Reducirán la carga horaria en más de un año y en Ingeniería crearon un título intermedio. Empezará a implementarse el año que viene. La Argentina es uno de los países con las carreras universitarias más extensas.
La Universidad de Buenos Aires (UBA) anunció una profunda modernización de sus planes de estudios que derivará, entre otras cosas, en el acortamiento de la carrera de Medicina y de todas las ingenierías.
En promedio, Medicina podrá hacerse ahora en un año y medio menos que antes: de siete años y medio pasará a seis. Mientras que las de Ingeniería pasarán -también en promedio- de seis años a cinco.
Desde la UBA aclararon que el nuevo esquema es el resultado de un amplio análisis que se hizo sobre los contenidos que se estaban dando en todas las materias, donde se pudo advertir que muchos temas se estaban repitiendo en dos o más de ellas.
Lo que hicieron, afirman, fue reorganizar ese contenido y acortar la cantidad de horas totales de las cursadas, pero sin perder la calidad de la formación profesional, aseguraron.
En el caso de Medicina, por ejemplo, los contenidos de disciplinas como Bioquímica, Microbiología y Parasitología, Patología, Bioética, Salud Pública y Salud Mental fueron optimizados, lo que permitió acortar la carga horaria de cada una.
Además, como Biología Celular se da en el CBC, ese contenido ya no se dicta también en la materia Histología de la carrera, con lo cual se eliminan 256 horas cátedra. Estos son algunos de los cambios.
“Lo más importante es que se actualizó el plan de estudios de la carrera que era de 2009, hubo cambios en el CBC y en las prácticas finales rotatorias, que ahora serán mucho más operativas y van a abordar la atención primaria y emergencias. Los médicos se van a recibir en menos tiempo y su formación va a tener más continuidad con la residencia”, le dijo a Clarín Luis Brusco, el decano de la facultad de Medicina.
Brusco agregó que además de reformular las “materias redundantes” (que repetían temas) ahora la trayectoria educativa será más transversal (se podrá pasar más fácil de una especialización a otra), más práctica y enfocada en la atención familiar.
El nuevo plan de estudios arrancará a cursarse el año que viene, para los actuales estudiantes se mantiene la modalidad que están teniendo.
Hasta 4.000 horas
En Ingeniería, el proceso de análisis y reducción de contenidos fue similar, pero hay algunas diferencias, como la introducción de un título intermedio.
Alejandro Martínez, el decano de esa facultad, le dijo a Clarín que establecieron un límite: que ninguna ingeniería podrá superar las 4.000 horas cátedra. Hasta ahora había muchas que superaban las 4.600 horas.
“Hicimos un análisis muy concienzudo, una reestructuración muy importante en la que participaron tanto docentes como alumnos. Miramos los cambios que pasan en el mercado laboral con el impacto de la revolución digital. Hay asignaturas obligatorias, que garantizan el cumplimiento de las habilidades que los profesionales deben cumplir que seguro seguirán, con algunos cambios”, explica Martínez.
También hicieron cambios en contenidos. Por ejemplo, la materia Química del CBC fue reemplazada por Pensamiento Computacional.
Con respecto a cómo se implementará, el decano de Ingeniería dijo que se hará en forma gradual y “lo más rápido que podamos”. “Empezaremos lo antes posible. A medida que se hagan las transiciones, los estudiantes podrán optar qué plan de estudio hace. Esperamos que en 3 o 4 años todos los estudiantes estén en el plan nuevo”, dijo Martínez.
La novedad de Ingeniería es el certificado intermedio, al que llamarán “bachiller en ciencias de la ingeniería”. El objetivo es que la facultad pueda entregar al mercado un certificado que valida los conocimientos y habilidades que tiene un estudiante incluso antes de recibirse.
Ese certificado se dará cuando los estudiantes tengan entre 1.200 y 1.300 horas cátedra, lo que equivale a un segundo o tercer año. El objetivo es que si, por algún motivo, el estudiante no puede completar sus estudios como ingeniero, se lleve de la universidad pública un título que le permita avanzar en su profesión y devolver a la sociedad los servicios por la formación que obtuvo, dijo Martínez.
El desafío de la duración
La decisión de la UBA de acortar las carreras se da en el marco de un fuerte debate académico acerca del tiempo que demanda a los jóvenes argentinos obtener un título. La Argentina es uno de los países donde lleva más tiempo recibirse: cinco en promedio, aunque suelen completarse en nueve. Demasiado tiempo, en el contexto de un mercado laboral dinámico y globalizado que hoy tiene otras exigencias.
Uno de los motivos del extenso tiempo es que las universidades argentinas, a diferencias de otras de países más desarrollados, además de brindar el grado académico habilitan para el ejercicio profesional. Iniciativas como la del bachiller en ingeniería que creó la Ingeniería de la UBA buscan mitigar este problema.
“Los médicos hoy se están recibiendo a los 30 años y es una edad donde les cuesta encarar una especialización porque ya tienen otros proyectos de vida. Es necesario que Medicina sea más corta”, le dijo Brusco a Clarín.
En los últimos años, la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación nacional viene impulsando un debate destinado a que los rectores de las universidades públicas y privadas acorten sus carreras, pero hasta ahora no ha habido muchos avances.
“La reforma que hace la UBA es una muy buena señal de modernización y atención a las tendencias mundiales. Hoy la formación superior necesita de trayectos más flexibles, que brinden opciones a los estudiantes en sus recorridos y con reconocimientos intermedios de la formación. La UBA lo hace en el marco de su autonomía, y respetando los estándares y contenidos mínimos establecidos por el Ministerio de Educación nacional”, le dijo a Clarín Mónica Marquina, doctora en Educación Superior, profesora de Política Educacional y Educación Comparada e investigadora del Conicet.
“Hoy no se justifican carreras de grado de más de 7 años. Las reformas de la UBA parecieran ir en línea con lo que se discute en el mundo, además considerando que damos un título habilitante, además del académico y por eso duran 6 años. Es una manera de sincerar la formación, actualizarla y poner a los estudiantes como protagonistas de su formación. Sería clave, una vez aprobados los nuevos planes, trabajar a fondo en las formas de enseñanza, incorporando nuevas metodologías activas”, agregó.
“En principio está muy bien que se piense en acortar la duración de las carreras de grado dándole un perfil más social y generalistas. De cualquier manera, debemos ser cuidadosos cuando se trata de carreras de interés público. Nos referimos a aquellas en las cuales se pone en riesgo la vida, la seguridad y/o los derechos ciudadanos. Sería este el caso de medicina e ingeniería”, dijo a Clarín Marcelo Rabossi, experto en educación superior.