El avance de las multinacionales, el cambio climatico y la crisis financiera global producto de las guerras empujan a campesinos de cada vez más países a tomar medidas de lucha.
El final de 2023 y el comienzo de 2024 se vieron fuertemente marcados por las masivas protestas del sector agrícola en Europa, a lo que ahora se suma India, país que hace dos años atravesó la ola de protestas más intensa de su historia.
En España, los agricultores comenzaron sus protestas el pasado 6 de febrero con cortes en rutas y diversas tractoradas de la plataforma 6F -que congrega manifestantes a título individual- y dos días después se sumaron las organizaciones mayoritarias.
En Polonia, campesinos cortan accesos en reclamo por el ingreso de grano de contrabando ucraniano. En Francia, las protestas marcaron a fuego el mes de enero, donde una mujer y su hija murieron atropelladas durante una manifestación. Bruselas también padeció las consecuencias de la crisis, cuando más de mil tractores llenaron la capital durante una cumbre del G20. En Alemania van meses de protestas intermitentes que no terminan de acordar con el gobierno mejoras reales en el sector.
Pero el caso más destacado es el de India, donde los campesinos que realizan una masiva marcha hacia Nueva Delhi para exigir garantías legales para su producción, al tiempo que el Gobierno se abre a otra ronda de conversaciones para evitar que las protestas aumenten.
Los campesinos que intentan dirigirse a la capital de la India desde los estados vecinos de Punjab y Haryana han estado desde hace una semana presionando en las afueras de la capital para llegar a un acuerdo que establezca precios favorables sobre las cosechas.
Los agricultores retomaron hoy la marcha, que estuvo aplazada varios días mientras se llevaban a cabo las negociaciones, tras no conseguir resultados que consideran aceptables. Las fuerzas de seguridad lanzaron proyectiles lacrimógenos a los manifestantes cuando estos intentaban acercarse hacia Nueva Delhi.
La implementación de los precios mínimos fue una de las principales demandas de las protestas campesinas entre 2020 y 2021, cuando miles de agricultores acamparon por casi 15 meses en las fronteras de la ciudad en respuesta a una reforma agraria promovida por el Gobierno indio. El saldo de dichas protestas fue de cientos de muertos, miles de detenidos y una crisis social generalizada por la escasez de alimentos.
Pese a que el primer ministro indio, Narendra Modi, cedió a la presión y derogó la ley, los sindicatos consideran que el Gobierno todavía no ha cumplido con todas sus demandas. En todo el mundo, el sector agropecuario está padeciendo los efectos del avance de las multinacionales y la devastación del cambio climático, que está dejando sectores del planeta inhabitables a velocidades escalofriantes.