Hay de todas las variedades y de procedencia de distintos países que se caracterizan por producir la bebida.
Cientos, miles de etiquetas de distintas expresiones. Por las características de su proceso de elaboración, el whisky tiene infinidad de variantes. Los más caros, aquellos cuya medida puede valer hasta $ 135.000, siempre llaman mucho la atención.
Son botellas a las que por sus precios es difícil acceder. Sin embargo, bien pueden probarse en algunos bares y restaurantes de Buenos Aires con barras cada vez mejor provistas de esta bebida legendaria. Tanto de sus etiquetas más exclusivas como de las más raras o difíciles de conseguir.
Cada marca tiene en el mercado distintas etiquetas y la diversidad de expresiones y de precios se debe a que en la producción de whisky intervienen varios factores.
Qué encarece el valor de un whisky
Los fundamentales son el origen, el clima donde fue cultivado el cereal (recordemos que la materia base es cebada, centeno, trigo o maíz) y el agua del destilado (proveniente de arroyos, manantiales o deshielo).
A estos se suma el añejamiento, que se hace usualmente en barricas de madera (por lo general roble) donde se ha guardado otra bebida alcohólica (bourbon, jerez, oporto, vino y hasta cerveza Stout).
En cuanto a la madera, cada barrica es única y cada tanto se detecta alguna excepcional, de la que nacerá un whisky único en su tipo y por lo tanto mucho más caro. La guarda, por su parte, depende de la “nariz” del master blender, que es quien determina que el producto está listo para el embotellado.
Whiskys escoceses de más de $ 100 mil la medida
En Piso 15 Sky Bar (Corrientes 222) tiene una de sus sedes Vuelta Abajo, la firma que vende todo tipo de destilados de alta gama. Allí se puede probar el Glenfiddich 25 años, que pica en punta con $ 135.00 pesos la medida (la botella, $ 950.000). También con 25 años de añejamiento, el Glenmorangie cuesta $ 121.000 ($850.000 la botella).
En ese rooftop de Retiro, algunos de los Macallan más preciados se degustan por $ 58.500 (Rare) y $56.000 (State).
También en Puerta del Inca (Bolívar 373), restaurante de San Telmo, sirven varias expresiones de Macallan: Double cask 18 ($ 60.000), Edition 3 ($ 60.000), Double cask 15 ($ 22.000), Quest ($ 22.000) y Amber ($ 21.000).
En el Museo del Whisky (Monroe 3982), donde se exhiben más de 4 mil botellas distintas, se puede probar The Macallan Double Cask 18 años a $ 65.000; Ballantine’s 30 años por $ 45.000 Kilchoman 100% Islay, a $ 30.000.
Los whiskys japoneses más caros
Si se trata de ir por un destilado de origen nipón, los precios son algo más accesibles. En el mismo Piso 15, el precio de la medida de Hibiki Master Select, difícil de conseguir, está $ 18.000.
En tanto en Amaterasu (Costa Rica 5198 1° piso), bar de whiskys y cócteles japoneses, los más caros son Hakushu 12 años, $31.200; Yamazaki 12 años, $29.200 y Kura classic, $19. 200. Los más raros salen por $ 13.200 (Yoichi) $ 10.200 (Kisoyama Yuhi y Kikori) y $ 7.300 (Nikka Super Rare Old), siempre hablando de medidas.
En Sede Whisky (Guevara 421), el bar de Chacarita que apunta a un público joven, sus dueños suelen traer “tesoros” de distintos viajes. Allí se puede probar Shibui, ($ 10.350); Kikori ($ 9.200), el bourbon Elijah Craig y el single malt de centeno Rittenhouse rye (ambos por $ 5.400) más dos expresiones de West Cork ($ 4.540 la medida).
Poco habitual en las barras, Johnnie Walker Green Label ($ 7.900 la medida) se puede encontrar en Jarana (Fitz Roy 1722). Allí también se puede pedir Macallan 12 años Triple Cask ($ 8.500), Glenlivet Founders Reserva ($ 5.500) o Chivas Mizunara ($ 4.900).
Más conocida como vinoteca, Aldo’s (Arévalo 2032) tiene además un buen surtido de whiskys. Los más interesantes: el clásico de alta gama Johnnie Walker Blue Label ($ 26.000); Johnnie Walker 18 ($ 12.500); single malt escocés Auchentoshan ($ 12.000); Adberg 10 años ($ 14.100) Tribu: Gordon & Macphail 15 ($ 12.500) y Mortlach, un single malt triple destilado, $ 10.200.
En Punto Mona (Fraga 93), el bar de la bartender Mona Gallosi, hay una rareza: Abasolo, un whisky mexicano a base de maíz de la variedad cacahuacintle. Los granos se “nixtamalizan” en agua con cal viva para luego pasar por máquinas tostadoras de café y convertirse en harina para el mosto. La medida de Abasolo cuesta $ 15.000.
Otras rarezas que se sirven en el lugar son Glenrothes Maker’s Club, $ 13.100; Reves $ 12.400; y el bourbon Davies County, $ 6.300.
Los precios están sujetos a variaciones.
