El acuerdo, negociado entre demócratas y republicanos, obtuvo la aprobación del Senado y ya cuenta con la firma del presidente Joe Biden para su entrada en rigor. La condición diferencial del pacto es que se pueda aumentar indiscriminadamente el presupuesto en Defensa.
El Senado de Estados Unidos, bajo control demócrata, aprobó finalmente el acuerdo logrado entre la Casa Blanca y los republicanos para subir el techo de deuda, evitando así que el país entre en suspensión de pagos (default).
Con 63 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de ley pasó el último escollo legislativo antes de acabar en el Despacho Oval para que el presidente, Joe Biden, lo firme. El borrador ha sido aprobado por el Senado un día después de que la Cámara Baja, en manos de los republicanos, le diera su visto bueno y a cuatro días de la fecha límite marcada por el Departamento del Tesoro en la que EE.UU. hubiera podido incurrir en un impago de su deuda nacional.
“Estados Unidos puede respirar tranquila porque con este proceso estamos evitando la suspensión de pagos”, dijo poco antes de la votación el líder de la mayoría demócrata en la cámara, Chuck Schumer. Con estas palabras, Schumer anunciaba un acuerdo con un grupo de senadores republicanos que poco antes habían amenazado con alargar el proceso si los demócratas no se comprometían a asegurar que el presupuesto para defensa podrá aumentarse más de lo que contempla el propio acuerdo.
La medida suspende el techo de deuda para los próximos dos años, hasta después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. En concreto, suspende el actual límite de deuda de 31,4 billones de dólares hasta el 1 de enero de 2025. A cambio, el acuerdo alcanzado durante el fin de semana entre la Casa Blanca y los republicanos de la Cámara Baja contempla, entre otros, topes al gasto en programas financiados por el Congreso en ámbitos como la sanidad, la educación, la justicia o la protección medioambiental.
En virtud de ese pacto, el gasto que no sea de defensa permanecerá igual en el año fiscal 2024 y aumentará el 1 por ciento en el año fiscal 2025. Es decir, se recortarán todas las áreas del Estado para poder incrementar el gasto en Defensa, que es la cartera de la que sale el financiamiento armamentístico a Ucrania y a Taiwán, entre otros frentes que EE.UU. sostiene fuera de su territorio.
Asimismo, endurece los requisitos de trabajo para acceder a prestaciones sociales, como los cupones de alimentos, y rescinde 28.000 millones de dólares no gastados que habían sido asignados a programas de ayuda frente a la pandemia. En paralelo, recorta parte de los nuevos fondos destinados a la Hacienda pública para reasignarlos a partidas que no sean de defensa y contempla la reanudación de los pagos por parte de los estudiantes universitarios de la deuda que tengan acumulada, que se había suspendido como promesa de campaña del actual presidente para captar el voto joven.
La aprobación del acuerdo en ambas cámaras del Congreso era crucial para que el país no incurriera en un impago de su deuda pública, después de que el pasado enero se alcanzara el techo de deuda, el límite legal al dinero que EE.UU. puede pedir prestado para hacer frente a sus compromisos. Es la sexta vez en la historia del país que aumenta su propio límite de deuda, la última había sido durante el gobierno de Barack Obama, que comenzó su gestión con un techo de 10.000 millones de dólares y terminó, 4 años más tarde, con uno de 14.000 millones de dólares.