Ocurrió en Gran Bretaña. La mujer pensaba que tendría gemelas, pero una de ellas fue concebida 28 días más tarde. Se trata de un caso de superfetación.
Una mujer británica atravesó un extraño fenómeno durante su embarazo. Y es que Sophie Small, de 30 años, concibió a dos bebés con 28 días de diferencia a quienes dió a luz en agosto de 2020. Si bien la mujer pensó que daría a luz gemelas, las pequeñas nacieron con una diferencia de 4 semanas de gestación.
“Estaba embarazada de dos bebés que estaban creciendo en distintas etapas, pero eso no lo sabíamos”, explicó Small al medio inglés Daily Mail. Según contó, Sophie quedó embarazada en diciembre de 2019 pero, al no estar segura, decidió seguir intentando junto a su pareja,
Afortunadamente, su deseo de agrandar su familia se confirmó algunos días después gracias a un test de embarazo positivo. Sin embargo, las sorpresas para el matrimonio no terminarían allí. Fue durante una ecografía en que se enteraron que Sophie daría luz a gemelas, según la primera suposición de los galenos.
En agosto de 2020, el día finalmente llegó y la joven madre conoció por fin a sus pequeñas. Holly, la mayor de ellas nació de 36 semanas y pesó 2,7 kilos, Darcy, por otra parte, nació con 32 semanas y pesó 1,8 kilos. Fue en ese momento en que los médicos advirtieron que el embarazo de Sophie fue un inusual fenómeno conocido como “superfetación”.
La superfetación se produce cuando se intenta concebir a un bebé mientras un embrión ya se está desarrollando dentro del cuerpo de la persona gestante. En otras palabras, la Real Academia Española (RAE) define el fenómeno como la concepción de un segundo feto durante el embarazo.
La mujer oriunda de Reino Unido contó a medios locales que, posiblemente debido a este fenómeno, su embarazo fue “horrible” y experimentó malestares. Durante ese período, Sophie sentía náuseas exageradas, vómitos y debió asistir a un centro asistencial ocho veces en siete semanas, en total pasó 120 horas conectada a un goteo.
Al mencionado medio Small le explicó que, durante aquella época, los profesionales de la salud no podían determinar a qué se debían estas complicaciones. Sin embargo, sí habían notado una diferencia en el tamaño de los fetos: “uno era más grande que el otro. Algo no estaba bien”, pensó Sophie aquella vez.
Pese a los complicados y extraños meses que vivió, todo quedó atrás cuando recibió a las pequeñas junto a su pareja y su hijo de seis años. “Fue muy difícil, pero estamos felices y bendecidos de tenerlas”, cerró.