Los enfrentamientos con Ucrania se trasladaron a los puertos luego de que finalizara la prórroga del acuerdo de granos y que Turquía amenazara con intervenir militarmente.
Luego de varias prórrogas sobre el acuerdo de granos entre Ucrania, Rusia, la ONU y Turquía, el gobierno de Vladimir Putin decidió no volver a extender el plazo debido a que, desde la entrada en vigencia del acuerdo, “ninguna de las condiciones ha sido cumplida por las partes”, salvo por Moscú.
El reclamo del Kremlin, difundido en las últimas horas por el propio presidente ruso y por la portavoz del ministerio de exteriores, María Zarájova, indica que sólo Rusia ha cumplido con su parte del acuerdo, proveyendo de granos e insumos agrícolas por toneladas en los últimos meses, mientras que Ucrania ha retenido parte de estos envíos, Turquía ha desviado un gran porcentaje de ellos y el resto de la Unión Europea se ha quedado con lo que, en teoría, sería destinado a los países más necesitados.
Los países más beneficiados por este acuerdo fueron España, Francia, Turquía y Egipto, dejando muy detrás a países como Yemen o Etiopía, que atraviesan hambrunas por causa de los años de guerra y devastación. En este sentido, el reclamo de Rusia se completa con la afirmación de que uno de los requisitos fue reintegrar a su banco de granos al sistema SWIFT, hecho que al día de hoy no ha ocurrido, y que detengan la imposición de sanciones comerciales, lo que no sólo no ha acontecido sino que, por el contrario, se ha intesificado en los últimos meses.
En consecuencia, los únicos beneficiarios de dicho acuerdo han sido la UE, Turquía y Ucrania, mientras que tanto Rusia como los países más necesitados se encuentran en una situación peor que la anterior al acuerdo. La respuesta de Turquía ante la negativa rusa de continuar bajo estas condiciones fue que custodiarían los busques ucranianos y que seguirían con la distribución “quiera Rusia o no”, a lo que Moscú respondió con los primeros ataques al puerto de Odesa de principios de esta semana.
La tensión continúa en aumento en la región del Mar Muerto, ya que al estar fracasando la contraofensiva ucraniana en los frentes del Donbás, se ha trasladado el foco al sur con lo que se intensifican los enfrentamientos armados en los puertos. Rusia ya ha destruido más de 60.000 toneladas de trigo ucraniano y anunció no estar dispuesta a permitir que un sólo buque salga hasta tanto no se cumplan las condiciones del acuerdo.
Putin, sin embargo, ha remarcado que es “consciente de que la ONU hace su mejor esfuerzo” por cumplir con lo pautado, con lo que ha establecido una distancia entre la mediación turca, que pasó de neutral a beligerante con las amenazas de los últimos días, y del accionar de los países miembro de la OTAN que se han aprovechado de la situación para beneficio propio, en detrimento de las necesidades vitales de países sumidos en una profunda crisis humanitaria.
Se esperan más ataques en el Mar Negro que preocupan a la ONU y mantienen en vilo al resto de la región.