Lo dijo el presbítero que investigó internamente. Aseguró que el juicio canónico está a la espera de la resolución judicial de un caso anterior endilgado al mismo sacerdote.
Ante las sospechas de que hubo maniobras internas para ocultar un presunto abuso sexual por parte del cura Walter Bustos, las autoridades de la Iglesia de San Juan salieron a desmentir esa posibilidad. El sacerdote que encabezó la investigación del caso, David Gómez, aseguró que cuando le tomaron declaración a la víctima, le dijeron a él y su madre que hicieran la denuncia en la Justicia ordinaria y que todo consta en el acta. Además, sostuvo que jamás le hicieron firmar un juramento de mantener todo en secreto.
La Iglesia hizo su descargo a través de una conferencia de prensa que brindaron este lunes el obispo Jorge Lozano, el propio Gómez, y los abogados Cristina Naveda y Rubén Lloveras. Fue luego del allanamiento que dispuso el viernes la Justicia Penal en el Arzobispado, en donde secuestró documentación referida al último caso de abuso sexual que se le imputa a Bustos.
El cura, que viene de ser condenado a 1 años y 8 meses de prisión por abusar sexualmente de un sobrino, está siendo investigado judicialmente ahora por los ultrajes a un joven de 15 años en 2017, cuando era párroco en Valle Fértil. La Iglesia tomó conocimiento del caso en septiembre del año siguiente y abrió un expediente interno, cuando la supuesta víctima decidió contárselo a su sacerdote confesor.
En una de las actas secuestradas por el Ministerio Público figura que el juez eclesiástico de ese proceso fue el presbítero David Gómez, quien le tomó declaración al menor de edad para que contara lo sucedido. De ese mismo documento, según lo que confiaron fuentes judiciales, se desprende que al chico le hicieron firmar un juramento de mantener en secreto el aberrante hecho que involucra a Bustos.
De comprobarse que la víctima fue persuadida a no decir nada, el cura y todo aquel que hubiera querido incidir en el sentido podría ser acusado de cometer el delito de coacción. El fiscal Mario Paneta fue prudente a la hora de hablar del caso, pero no descartó que exista un intento por ocular el asunto y dijo que lo investigarán.
En la conferencia de prensa, Gómez aseguró que en ningún momento le hicieron firmar al menor un juramento de guardar el secreto. Según el religioso, “esa es una fórmula que le caben a los actuantes”, es decir a él mismo como juez eclesiástico y al sacerdote actuario, y “no a la presunta víctima”. En todo caso, aclaró, el juramento que suscribió fue para decir la verdad.
Con el objetivo de abonar que no hubo intento de tapar nada, Gómez contó que en el acta consta que el menor estuvo acompañado por su madre y que a ambos le indicaron que debían poner en conocimiento de la Justicia el caso. A eso, agregó: “Los instamos a hacer la denuncia, pero la madre no quería por ningún motivo”. “Decían que el chico recibía una ayuda (espiritual) muy importante de la Iglesia y que no quería que le hicieran bullying”, señaló.
Consultados acerca de por qué la curia no denunció el caso penalmente, la abogada Naveda explicó que en septiembre de 2018 todavía estaba vigente que decía que los delitos sexuales contra menores dependían de instancia privada, lo que significa que la víctima es la única habilitada para exponer la situación en la Justicia. La normativa se modificó un mes después y desde entonces, cualquier persona puede denunciar cuando se entera de un ultraje a un menor.
Juicio canónico y dudas
La investigación interna de la Iglesia es a los efectos de determinar si hay elementos para iniciar un juicio canónico contra Bustos. Uno de los interrogantes es por qué aun no se terminó el proceso, siendo que ellos tomaron conocimiento del caso hace casi 5 años atrás.
Gómez contó que cuando mandaron todo lo actuado al Vaticano sobre el presunto abuso al menor, este les contestó en 2020 que esperaran hasta que la Justicia resolviera el primer caso que le imputaban al sacerdote (el que habían denunciado sus sobrinos).
Si bien Bustos ya recibió una condena por el abuso de un sobrino (en el caso del otro, fue absuelto por el beneficio de la duda), la misma todavía no está firme. Por eso, Lloveras y Gómez afirmaron que aún no dan inicio al juicio canónico que podría terminar con el cura exonerado de la Iglesia.