Los candidatos presidenciales de Unión por la Patria y La Libertad Avanza buscarán reforzar las diferencias para sumar votos en una elección que se percibe pareja.
El candidato a Presidente de la coalición oficialista Unión por la Patria (UP), Sergio Massa, y su rival de La Libertad Avanza, Javier Milei, se medirán cara a cara este domingo en el último debate antes del balotaje que determinará el futuro político de Argentina. El nuevo cruce promete ser crucial frente a una elección que aún se percibe pareja e impredecible.
Esta nueva confrontación se diferenciará de las anteriores (las previas a las elecciones primarias y generales) porque el reglamento que estableció la Cámara Nacional Electoral contempla un formato más flexible para habilitar las discusiones y también para que los candidatos puedan tratar de capitalizar sus mensajes corporales.
El temario oficial indica que Massa y Milei volverán a exponer sus diferencias en torno a economía; relaciones de Argentina con el mundo; educación y salud; producción y trabajo; seguridad; y derechos humanos y convivencia democrática.
Sin embargo, las características propias de las disputas en segunda vuelta permiten suponer que ya no pesará tanto el contraste de propuestas sino el rechazo asociado al perfil y las características de cada uno de los aspirantes presidenciales en pugna.
“Una diferenciación fuerte va a ser por el estilo, es una prolongación de lo que viene sucediendo en la campaña entre la mesura y la locura, por así llamarlo. Creo que ahí va a haber una diferenciación fuerte de parte de Massa y sospechamos que Milei va a tratar de estar lo más tranquilo posible y controlado, de hecho lo estuvo en los anteriores debates pero cuando el juego de dos es diferente porque es mano a mano”, señaló el analista político Carlos Fara ante la consulta de este medio.
Fara consideró que Massa insistirá con sus mensajes para mostrarse como el garante de la “protección” social frente a Milei, a quien en oficialismo critican por promover un “salto al vacío”. “Y Milei lo que va a hacer es insistir con su viejo hit que indica que con los mismos de siempre no se pueden resolver los problemas de la Argentina”, evaluó.
Por su parte, el fundador de Synopsis Consultores Lucas Romero señaló que el balotaje del próximo 19 de noviembre no se resuelve por el “encanto” sino por el “espanto”. Los resultados del escrutinio que difundió la Justicia Nacional Electoral confirman que la batalla entre el aspirante peronista y el liberal no permite márgenes de error.
Massa logró remontar la derrota que afrontó en las Paso para quedar en el primer lugar en las generales, con una diferencia de 1.818.502 votos sobre el liberal. Atento a eso, Milei salió a convocar al electorado antikirchnerista con el respaldo del ex presidente Mauricio Macri y de la ex candidata presidencial de Juntos por el Cambio (JPC) Patricia Bullrich.
Es incierto lo que Milei pueda tomar de esa porción del electorado que dejó JPC (6.379.023 votos logró Bullrich en las generales), sobre todo porque el mayoritario sector del radicalismo y del PRO se diferenciaron de la apuesta de Macri, pero también lo es el potencial de Massa para sobrevolar el malhumor social por la crisis económica y movilizar a la base electoral del peronismo en esta instancia.
“¿Ese esfuerzo de movilización estará presente el domingo 19? Ya no hay gobernadores, ya no hay intendentes que están queriendo salvar su pellejo y que pusieron obviamente todo su esfuerzo. Esta es una de las interrogantes”, apuntó Romero.
En ese contexto, el debate suma una especial relevancia además porque ambos candidatos corren con la obligación de no quedar atrapados en sus propias contradicciones. “Un debate es un episodio mediático relativamente largo, lo más importante es tener un mensaje central muy claro. Si no tienen claro cuál es el mensaje, ahí estará el principal problema”, evaluó Augusto Reina, politólogo y coautor del libro ‘Debatir para presidir’, en declaraciones a TN.
Vale recordar que el evento, que se realizará, a las 21, en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, establece que como novedad que los candidatos podrán caminar en una zona delimitada fuera de sus respectivos atriles y otras instancias para estimular cruces directos.
“En esta elección los marginales son decisivos. Donde la diferencia entre las campañas es mínima, los centímetros ganados son claves”, opinó Reina.
Pesarán entonces los mensajes por fuera de las consignas formales que cada uno de los candidatos promovió en el tramo final de la campaña. A saber, Massa reforzó su llamado a constituir la “unidad nacional” mientras que Milei dejó en segundo plano su plan anti casta política para señalar que en la elección se define “continuidad o cambio”.
“No estoy muy seguro de que se animen a los golpes bajos, es decir, tirarse por la cabeza casos como el de Martín Insaurralde, por un lado, versus Juan Nápoli, del otro, y ese tipo de cosas. Me parece que estará más en los carriles de la política y de los atributos, de las diferencias ideológicas, aunque obviamente habrá ironías”, analizó Fara.