Presionada entre el escándalo LGBT con un violador que fue enviado a la cárcel de mujeres luego de declararse “mujer trans” y la negativa de Reino Unido a celebrar un referendo independentista, la líder nacionalista Nicola Sturgeon anunció que dejará el cargo.
La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP, en inglés), anunció su dimisión como ministra principal de Escocia, en una conferencia de prensa en Edimburgo. Sturgeon no precisó la fecha de su retirada, que se hará efectiva una vez que sea elegido el nuevo “número uno” de la formación, dijo.
Su renuncia había sido adelantada por la cadena pública británca BBC. “Sturgeon ha sufrido una serie de reveses políticos recientemente, incluida la derrota ante la Corte Suprema del Reino Unido, de sus planes para un nuevo referéndum de independencia y la grave polémica en torno a un doble violador enviado a una cárcel de mujeres tras anunciar que era una mujer trans”, contextualizó el diario británico The Guardian.
El anuncio se conoce después de que el mes pasado el Gobierno británico indicase que bloquearía una ley escocesa que facilita el reconocimiento del cambio de género. Isla Bryson, cuya sentencia se conocerá en febrero, transicionó de hombre a mujer mientras esperaba el juicio por dos casos de violación de dos mujeres, uno en 2016 y otro en 2019, cuando respondía todavía al nombre de Adam Graham. Durante el proceso judicial, afirmó que supo que era transgénero a los cuatro años, pero no fue hasta los 29, hace dos años, cuando decidió hormonarse y someterse a cirugías. Sin embargo, su esposa declaró que era una estrategia para obtener una pena más leve por sus crímenes.
Sturgeon, ferviente defensora de la independencia de Escocia, deja el Ejecutivo autonómico después de ocho años al frente del mismo, al que había accedido tras la victoria del “no” en el referéndum sobre la escisión escocesa celebrado el 18 de septiembre de 2014, cuando sucedió a Alex Salmond.
Sturgeon había manifestado su intención de convocar un segundo referéndum de independencia en octubre de este año. No obstante, el Tribunal Supremo del Reino Unido, máxima instancia judicial británica, dictaminó el año pasado que el Parlamento autónomo de Escocia no tiene competencias para convocar una consulta sobre la escisión sin el consentimiento del Gobierno británico (central), al entender que se trata de “asuntos reservados al Parlamento británico”.
En el primer referéndum, celebrado el 18 de septiembre de 2014, Escocia votó con un 55,3 % en contra de la separación del resto del Reino Unido, mientras que el 44,7 % apoyó la independencia.