Un mendocino que visitaba la Reserva Natural junto a su familia registró el momento en que una manada de guanacos huía al costado de la ruta 52. A los pocos segundos, también por el costado de la ruta, se ve que llega un puma caminando. El maravilloso video y cómo actuar ante este tipo de episodios.
Un mendocino que visitó la Reserva Natural Villavicencio capturó con su teléfono celular una secuencia digna de un documental de National Geographic, Animal Planet o de alguna de las señales de televisión en las que abundan estos contenidos.
Cristian Montivero se encontraba con su familia recorriendo el área natural protegida -más precisamente, la zona de los caracoles de la ruta 52 (que vinculan Villavicencio con Uspallata)- cuando, de manera repentina, fueron testigos privilegiados de una secuencia asombrosa que involucró a una manada de guanacos y a un puma que merodeaba en la zona.
El video, filmado en dos partes por este visitante, fue compartido por él mismo a las autoridades del Departamento de Fauna Silvestre de la Dirección de Recursos Naturales Renovables. Y, en total, la secuencia no se extiende durante más de 2 minutos.
Las autoridades y referentes destacaron, entre otras cosas, el respeto con que se manejó la familia ante la situación, así como también los cuidados que tomaron. Entre otras cosas, detuvieron la marcha de la camioneta y nunca se bajaron del vehículo (algo clave para mantenerse a salvo). Incluso, se mantuvieron en silencio y filmando todo, sin siquiera intentar espantar al felino ni llamar demasiado su atención, todo hasta que el puma se perdió entre las montañas, tal vez buscando su almuerzo que acababa de huir.
Guanacos advierten la presencia de un puma y huyen, la magnífica secuencia filmada en Villavicencio
Según destacaron desde el Departamento de Fauna Silvestre, el video fue filmado hace 10 días y la locación es la parte alta de la Reserva Villavicencio, precisamente donde acostumbran a pulular los guanacos (y los pumas, ya que donde hay guanacos, hay pumas). En el primero de los videos se ve a la familia en el interior del vehículo -detenido-, mientras al costado de la ruta, en una loma, se ve a una manada de guanacos pastando.
De forma inesperada, uno de los camélidos -tal vez, el líder- inicia una sucesión de relinchos con los que intenta advertir de algo a sus compañeros. Ante esta actitud, el resto de los guanacos desatiende su rutina y, al unísono, todos alzan sus cabezas, como en alerta. Tras varios relinchos del primero de ellos (al que luego se le fueron sumando otros integrantes de la manada), los ejemplares inician un galope acelerado hasta alejarse de la ruta y perderse entre las laderas de la montaña.
Hasta ese momento, que es cuando se corta el primero de los videos filmado por Cristian Montivero, todo parece indicar que los guanacos se asustaron y huyeron al percatarse de la presencia del vehículo donde estaba Cristian y su familia. Sin embargo, es en la segunda parte -registrada en un nuevo video- donde entra en escena la verdadera amenaza para los guanacos y lo que los llevó a huir despavoridos.
Caminando sigilosamente y sin llamar demasiado la atención, al costado de ese tramo de la ruta 52, se puede observar a un ejemplar joven de puma. Quien registró el momento, sin moverse del interior de la cabina de la camioneta, acomoda el celular y -desde la ventanilla del auto- filma el momento en que el puma se detiene por unos segundos, los observa y luego sube por la misma loma para llegar al sitio donde estaban los guanacos segundos antes. Tras merodear un poco por la zona, se observa como -también sin llamar demasiado la atención- se pierde entre las mismas laderas por las que, instantes antes, habían escapado los guanacos.
Lo destacable de la situación es que los visitantes -humanos- que fueron testigos y grabaron la secuencia en ningún momento intentaron intervenir ni tomaron ninguna decisión arriesgada (y prohibida), como podrían haber sido bajarse de la camioneta, tocar bocina o intentar molestar a los ejemplares mientras estuvieron junto a los guanacos -primero- y el puma -después-.Es una de las principales recomendaciones y exigencias para los visitantes del lugar.
Una zona de presencia y avistajes de pumas
La Reserva Natural Villavicencio (en el piedemonte y ya cordillera adentro de Las Heras) es uno de los puntos donde con más frecuencia se pueden avistar pumas. O, al menos, encontrar rastros de su presencia. Hace poco más de dos meses, el guardaparques Martín Pérez logró capturar con su cámara fotográfica impactantes fotografías de una familia entera de pumas en esta área protegida.
“Desde 2012 venimos aplicando un protocolo que construimos a partir del protocolo de Parque Nacionales, aunque es uno propio para la reserva y que hace a los avistajes y a la aparición pumas. A ello se suma que desde 2010 tenemos cámaras trampas monitoreando al gato andino, y son esas mismas cámaras las que han captado en estos 11 años un sano ecosistema de pumas. La población de pumas de la reserva está muy bien y eso es porque están bien la población de guanacos, que es la especie paragua. La población de guanacos ha crecido 30% en últimos 15 años y es esa presencia de una comunicad sana de guanacos la que marca, en consecuencia, la presencia de una comunidad muy sana de pumas, sobre todo porque no tenemos presencia ganadera en la zona”, destacó hace un mes y medio la responsable de la Reserva Natural Villavicencio, Silvina Giudici a Los Andes.
La presencia de pumas es una constante a lo largo de toda la ruta 52, que atraviesa toda la reserva y –a través de los caracoles- vincula esa zona con Uspallata en lo que es la vieja ruta a Chile.
“Si el puma no tiene guanaco para comer, va a ir a buscar otra presa y eso es lo que suele ocurrir con los ganaderos. Pero en la reserva, esa situación no existe. Porque hay una buena comunidad de guanacos, lo que lleva a que haya una comunidad muy sana de pumas. Por esto mismo es que los avistajes de pumas son muy comunes en Villavicencio, y por ello también hay abundante y clara cartelería en la ruta 52 y dentro de la reserva que indica cómo actuar ante la presencia de estos felinos”, agregó oportunamente Giudici.
Además, en el lugar cuentan con un mapeo de presencia de pumas en la zona, y se concentra en aquellas áreas intangibles y a las que los visitantes no tienen acceso.
Cara a cara: cómo actuar ante la presencia de un puma
Si bien los pumas son animales que suelen evitar a toda costa a los humanos, ello no quita que en ocasiones puedan generarse encuentros. “Hay una serie de recomendaciones especificadas por la gente de Recursos Naturales Renovables de la Secretaría de Ambiente y que suelen ser para áreas naturales protegidas. Porque el puma es un animal que está presente en el campo siempre, pero no es fácil de ver”, destacó a su turno Eduardo Furlán, de la ONG y centro de rehabilitación de pumas “SOS Acción Salvaje” (San Carlos).
En Villavicencio, durante el verano pasado, se llegó a dar uno de estos encuentros entre el felino y algunas personas que estaban en las zonas de uso público. Fue una interacción visual y fugaz, ya que el puma huyó corriendo. No obstante, se activó el protocolo correspondiente
“En la zona del hotel hemos tenido presencia de pumas. Cuando se detecta, inmediatamente se activa el protocolo que consiste en evacuar a los visitantes de la zona (sin perder la calma), primero, y después se pone en marcha el protocolo de ahuyentamiento. Para ello utilizamos pirotecnia autorizada de ruido, y se colocan trampas de arena para confirmar luego que el puma pasó por el lugar y se fue (se constata con la huella)”, acotó Giudici, de la Reserva Natural Villavicencio.
“Hemos tenido presencia de pumas en sectores de uso público. De hecho, la más reciente fue el verano pasado, aunque no hemos tenido inconvenientes”, resaltó la encargada´de la Reserva Natural Villavicencio. “El puma nunca va a atacar al ser humano si no está en peligro”, agregó.
Los pumas suelen mantenerse en las áreas intangibles y, si salen a merodear, lo hacen durante la noche o a primera hora de la mañana.
En la cartelería pública dispuesta en la Reserva Natural Villavicencio, en toda la ruta 52 y en otras áreas protegidas donde frecuentan estos ejemplares (la Pampa del Leoncito –San Juan-, al lado de Uspallata es una de ellas, por ejemplo) se detallan las principales recomendaciones referidas a cómo actuar en caso de toparse con un puma.
Estas son las principales indicaciones compartidas por la Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza:
Qué hacer si nos encontramos con un puma
-Mantener la calma.
-No agacharse ni sentarse. Permanecer erguido.
-Estar siempre de frente al animal para tener siempre contacto visual.
-No acercarse al animal, sobre todo si está comiendo o con sus crías.
-En caso de estar con niños, tomarlos en brazos para que no corran.
-Alejarse caminando despacio, hacia atrás. No correr.
-No acorralarlo y dejar siempre una vía de escape.
Si el puma se vuelve agresivo:
-Levantar los brazos y agitar camperas o prendas para agigantar tu figura-
-Gritar fuerte.
Al recorrer zonas donde habiten pumas, tener en cuenta:
-No caminar solos (menos de noche). En caso de estar con niños, mantenerlos siempre a la vista.
-Si se encuentran restos de animales muertos, mantener la distancia.
-Si se está acampando, guardar todos los residuos en un lugar adecuado. Mantener los alimentos en recipientes herméticos y los utensilios limpios.
-Sentarse en lugares abiertos, lejos de zonas de rocas, cuevas o monte.
-Estar atento a la presentación de huellas grandes de felino.
-El puma está protegido por ley. Su caza, captura o tenencia hogareñas están prohibidas y penadas.
Ante casos de avistamientos, avisar al 911 o a través de www.ambiente.mendoza.gov.ar
Predador tope
Según destacó el presidente de “SOS Acción Salvaje”, Eduardo Furlán, el puma es un predador tope.
“Que sea un predador tope significa que el puma mantiene el equilibrio de las especies que son sus presas silvestres. Entonces, al trabajar en la conservación del puma, se logra preservar –además- a otras especies. Es lo que suele ocurrir con el cóndor, por ejemplo, ya que a veces los productores quieren combatir al puma con cebos envenenados (algo prohibido y por demás peligroso) y terminan matando a los cóndores. Trabajar en solucionar el conflicto con los ganaderos termina ayudando a los cóndores entonces”, concluyó Furlán.