Federico Arrébola Giménez vivía en una camioneta en un baldío de San Juan. A pesar de haber recibido varios ofrecimientos de ayuda de los vecinos, él siempre afirmó tener dinero y rechazó estas ofertas.
La tranquila San Juan fue sacudida por la noticia de la muerte de Federico Arrébola Giménez, un hombre nacido en España. El descubrimiento de su cuerpo en una furgoneta en desuso generó interrogantes en los vecinos. Este hecho inquietante es el tema de conversación en la provincia en las últimas horas.
Federico Arrébola Giménez era una figura conocida en el departamento Rawson, ubicado en el centro sur de San Juan. Pasaba la mayor parte de su tiempo en la calle, vendiendo dulces y ofreciendo sus servicios como vidente y tarotista. A la edad de 76 años, Arrébola Giménez vivía en una camioneta abandonada en un terreno lleno de chatarra. Había tomado la decisión de trasladarse a este baldío y establecerse en un vehículo en un estado lamentable.
El descubrimiento de su cuerpo se produjo el 16 de octubre cuando otro vecino, propietario de una casa de fin de semana, se preocupó al no ver a Arrébola Giménez en las calles durante más de 14 días. El cuerpo fue encontrado sin vida en la furgoneta que habitaba. El lugar emanaba un fuerte olor nauseabundo.
Las investigaciones de la UFI 4 Delitos Especiales de San Juan, dirigidas por el fiscal Francisco Micheltorena, confirmó que Arrébola Giménez murió de causas naturales. Padecía una enfermedad isquémica crónica en el corazón y una miocardiopatía dilatada que finalmente causaron su fallecimiento. Según le informaron fuentes judiciales a TN, los vecinos intentaron ayudarle al ofrecerle un lugar mejor para vivir, pero él siempre afirmó tener dinero y rechazó estas ofertas.
EL ESPAÑOL TENÍA USD 19.000
La fiscalía de San Juan señaló que Arrébola Giménez recibía una pensión de España y que muchas personas visitaban al vidente para solicitar sus servicios. Era un personaje popular en el pueblo. El médico forense que examinó su cuerpo informó que, debido al estado de descomposición, llevaba más de cinco días fallecido y que no había signos de violencia física.
Lo que más llamó la atención en el caso fue que durante la inspección en su casa la policía encontró sólo encontró $11.000 entre sus pertenencias. Luego, en una segunda requisa “con la luz del día se hallaron $450.000 más y US$19.160″. Además, tenía una notebook, módems, un arma de plástico y formularios 08 que se usan para transferir vehículos entre propietarios.
“Se presentó el hijo de una supuesta prima por el tema de la herencia, pero aún no se pudo establecer el parentezco”, dijeron desde la fiscalía. En caso de comprobarse el parentesco pasará a los herederos, pero sino se logra constatar “pasará al Estado como herencia vacante”.