El polémico líder del gremio de los gastronómicos hizo un acuerdo político con el libertario. Hasta su compañera de fórmula salió a cuestionarlo. Lo que está en juego en esta relación de poder.
Si hay algo que hay que reconocerle a Luis Barrionuevo, es que es frontal. Polémico y frontal serían las características más fuertes del poderoso líder del gremio nacional de los gastronómicos.
“A mí me alcanza que el presidente sea mi amigo. Levantar el teléfono y hablar con el presidente. Eso es el poder, y lo que he hecho siempre”, con esta definición, sin grises, Barrionuevo blanqueó su acuerdo político con Javier Milei, el candidato presidencial que encabeza todas las encuestas.
Un acercamiento político que sorprendió hace dos semanas, cuando se oficializó con un acto masivo que el candidato libertario encabezó en Parque Norte.
Esa convocatoria, que se realizó el 22 de septiembre pasado, fue organizada por Barrionuevo para recaudar fondos para la campaña del candidato ultraliberal.
Distintos medios informaron que se recaudaron U$S 800 mil. Nadie en el comando de campaña desmintió el dato.
Tampoco los libertarios lo confirmaron, alimentando las suspicacias sobre el financiamiento de todas las campañas, es decir, de la política en general.
La reunión a solas entre Milei y Barrionuevo se produjo cinco días antes de aquel acto multitudinario en Parque Norte.
El lunes 18 de septiembre, Milei ingresó a la cochera subterránea del gremio de los gastronómicos, en Avenida de Mayo.
En el tercer piso lo esperaba Barrionuevo. Allí se cerró el acuerdo político: el gremio gastronómico colaborará en la fiscalización de las elecciones del próximo 22 octubre.
No se sabe cuál es el compromiso que asumió Milei, en el caso que se siente en el sillón de Rivadavia, aunque hay algunas pistas.
Barrionuevo ratificó que no quiere ningún cargo en un eventual gobierno de Milei. Pero también dejó claro que aspira a tener injerencia en el manejo de una caja que puede ser multimillonaria: un posible seguro de desempleo para los gastronómicos.
El líder del gremio de los gastronómicos habló con Milei del mecanismo que utiliza la Uocra (gremio de la construcción), el Fondo de Cese Laboral, que reemplaza a la indemnización.
En pocas palabras, el empleador deposita el 12% del salario mensualmente en el fondo durante el primer año de la relación laboral y el 8% a partir del segundo año. El dinero se deposita en una cuenta bancaria, genera intereses para el trabajador y son inembargables. El dinero es de libre disponibilidad para el trabajador.
El monto del aporte mensual corre únicamente por cuenta del empleador sobre un porcentaje del salario y sustituye la indemnización.
Barrionuevo ya dijo de manera pública que está de acuerdo con una “modernización de los convenios laborales”. Evitó hablar de una reforma laboral.
“Hay convenios colectivos de trabajo que datan del año 1975, hay que actualizarlos, adecuarlos y creo que en eso estamos, por lo menos desde mi gremio. Nosotros nos estamos adecuando con las empresas que van llegando”, dijo el gremialista al portal catamarqueño El Esquiú.
Respecto de los desempleados, el domingo pasado, en una entrevista a radio Mitre, Barrionuevo disparó munición gruesa contra los dirigentes piqueteros.
“Hay que terminar con los (Luis) D’Elia y los (Juan) Grabois, que se han enriquecido con la nuestra. Lo que yo planteo es que los fondos que el Estado pone en planes sociales sea para los desocupados de cada gremio”, señaló Barrionuevo, marcando diferencias con el Gobierno nacional, que priorizó su relación con las agrupaciones piqueteras por sobre los gremios.
Victoria Villarruel, compañera de fórmula de Milei, admitió sentirse “incómoda” por el acuerdo que su jefe político rubricó con Barrionuevo.
“A Barrionuevo, puntualmente, no lo conozco, pero no es un personaje con el que yo tenga acuerdo. Me incomoda, sí, por supuesto, como le incomoda a cualquier persona en un país donde no hay agremiación libre”, opinó Villarruel sobre Barrionuevo, el socio peronista más destacado que sumó Milei.
Fiscalización
Barrionuevo reconoció que su gremio fiscalizará las elecciones presidenciales para La Libertad Avanza en 11 provincias.
Córdoba no está incluida en esos distritos, pero es probable que el gremio gastronómico local también colabore con la tarea de cuidar los votos de Milei en el cuarto oscuro.
Juan Carlos Rousselot, el referente de los gastronómicos cordobeses, es un hombre muy cercano a Barrionuevo y hará lo que el líder nacional le pida.
No obstante, en Córdoba, Rousselot tiene una excelente relación política con el gobernador electo Martín Llaryora y con el intendente electo Daniel Passerini.
Es más, los gastronómicos impulsaron un masivo acto de respaldo a Passerini, en el hotel Quinto Centenario.
También el gremio cordobés había apoyado la candidatura a gobernador de Llaryora.
En este caso, los gastronómicos cordobeses no se pronunciaron a favor de la postulación presidencial de Juan Schiaretti.
No obstante, Barrionuevo también elogió a Llaryora. Junto con el gobernador salteño Gustavo Sáenz, los mencionó como los dirigentes “de la renovación en el peronismo nacional”.
El mes pasado, el gremio de los gastronómicos de Córdoba salió a responderle con dureza al senador Luis Juez, quien había calificado a Barrionuevo como integrante de la “casta política”.
“El senador Juez hace 40 años que vive del Estado y no se destacó por sus gestiones cuando le tocó administrar. Es más casta que nadie”, aseguró en su momento el gremio cordobés, dejando claro el lineamiento político.
Lo concreto es que Barrionuevo volvió a sorprender. Llamativamente apoyó en su momento la precandidatura presidencial del cristinista Eduardo “Wado” de Pedro y ahora se pasó a la otra vereda ideológica, acordando con Milei.
El experimentado gremialista dice que le alcanza con tener el teléfono de Milei, pero también va por una caja millonaria.