Una avalancha de tierra, en la madrugada del sábado, sepultó una aldea remota del norte de Papúa Nueva Guinea. Los rescates continúan y la suma de fallecidos aumenta.
Papúa Nueva Guinea informó este lunes a la ONU de que más de 2.000 personas fueron sepultadas en el enorme corrimiento de tierras que arrasó un pueblo. “El deslizamiento sepultó a más de 2.000 personas vivas y causó una gran destrucción”, indicó el centro nacional de catástrofes papú a la oficina de la ONU en la capital, Port Moresby.
La aldea de Yambali, situada en la ladera de una colina en la provincia de Enga, fue casi completamente arrasada cuando colapsó parte del monte Mongalo la mañana del viernes pasado, sepultando numerosas casas y las personas que dormían en su interior. El domingo, la ONU había estimado en 670 los muertos provocados por el desastre.
Testigos declararon a la cadena ABC que tienen miedo de nuevos desprendimientos de tierra en esta área montañosa y pidieron al Gobierno que envíe apoyos para garantizar la seguridad de los pueblos de la zona. Según la emisora australiana, la única forma de llegar a la zona es en helicóptero.
El primer ministro James Marape dijo que los funcionarios de desastres, las Fuerzas de Defensa y el Departamento de Obras Públicas y Carreteras estaban ayudando con los esfuerzos de socorro y recuperación.
Según el centro nacional de catástrofes papú, “la situación continúa siendo inestable pues el deslizamiento de tierras continúa avanzando lentamente, poniendo en peligro tanto a los rescatistas como a los posibles sobrevivientes”. Horas antes, el alto funcionario de la ONU, Serhan Aktoprak, señaló que los rescatistas están “corriendo contra el tiempo” para encontrar sobrevivientes.