Un individuo habría intentado incendiar la sinagoga de Rouen, en el noroeste de Francia. Al ser sorprendido, atacó a un agente de policía y terminó abatido en el lugar.
La policía francesa mató este viernes a un hombre armado que intentaba prender fuego a una sinagoga en Rouen, en el noroeste de Francia, en un contexto de aumento de los actos antisemitas en todo el mundo.
A primera hora de la mañana, los policías “constatan la presencia de un individuo en el techo de la sinagoga con una barra de hierro en una mano y un cuchillo de cocina en la otra, gritándoles improperios”, indicó el fiscal de Rouen, Frédéric Teillet. “Efectivamente, salía humo por las ventanas de la sinagoga”, situada en el centro histórico de la ciudad, declaró el representante del ministerio público en rueda de prensa.
El individuo arrojó la barra de hierro, “que resultó ser una broca”, hacia los agentes y “luego saltó del tejado y corrió hacia un policía, amenazándole con el cuchillo”, explicó. Tras hacer varias advertencias “en vano”, el policía amenazado “habría utilizado su arma en cinco ocasiones, alcanzando al individuo en cuatro”, según el fiscal, para quien el agente disparó su arma de forma reglamentaria.
Francia, que acoge la principal comunidad judía de Europa, registró un aumento de actos antisemitas desde el inicio de la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza, en respuesta al ataque lanzado el 7 de octubre por el movimiento islamista palestino Hamás en suelo israelí. A inicios de mayo, el primer ministro francés, Gabriel Attal, indicó que el número de actos antisemitas subió un 300% en el primer trimestre de 2024, respecto al mismo período de 2023.
Según la presidenta de la comunidad judía de Rouen, Natacha Ben Haïm, “el fuego provoco muchos daños”, pero “se produjo un gran milagro”, ya que los libros sagrados de la Torá, “el objeto más importante”, no se vieron afectados.
La justicia abrió dos investigaciones: una por un incendio contra un lugar de culto y “violencias voluntarias” contra funcionarios públicos, y una segunda por la muerte del hombre. El atacante pudo ser identificado gracias a un tarjeta de la red de transporte público de Rouen. Según una fuente próxima al caso, pesaba sobre él una orden de expulsión de Francia desde hace “menos de un año”, decisión que había recurrido.
