22 de noviembre de 2024

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El cementerio de Darwin en Malvinas donde están los soldados argentinos muertos está descuidado y sin mantenimiento

El cementerio de Darwin en Malvinas donde están los soldados argentinos muertos está descuidado y sin mantenimiento
El cementerio Darwin, en las Islas Malvinas, donde yacen los cuerpos de los soldados argentinos muertos en combate (Foto de dpa)

El Covid y la tensión bilateral, agravaron la situación. La empresa responsable es Stanley Growers. Contratada por Aeropuertos Argentina 2000.

El cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas, donde yacen soldados argentinos que murieron en la guerra de 1982 con el Reino Unido, presenta un visible deterioro de sus paredes, sus defensas y sus cruces. Su estado molestó a veteranos de la guerra que pudieron viajar al archipiélago y sacaron fotos que aquí se muestran.

Con sus 232 imponentes tumbas -eran 230 pero se agregaron dos en el proceso de identificación de los 122 restos estaban sin nombre y apellido- es uno de los mayores símbolos afectivos y tangibles que le quedan a la Argentina en ese territorio en disputa con Gran Bretaña. Para los isleños es un sitio turístico y para los veteranos argentinos y británicos, un santuario de respeto y peregrinación.

En cambio, el cementerio británico de San Carlos, donde hay sepultados 14 de los 255 británicos que murieron en su guerra con Argentina está como siempre, bien cuidado.

Tras consultas con todas las partes involucradas, Clarín pudo saber que no se le hace el mantenimiento necesario desde 2020 por una serie de razones, que aquí se intentan explicar.

“Bueno, el deterioro de la pared trasera comenzó hace varios años; básicamente se construyó en secciones en Buenos Aires y se envió aquí, ¡pero el nuestro es un clima muy diferente al mismo muro que se ve en Buenos Aires!” comenzó diciendo a Clarín Tim Miller, dueño de Stanley Growers, la empresa que se encarga del mantenimiento del cementerio desde 2018.

“Aeropuerto 2000, que pagó todo y pagó el mantenimiento, estaba considerando enviar a un ingeniero de los constructores hace más de 3 años para trabajar con nuestro personal en una reparación importante, lo cual era una buena idea práctica. Pero luego vino Covid (se refiere a que las islas estuvieron bajo una estricta cuarententa) y, por supuesto, ahora tenemos la muy mala política de Cristina (Kirchner) en medio de todo”, remató Miller en un relato que coincide también con lo conversado por este diario con el capitán Roberto Curilovic, veterano piloto de la guerra de Malvinas y que hoy trabaja en Aeropuertos Argentina 2000, la empresa de Eduardo Eurnekián, que construyó el cementerio porque el Estado argentino no participa de esta situación.

La primera en dar la voz de alarma sobre la situaciones fue la historiadora cordobesa, Alicia Panero, que puso una foto en Twitter que los veteranos que viajaron este año a Darwin le enviaron sin dar nombre. También confirmó su estado el veterano Ramón Robles, presidente de la Confederación de Combatientes de Malvinas de la República Argentina. Robles dijo haber manifestado su preocupación ante el Secretario del Area Malvinas, Guillermo Carmona y ante las autoridades de Aeropuertos.

En la foto que se publica aquí se ven vayas que contienen al imponente cementerio caídas. En otras fotos que luego obtuvo este diario de parte de Panero, y confirmadas como actuales, se ven las paredes del cenotafio con las lajas caídas, las tumbas oxidadas por la inclemencia del tiempo o por el metal de los rosarios que dejaron las familias. Panero trabajó fuertemente como una outsider en lo que fue el proceso de identificación de los caídos que se hizo bajo el amparo del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Enojada, Panero cargó en su Twitter contra la presidenta de la Comisión de Familiares de Caídos de Malvinas e Islas del Atlantico Sur, María Fernanda Araujo, por estar involucrada en los equipos del candidato a presidente Javier Milei. Otros veteranos no identificados aquí también se manifestaron molestos con la conducciones actual de la Comisión.

in embargo desde AA2000 desligaron a Araujo de los problemas que tiene el cementerio y explicaron en detalle la situación. Los problemas tecnológicos explicados coinciden con los que dio Tim Miller.

Fue Eurnekian el que en 2004 comenzó la restauración del viejo cementerio levantado por las tropas británicas un año después de su victoria en la guerra de 1982. El cementerio le fue entregado para su cuidado a la Comisión de Familiares en el 2005, declarado Lugar Histórico Nacional por el gobierno de Cristina Kirchner en 2008 y fue inaugurado en 2009.

Su construcción, efectuada por arquitectos que ya no están a cargo de la cuestión, contó fue embarcado desde Buenos Aires mediante estructuras premoldeadas.

Se utilizaron materiales patagónicos (pórfido, granito y cemento argentino). Su construcción se llevó a cabo a través de un sistema de prefabricación llamado “bubbledeck”, una estructura que combina hormigón, hierro y esferas de plásticos para alivianar la estructura, que fue revestida con lajas de piedra pórfido patagónico con superficie irregular. Fueron adosadas a la estructura con la utilización de un mortero tipo claucol, lo que terminó siendo un problema antes que una solución porque por ejemplo, este recibe fuertes lluvias, que se congelan y luego las desprende.

La empresa AWG Construcción Services Falklands Ltd y Morrison Ltd lo armó en 45 dias y entre 2007 y 2018, un argentino que vive en el archipiélago se ocupó de su mantenimiento, que ya en 2011 presentaba problemas.Tras actos de vandalismo y deterioro, Eurnekian decidió contratar a Stanley Growers, y además fue en el medio del histórico proceso de identificación de los caídos.

El empresario también pagó los viajes de los familiares a ver las tumbas idenficadas por el llamado Plan Proyecto Humanitario 1, que surgió de un acuerdo firmado entre Londres y Buenos Aires, bajo el amparo del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Stanley Growers firmó un contrato por “Jardinería y mantenimiento del cementerio militar argentino de Darwin”

Contrariamente a las versiones que circulan hoy de que por las restricciones cambiarias que imperan aquí hay problemas para que AA2000 le pague su trabajo -son 3000 dólares por año para el mantenimiento básico dijo Miller- se “pagó todo” y hasta estaban “considerando enviar a un ingeniero” para “trabajar con nuestro personal en una reparación importante” de adaptación al clima. Pero entre las restricciones del Covid 19 y las tensiones bilaterales se frenó el entendimiento. El cementerio se deterioró más tras una tormenta con vientos de hasta 170 kilometros por hora.

La denuncia por parte del gobierno argentino del acuerdo “Foradori-Duncan” -así lo bautizaron el gobierno- este año “agravó la relación con los representantes de las Islas. Específicamente el último punto (Atlántico Sur) de dicho acuerdo refiere al Cementerio, a los viajes humanitarios de los familiares y a los procesos de identificación de restos de los Héroes caídos realizados por el Comité Internacional de la Cruz Roja), actividades que, como respuesta, quedaron literalmente suspendidas”, indica un informe de gestión de Aeropuertos, al que tuvo acceso este diario.

El mismo señala que se le solicitó a la empresa Stanley Growers que, además, contacte a una constructora de importancia, local de las Islas, para que evalúe y cotice una reparación integral y definitiva de la infraestructura del monumento. “Estamos a la espera de dicha información”

“El repintado de las cruces y los trabajos de jardinería y adecuación, están programados a ser realizados a partir del mes de octubre, con el clima favorable”, aseguran.

Desde Aeropuertos pidieron recientemente un viaje privado a las Islas para octubre, pero no fue autorizado. En la empresa señalaron que buscan entablar conversaciones que permitan obtener las autorizaciones y coordinar la realización de vuelos humanitarios en los meses de Noviembre y principios de Diciembre. Y quieren establecer un plan de actividades que incluya el traslado de familiares al lugar del hundimiento del buque “Isla de los Estados” para un homenaje y ceremonia.

La situación en lo diplomático es insólita. Porque el Gobierno dio de baja precisamente toda esa actividad que se había estipulado en el que en 2016, bajo el gobierno de Mauricio Macri se firmó con el Reino Unido, y que gobierno de Alberto Fernández consideró “lesivo”.

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