A partir de la confesión de Megan Fox de padecer dismorfia corporal, muchas mujeres hermosas comenzaron a darse cuenta que podían seguir por el mismo camino.
La dismorfia corporal, también conocida como trastorno dismórfico corporal (TDC) o trastorno de la imagen corporal, es un trastorno psicológico en el cual una persona tiene una preocupación obsesiva y excesiva por un defecto percibido en su apariencia física. Aunque el defecto percibido puede ser mínimo o incluso inexistente, la persona afectada por la dismorfia corporal lo considera como algo significativo y perturbador.

Las personas con dismorfia corporal suelen centrar su atención en un aspecto específico de su apariencia, como su rostro, piel, cabello, nariz, peso corporal, tamaño de los genitales u otras características corporales. A menudo, se sienten extremadamente avergonzadas, angustiadas y obsesionadas con su supuesto defecto, lo que puede interferir significativamente en su funcionamiento diario y su calidad de vida.

Cómo se trata la dismorfia corporal y qué otras consecuencias tiene
Es importante destacar que la dismorfia corporal no es simplemente una preocupación normal por la apariencia física, sino que se trata de un trastorno psicológico. Las personas con este trastorno suelen tener distorsiones cognitivas y dificultades para percibir su apariencia de manera realista. A menudo, buscan constantemente la aprobación de los demás, evitan situaciones sociales o buscan someterse a procedimientos estéticos innecesarios para tratar de corregir su supuesto defecto.

La dismorfia corporal es un trastorno mental reconocido y puede requerir tratamiento psicológico, como terapia cognitivo-conductual o medicación, dependiendo de la gravedad de los síntomas. Si crees que tú o alguien que conoces puede estar experimentando dismorfia corporal, es recomendable buscar ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra especializado en trastornos de la imagen corporal.
