31 de octubre de 2024

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Elecciones en Córdoba: por el ajustado triunfo, Llaryora deberá negociar para avanzar

Elecciones en Córdoba: por el ajustado triunfo, Llaryora deberá negociar para avanzar
El intendente Martín Llaryora inaugura 2 aulas en la escuela Horacio Garcia de villa Cornú. foto Pedro Castillo

Aseguró ya que empieza de cero y que se abrirá al diálogo. ¿Por dónde podría explorar acuerdos?

“Agradecemos por estos 24 años pero empieza una nueva provincia, que hará las reformas necesarias para mejorar. Ahora empieza algo mejor sobre lo que ya está hecho, entendimos el mensaje”. Clink caja.

Eran casi las 2 de la madrugada del lunes y Martín Llaryora aparecía en el búnker donde el oficialismo esperó los resultados. Tenía ya algunas definiciones de peso: ganaba por apenas tres puntos pero ganaba, el escaso margen llevaría a competidor a cuestionar la victoria y será el gobernador los próximos cuatro años, sí, pero en un contexto que jamás imaginó. Por primera vez desde que es gobierno tendrá minoría en la Legislatura.

Agradeció de lleno a la “generación que se retira” y dijo que su Gobierno “se abrirá al diálogo”. “Entendimos el mensaje”, reiteró.

Quizás una de las conclusiones que deje esta elección provincial es que el cordobés se cansó de las grandes mayorías, esas que de tanto imponer se terminan pareciendo a una autocracia. Cuando Juan Schiaretti obtuvo el 57% de los votos en 2019, aseguró que eso no le concedía la suma del poder público. Y si bien se retira con una imagen positiva altísima, no estuvo siempre dispuesto a negociar. De hecho, las reformas de peso que consiguió en la Legislatura las logró por la mayoría propia agravada y no porque acordó con la oposición. Por caso, llevó en su gestión dos grandes reformas del sistema previsional, costosas desde los político, pero que no tuvieron el consenso de la oposición. Quizás no hubiesen acompañado (siempre desde la tribuna es más fácil) pero tampoco se intentó.

Llaryora estará obligado a hacerlo. Hoy Schiaretti cuenta con 49 legisladores propios de los 70 que tiene la Unicameral. Desde el 10 de diciembre, Juntos por el Cambio pasaría a tener 34 bancas y Hacemos Unidos por Córdoba bajaría a 32. Con 36 alcanza al quórum, por lo que estará obligado a negociar sí o sí. Fuera de JxC quedarían cuatro bancas, una por cada fuerza minoritaria: la izquierda, el vecinalismo, los libertarios y el kirchnerismo.

Además, con la mano en el corazón, hubo muchas propuestas coincidentes entre ambas fuerzas, como el uso de armas no letales para la Policía, la necesidad de reformar el código de convivencia y hasta revisar el Código Procesal Penal de Córdoba. La posibilidad de discutir el régimen previsional del policía, que les permite retirarse a los 40 años de edad y la intención de que civiles realicen tareas hoy que ocupan a los policías podrían ser una buena oportunidad para ejercitar el consenso. Una discusión a fondo para combatir al narco, ¿cómo no podría ser consensuada por todas las fuerzas políticas? ¿Fue un error eliminar la figura del merodeo? ¿Por qué la ciudadanía entiende que hay puerta giratoria en la Justicia? ¿Qué reforma se debiera encarar al respecto?

Habrá que ver si Llaryora, enojado el domingo con el sistema de conteo de los votos, se anima a darle el salto de calidad institucional que la ley electoral cordobesa necesita: fechas fijas no discrecionales, posibilidad de balotaje y correcciones a la Boleta Única, como la engañosa columna inicial que confunde al votar lista completa. Hay dirigentes opositores que están muy de acuerdo con eso.

Poco se ha discutido en Córdoba por mejorar la calidad educativa. Lo máximo que hemos debatido es sobre salarios. Según las pruebas Aprender del 2022, el 32% de los chicos de sexto grado cordobeses tienen desempeño malo o pobre en matemática y 34% igual en lengua. En el secundario, apenas el 43% termina en tiempo y forma, es decir, seis años después. ¿Qué política pública podría torcer este rumbo? ¿Cómo mejorarle el salario a los maestros garantizando a la vez excelencia educativa a los chicos? ¿Hay que remunerar el presentismo, la capacitación? ¿Por qué no?

En salud, urge hacer algo con los recursos humanos: faltan pediatras, neonatólogos, terapistas y un largo etcétera. ¿Cómo puede el Estado direccionar la formación a esas áreas? ¿Cómo pensar a fondo una salida a la crisis general de la salud? Del debate bien podrían salir buenas ideas.

La siniestralidad en las rutas cordobesas sigue en ascenso, pese a las campañas, la Caminera y la quita de puntos. No es hoy suficiente: ¿no habría que replantear el rol de la policía, más atenta a la luz apagada que a otra cosa? ¿Cómo bajar la mortalidad en serio? ¿Nada se puede hacer?

Llaryora aseguró que empezará de cero, mejorando lo hecho. Tendrá un contexto económico difícil en función del desorden macro y la obligación objetiva de negociar si pretende que Córdoba avance en reformas de sintonía fina.

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