Las niñas Lesly y Soleiny y los niños Noriel y Cristin viajaban desde el resguardo indígena de Araracuara a San José del Guaviare junto a su madre, quien fue hallada muerta junto al piloto de la aeronave que los trasladaba.
Fuertes reflectores y mensajes retransmitidos por altavoces terrestres son las dos nuevas estrategias implementadas por las fuerzas especiales que, en compañía de personas indígenas, buscan a dos niñas y dos niños de una sola familia que se perdieron desde el pasado 1 de mayo luego del accidente de un avión en el sur de Colombia.
“Con estos orientadores visuales y auditivos, los cuales fueron ubicados en puntos estratégicos, se pretende que los menores observen y escuchen en las oscuras noches esas luces y sonidos para que puedan llegar hacia las tropas o realizar algún tipo de señal que permita ubicarlos”, informó el Comando de las Fuerzas Militares.
Lesly Mukutuy, de 11 años; Soleiny Mukutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mukutuy, de 4 años, y el bebé Cristin Neruman, que el pasado 26 de mayo cumplió un año de vida, están perdidos hace 29 días en una vasta selva virgen del sur de Colombia. Los organismos de búsqueda y rescate ya hallaron los cuerpos, que estaban dentro del avión siniestrado, de su madre, Magdalena Mukutuy; el líder indígena Hermán Mendoza y el piloto del Cessna 206, Hernando Murcia.
La información detalla que esta nueva iniciativa, que tendrán las fuerzas militares en la zona de búsqueda en límites entre los departamentos Caquetá y Guaviare, será implementada durante el día y la noche para que los cuatro “hermanitos observen o escuchen y así realicen alguna señal para llegar a ellos o que puedan acercarse a los puntos en donde se encuentra la tropa”.
Las luces, cabinas de sonido y equipos de perifoneo terrestre podrán ser observadas y escuchadas a unos mil metros y por su potencia podrán verse y escucharse en la espesa selva donde están las dos niñas y los dos niños.
En la zona de búsqueda, continúan los 120 miembros de Fuerzas Especiales y las cerca de 80 personas indígenas, tras la pista de los cuatro niños huitoto. Los cuatro hermanos viajaban desde el resguardo indígena de Araracuara, entre Caquetá y Amazonas, -donde vivían- a San José del Guaviare junto a su madre y Mendoza. Alimentan las esperanzas de encontrarlos con vida haber hallado varios objetos de bebé como mamaderas y pañales, y un refugio ubicado a 3.600 metros del lugar en el que la aeronave cayó en picada a causa de una supuesta falla en el motor.