EE.UU. acusa a la República Islámica de actuar ilegalmente, aunque el accidente reportado días antes dejó como saldo dos muertos, según informa Teherán.
La Armada de Estados Unidos aseguró ayer que fuerzas navales de la Guardia Revolucionaria de Irán interceptaron un petrolero en aguas internacionales del golfo de Omán, una iniciativa que Washington considera ilegal y un riesgo para “la seguridad y la estabilidad” en la región.
Sin embargo, Irán aseguró que la embarcación, con bandera de Islas Marshall, fue interceptada después de que chocara en la víspera contra un barco iraní en aguas del golfo Pérsico, dándose a la fuga contrariando al orden internacional, tras provocar dos muertos y varios heridos en el incidente.
Asimismo, la autoridades iraníes precisaron que, ante una solicitud del Centro de Salvamento y Vigilancia Marítima (MRCC), la Armada persiguió al petrolero, capturándolo y dirigiéndolo a “aguas costeras de la República Islámica de Irán”, según recogió la agencia estatal de noticias IRNA.
Por su parte, la Quinta Flota norteamericana, que se encarga de esta zona, informó a través de un comunicado de que las fuerzas iraníes pararon el barco, con bandera de las Islas Marshall, a las 13.15 (hora local). El carguero emitió una señal de alerta durante este incidente, según las fuerzas estadounidenses, que “vigilan la situación”.
“El Gobierno iraní debería liberar inmediatamente el petrolero”, reclamó la Quinta Flota, que acusó a Teherán de “amenazar la seguridad marítima y la economía global” con su “continuo acoso a los barcos y la interferencia en los derechos de navegación”. No en vano, la zona es un punto clave de tránsito de mercancías, incluido el petróleo, y las embarcaciones estadounidenses abundan en la región.
Por ahora, el buque está bajo custodia iraní y se evaluarán las sanciones aplicadas luego de que se definan con presición las responsabilidades por la muerte de las dos personas que estaban en la embarcación islámica al momento del accidente.