argentina.
Sospechan que Rojnica usaba una agencia de viajes, Tower Travel, para sacar dólar del país con la fachada del “dólar tarjeta”. Con esa maniobra ganaban una diferencia del 20% en dólares.
Mientras las autoridades siguen las pistas para detenerlo, el hilo que va al pasado reciente dibujan a un hombre de fortuna, protagonista de una boda fastuosa en La Rural. Mucho más atrás las conexiones familiares llevan a Croacia, donde su abuelo Ivo Rojnica fue un aliado del nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
La boda de “El Croata”: 500 invitados y entrada en Mercedes Benz
En noviembre, cuando no se sospechaba el pedido de detención y el blue cotizaba apenas por encima de $ 300, Ivo Rojnica se casó con la modelo Melina Cammertoni, de 38 años.
“Soy diseñadora de moda, tengo una marca propia desde hace un año, y estudio actuación desde hace casi una década”, declaró ella en febrero de 2016. Decía tener experiencia en “temporadas teatrales, algo de cine” y anhelaba llegar a la televisión. Aún no conocía a Ivo. Su hombre ideal era Iván de Pineda.
El perfilado exitoso financista le propuso matrimonio en abril de 2022, en el hotel George V de París, al regreso de Moulin Rouge. Antes de pasar por la Iglesia tuvieron tiempo de viajar a Grecia e Islas Maldivas. En las redes sociales, ahora desactivadas, mostraron su pose en yate con el mar de fondo. En enero, además, se retrataron desde Turks & Caicos.
Se casaron en la Basílica del Santísimo Sacramento, edificada por encargo de la familia Anchorena a principios del siglo XX en San Martín al 1.000, a nueve cuadras del 19° piso allanado por la PFA. Hubo participación del coro del Teatro Colón, cuarteto de cuerdas y un Mercedes antiguo del que bajó la novia, vestida por la diseñadora búlgara Julia Kontogruni, como oportunamente retrató la revista Caras.
Aunque la revista puso en su tapa la boda de Pampita y Roberto García Moritán, a la hora de los calificativos no existió competencia: la de Rojnica y Camm -modelo cordobesa- fue “la fiesta del año”.
El salón de La Rural tuvo espacio para 500 invitados. Algunos, familiares y amigos argentinos; otros, llegados de Italia, Panamá y Zimbaue. Claudia Villafañe fue la organizadora y Los Totora y Cae le pusieron música en vivo a la celebración. Antes, la recepción se hizo en el Hotel Alvear Palace.
Empresarios y modelos se codearon en un ambiente con reminiscencias de los años 90, una época en la que su abuelo -el Ivo original- se fotografió con Carlos Saúl Menem y luego cayó en desgracia por un informe periodístico que destapó el pasado oculto de un vecino al que todos conocían como “Juan”.
El abuelo de “El Croata”, aliado del régimen nazi
Del Ivo Rojnica original, el cuevero heredó la potencia de su apodo: “El Croata”. Su abuelo llegó a las Argentina en 1947, previo paso por Austria. “Escapando del régimen socialista yugoslavo” del mariscal Tito, remarcan aún hoy familiares y amigos.
Aquí se lo conoció como Juan, castellanización de su nombre de nacimiento. Hizo fortuna en el sector textil, en el que su figura cobró gran importancia. A la visión de negocios, Juan le agregaba un tacto diplomático sin igual, que le permitió transitar los pasillos del Rotary Club, la Asociación Cristiana de Empresarios de Argentina, la Unión Industrial Argentina y la Cámara Argentina de Exportadores.
También fundó y colaboró con asociaciones de la comunidad croata en Argentina. Ivo financió proyectos editoriales y culturales, además de ponerle la firma a libros y artículos.
Su reputación le valió la condecoración por parte del Vaticano, que lo nombró como Caballero de San Gregorio Magno. Además, la representación diplomática que hasta entonces cumplía de facto fue oficializada en 1991, con la designación como representante plenipotenciario para Latinoamérica de la flamante república independiente de Croacia. Duró en el cargo hasta junio de 1994.
De aquella época data una foto que lo muestra con el presidente Menem. Fue uno de los “cinco o seis” encuentros que tuvieron; incluso el empresario textil ofició de anfitrión en la visita del riojano a Zagreb en 1992. Aunque negaba haber aportado dinero a la campaña de 1989, eran cercanos hasta geográficamente: Rojnica vivía en una casa de estilo alpino a tres cuadras de la Quinta de Olivos.
En la cúspide de su carrera de negocios, su nombre incluso fue propuesto como embajador de Croacia en Buenos Aires. Pero los rumores frustraron ese nombramiento.
Por entonces, el Centro Wiesenthal -una organización que busca a los fugitivos criminales de la Segunda Guerra- presionaba para la publicación completa de los registros de nazis en Argentina. El presidente Menem había difundido algunos documentos que la institución creía parciales. No había en ellos ninguna mención a Ivo Rojnica.
La situación escaló. En 1997, un informe oficial estimaba que 60 nazis croatas habían entrado en la Argentina desde 1947, apenas caído el régimen títere nacionalsocialista que instauró la Alemania de Adolf Hitler en Croacia.
Para ese capítulo de la Segunda Guerra Mundial, el nazismo contó con la colaboración del grupo croata Ustasha. Había nacido en 1930 con espíritu fascista y nacionalista, en reclamo de un Estado propio. Se hizo realidad con la invasión alemana de 1941.
A la colaboracionista Ustasha pertenecía Ivo Rojnica, que gobernó el distrito costero de Dubrovnik entre 1941 y 1945. De acuerdo al Centro Wiesenthal, no existen pruebas de que haya matado con sus propias manos, pero sí de que “firmó órdenes de deportación” de judíos y serbios.
Por esa época, el croata Dinko Sakic estuvo a cargo del campo de concentración de Jasenovac, en el que fueron asesinadas 600 mil personas. Sakic fue descubierto medio siglo más tarde en una casa de Santa Teresita, en un informe de Telenoche. La presión obligó a la Justicia argentina a extraditarlo a Croacia junto con su esposa. Él también había buscado refugio en la Argentina.
En 1998, el noticiero del entonces Canal 13 y también Telenueve expusieron el caso de Rojnica. Fue entonces que a los vecinos llegó la parte de la historia que apenas conocían en el Centro Wiesenthal.
Su familia, compuesta en total por tres hijos, negaba las acusaciones. “No tiene pedido de captura internacional ni lo va a tener por una sencilla razón: es absolutamente inocente”, agitaba su hija Carmen ante la consulta de los periodistas.
Un informe gubernamental afirmaba que sólo existía un nazi croata vivo en la Argentina: Mirko Eterovic, en Córdoba. En los papeles públicos, incompletos según las autoridades del Wiesenthal, no había menciones a Rojnica, que -por su parte- se diferenciaba de Sakic.
Ivo, o Juan, siguió con sus empresas. Ya comenzaban a relevarlo su esposa, y sus hijos. Mladen, uno de ellos, nació en 1941 en Dubrovnik, hizo el secundario en la Argentina y se graduó en Economía en la Universidad de Londres. A Ivo le dio cuatro nietos, que lo despidieron con sentidos mensajes en los avisos fúnebres del 2 de diciembre de 2007. Entre los firmantes aparecía el otro Ivo.