Luego de que el Tribunal Superior de Londres autorizara a Julian Assange apelar contra su orden de extradición a EE.UU., ante dudas sobre garantías y condiciones de enjuiciamiento.
El Tribunal Superior de Londres ha fallado este lunes en favor del fundador de Wikileaks, Julian Assange, al que se le permitirá apelar contra su orden de extradición a Estados Unidos, donde se le imputan varios delitos por la difusión de miles de documentos secretos.
La defensa de Assange ya había solicitado en febrero la impugnación de la mayor parte del caso para evitar su extradición. Sin embargo, los jueces encargados del caso rechazaron la mayoría de argumentos de los abogados pero sí pidieron a Estados Unidos garantías a la seguridad de Assange, de 52 años.
Luego de conocerse esta decisión, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, ha reclamado este martes la liberación Assange: “Seguimos trabajando de forma constructiva. Nuestra posición ha sido muy clara y la misma que tuve como líder de la oposición y como primer ministro. Es suficiente”, ha manifestado en declaraciones a la prensa, según la transcripción facilitada por su oficina a través de su página web.
Así, el primer ministro australiano reiteró que el encarcelamiento y proceso judicial contra Assange “no sirve de nada” y ha subrayado que las autoridades de Australia “siguen trabajando muy de cerca para lograr resultados”, en referencia a su liberación.
La decisión de la Justicia británica brinda a Assange, ciudadano australiano, la posibilidad de poner en tela de juicio las garantías prometidas desde Washington sobre cómo se llevará a cabo su posible juicio tras ser extraditado. El periodista ha defendido en todo momento que las informaciones reveladas en 2010 sirvieron para dar a conocer crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos.
El Gobierno de Reino Unido ya dio luz verde al traslado en junio de 2022, pero Assange, que llegó a permanecer cerca de siete años refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, ha tratado de bloquearlo por todas las vías posibles. Sobre él pesan cargos por violar la Ley de Espionaje estadounidense y se arriesga a una condena de hasta 175 años de cárcel.