Luego de que el general retirado afirmara que el poder “dictatorial” del mandatario, de 78 años, no tiene sucesores dentro de su familia ni del sandinismo y que, tras su muerte, debe haber elecciones, el presidente nicaragüense le quitó una condecoración militar.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anuló este martes una orden que otorgó su hermano menor, Humberto Ortega -en su calidad de jefe del Ejército Popular Sandinista- al entonces agregado militar de EE. UU. en Managua, el 14 de enero de 1992, y lo acusó que, desde hace 32 años, “tenía entregada su alma al diablo”.
Ortega invalidó esa condecoración luego de que el general retirado afirmara al medio argentino Infobae que el poder “dictatorial” del mandatario, de 78 años, no tiene sucesores dentro de su familia ni del sandinismo y que, tras su muerte, debe haber elecciones.
Después de 32 años y en un acto público, en presencia del alto mando del Ejército de Nicaragua y de la Policía Nacional, Ortega dijo que su hermano -que dirigió las Fuerzas Armadas Sandinistas de 1979 a 1995- cometió en 1992 el “sacrilegio” de entregar la medalla al valor en oro Camilo Ortega al entonces agregado militar de EE. UU.
“¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza! ¡Una traición al pueblo! ¡Una traición a la patria!”, exclamó el gobernante, que se encuentra en el poder desde 2007, al que retornó tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990.
Ortega aseguró que esa orden entregada al “yanqui invasor” despertó en su momento la molestia y rechazo por parte de los sandinistas, entre los que mencionó un escrito de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. “Ya desde entonces el (anterior) jefe del Ejército tenía entregada su alma al diablo”, sostuvo el mandatario, que promulgó un decreto presidencial en el que ordenó “anular, invalidar y retirar esa infamia”.
El gobernante -que no explicó por qué hasta ahora anulaba esa orden- argumentó que entregar una medalla a un militar estadounidense es un “acto de deshonra nacional”, una “acción vendepatria”, “un acto de entreguismo y de traición a la patria”. Con ese decreto, declaró, “hoy se limpia esa mancha humillante” y se borra esa “afrenta” de su hermano, a quien le mantienen retenidos los teléfonos celulares y computadoras luego de que cuestionara la sucesión “dictatorial” del mandatario.