Republicanos exigen a Biden que deje de financiar a Ucrania: “No es el 51.º estado de EE.UU.”

Republicanos exigen a Biden que deje de financiar a Ucrania: “No es el 51.º estado de EE.UU.”
Joe Biden, presidente de EE.UU.

Mientras se revisa el presupuesto de Defensa 2024 en el congreso estadounidense, miembros de la oposición sumaron enmiendas para dejar de financiar guerras en el extranjero. Las encuestas indican un decreciente apoyo a Ucrania entre la población norteamericana.

La congresista estadounidense del Partido Republicano, Marjorie Taylor Greene, ha introducido una serie de enmiendas al proyecto de presupuesto de defensa de EE.UU. para el año fiscal 2024, que incluyen el inicio del proceso de retirada del país de la OTAN y la suspensión de la ayuda a Kiev hasta que termine el conflicto ucraniano.

“Ucrania no es el 51.º estado de EEUU”, declaró la congresista. Una de sus enmiendas impone la prohibición de asignar fondos federales estadounidenses a Ucrania hasta que el presidente estadounidense, Joe Biden, pueda confirmar al Congreso que el conflicto en ese país se ha resuelto por medios diplomáticos. Greene escribió en sus redes sociales que EE.UU. debe “dejar de financiar guerras extranjeras interminables”.

La congresista enmendó también el proyecto de presupuesto de defensa nacional para prohibir el suministro de cazas F-16 de cuarta generación y misiles de largo alcance a Ucrania. “EE.UU. no debe colaborar con el Gobierno de Ucrania para establecer ningún centro en Ucrania, sea cual sea su propósito. No deberíamos malgastar tiempo y recursos y poner al pueblo de Ucrania por delante de los ciudadanos y veteranos estadounidenses”, declaró la congresista.

Estas declaraciones, difundidas en las últimas horas de la cumbre de la OTAN que se celebra en Lituania en la que, a pesar de las exigencias del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, el propio Joe Biden no ha confirmado la adhesión del país a la Alianza, están en línea con las encuestas y las crecientes manifestaciones en contra de continuar con el financiamiento de la guerra a costa de los impuestos estadounidenses. En plena campaña electoral, el partido republicano apuesta a un discurso anti belicista mientras los demócratas recrudecen sus mensajes de confrontación.

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