La mujer falleció 90 días después del ataque. Desde la comunidad LGBT aseguraron que “siete años no ayudan a disminuir el odio y la discriminación”.
Un hombre fue condenado este lunes a 7 años y 6 meses de prisión por intentar matar a una mujer trans, quien resultó herida en agosto de 2019, pero falleció casi noventa días después, en Santiago del Estero, informaron fuentes judiciales.
El fallo, al que se arribó por mayoría, recayó sobre Daniel Clemente Romano, quien fue hallado culpable del “homicidio simple en grado de tentativa” de Gisela Corvalán.
“No era lo que esperábamos”, dijo Cintia Cravero, abogada de la asociación civil Diversidad Valiente Santiagueña (DiVaS), que intervino en el juicio bajo la figura de “Amicus Curiae”.
La letrada, junto con la Fiscalía, había solicitado que Romano fuera condenado por el delito de “homicidio agravado por el odio a la orientación sexual”.
“No se hizo referencia a la agravante, solo la desestimaron”, aclaró Cravero y agregó que el lunes próximo se conocerán los fundamentos del fallo dictado por el tribunal integrado por los jueces Juan Carlos Storniolo, Alfredo Daniel Pérez Gallardo y Daniela Campos Nittinger.
De acuerdo a la letrada, dos de los magistrados consideraron que 2no quedó probado” que la herida provocada por Romano a la víctima al momento del ataque fue la causa de muerte de Corvalán.
“Por eso la figura es homicidio en grado de tentativa porque justamente se rompe el nexo causal”, señaló la abogada.
“Se hizo la vista gorda de todo lo que se estuvo declarando aquí, en primer lugar, como parte de la comunidad LGTB, si hay una muerte de una persona trans no cabe la menor duda de que hay un crimen de odio por detrás”, manifestó.
Según Cravero, “él (por Romano) siempre se refirió a Gisela como varón”.
La audiencia se inició cerca de las 10 de este lunes, el ahora condenado pronunció sus “últimas palabras” ante el tribunal y pidió “perdón”, tras lo cual, hubo un cuarto intermedio y al cabo del mismo se leyó el veredicto.
“En primer lugar quiero pedirle perdón a mi madre, a mi abuela y le pido perdón a la familia de Corvalán”, dijo Romano y aclaró: “Nunca tuve la intención de matar a nadie.”
Por su parte, el abogado defensor, Juan José Saín, recordó que había pedido la absolución de Romano y que que “durante todo el juicio, jamás se pudo acreditar el extremo del rencor que necesita contra una orientación sexual determinada”.
También destacó que en el debate, el ahora condenado “reveló su condición de persona trans que la tenía oculta, como el bien lo dijo”.
En tanto, tras conocerse el fallo, desde DiVas señalaron en un comunicado de prensa que “siete años no ayudan a disminuir el odio y la discriminación, siete años no repara, no compensa; siete años no valen las vidas trans”.
Para esta asociación, la justicia “premió con siete años al transfemicida de Gisela Corvalán”, ya que “en dos años libre para seguir odiando”.
El hecho ocurrió el 19 de agosto del 2019, en una casa de la localidad de El Sauzal, departamento Rio Hondo, donde Corvalán se hallaba acompañada por Romano y otras dos personas.
Según surge de esas testimoniales, durante la madrugada Romano estuvo burlándose del aspecto físico de Corvalán, por lo que la mujer trans le exigió que se fuera de la casa.
Los testigos aseguraron que Romano se resistió y forcejeó para evitar que lo echen y que en medio de la lucha atacó a Corvalán con un cuchillo, hiriéndola en el abdomen.
Luego de la agresión, Romano escapó, mientras que Corvalán fue trasladada a un centro asistencial, donde quedó internada en terapia intensiva hasta el 13 de noviembre de ese año, cuando finalmente murió.