El hecho ocurrió el 15 de marzo en una secundaria de la ciudad de Necochea, en Neuquén. “Hice lo que era correcto: no permití que se hicieran cosas malas”.
Morotí Arocena, una docente de Ciencias Políticas de la ciudad de Necochea, Neuquén, fue objeto de una brutal agresión después de reprobar a una estudiante de la Escuela Secundaria N.º 7.
En una conversación con Clarín, la profesora explicó que el incidente ocurrió el 15 de marzo, mientras evaluaba a dos estudiantes de quinto año. Una de ellas entregó un examen incompleto y no aprobó la parte oral, lo que resultó en su falta de promoción de grado.
Sin embargo, la alumna no estaba sola: su hermano y su madre esperaban afuera del aula, y confrontaron a la profesora después del examen. Una vez que finalizó el examen, el hermano increpó a la profesora con la pregunta, “¿Mi hermana está en sexto grado?”.
Ese fue el primer contacto que tuvo con la familia de la estudiante. El segundo encuentro ocurrió justo después de que la docente salió de la escuela. En ese momento, el hermano de la alumna le lanzó una botella, pero ella logró esquivarla. Luego, el muchacho la persiguió y la alcanzó en un pasillo de la escuela, donde también estaba con su madre, que la agarró del pelo. Entre insultos, la arrojaron al suelo y le dieron una paliza violenta y brutal.
“Me pegaron patadas en el piso como a un perro y no estaban dispuestos a parar”, contó a Clarín días después del ataque. La docente, en su casa, cumplió con los días de reposo que le prescribió el médico, “pero después de trabajar lo físico, que es lo urgente, va apareciendo todo lo demás”.
“Cómo queda una después de semejante agresión: mal, estoy angustiada, con miedo, y mucha incertidumbre sobre cómo seguir mi vida profesional, pero lo peor es que para la ART no hay estrés postraumático y rechaza darme tratamiento psicológico”. A pesar de todo, Morotí afirmó que no se arrepiente de haber tomado la decisión de reprobar a la alumna. “Hice lo que era correcto: no permití que se hicieran cosas malas. Estoy en paz”, remarcó.
LA PALIZA A LA DOCENTE EN NEUQUÉN:
El ataque a la profesora Morotí ocurrió el miércoles 15 de marzo.“Me puse en alerta cuando vi a la familia. La mirada del chico, que se cubría con una visera, era intimidatoria. Pensé que tenía que estar presente otra persona conmigo y le avisé a la preceptora. Pero no lo hice hasta que pasó media hora del examen y noté que esta chica no había respondido ni una sola pregunta” relató.
“La vi nerviosa, tanto que le pregunté si era porque estaba su familia ahí afuera. ‘Un poco’, me dijo, pero no quiso que les dijera nada, que así estaba bien. No sé si no lo hizo para protegerme”, siguió.
Durante la instancia oral del examen, el vicedirector estuvo presente y se dio cuenta de que la alumna no había estudiado lo suficiente. Al final, Morotí le dio a la alumna la devolución de su examen, señalando que no había aprendido los contenidos elementales.
La mamá de la alumna comenzó a llorar y le dijo que ya había comprado la campera de sexto grado, y que su hija tenía que pasar de año. Fue entonces cuando la madre pasó de la angustia a la violencia y la agresión comenzó. La paliza solo terminó cuando exalumnos de Morotí, que estaban en otro lugar de la escuela, escucharon los gritos de la profesora y acudieron en su ayuda: “Forra, hija de puta, de todo decían. Me los sacan de encima, porque no paraban de pegar, para ellos era todo o nada”.
Cuando el vicedirector, que se había ido del establecimiento, regresó le lanzó una pregunta que fue como otro golpe: “Morotí, ¿cómo no te fuiste?”.
“Es la típica, la que una ya conoce: ¿por qué no lo dejaste, por qué no te separaste? Ese discurso que uno conoce de la violencia de género. No preguntó cómo estás, qué pasó, no, lo primero que hizo fue juzgarme a mí” recriminó la docente.
LAS REPERCUSIONES:
Una vez que se hizo pública la horrible situación que vivió Morotí Arocena se realizó una manifestación dos días después frente a la escuela, que está en pleno centro de Necochea, sobre la avenida 58, frente al Paseo de la Memoria. La marcha tuvo una extensión de siete cuadras y participaron estudiantes, docentes, integrantes de gremios y escuelas privadas.
A pesar de que el ataque tuvo lugar un miércoles y de que ya se había presentado una denuncia en la comisaría al día siguiente, el jueves se llevaron a cabo clases “como si nada hubiera pasado”. Según explicó la docente, los directivos decidieron que las clases debían continuar de manera normal.
“Los chicos que me habían ayudado notan que no se hablaba del tema, y cuando intentaron plantearlo les dijeron que el tema no se toca. Se indignaron, y ya para media mañana, recreos de por medio, la información corría por los pasillos, y se empezaron a plantear medidas de fuerza. ‘Nosotros tampoco venimos’, dijeron los chicos, ya no se podía mirar hacia un costado”, añadió Arocena.
“Después me mandaron mensajes. Dicen que me están acompañando, y el viernes cuando estuvieron los medios y la marcha ya era histórica, el director hasta lloró”. Con ironía, Arocena asegura que fue atacada “en la escuela de Cris Morena, donde nunca tiene que pasar nada, donde la basura se saca o se esconde, pero lo que me pasó fue demasiado, muy grave, tan evidente”.
La Justicia debió iniciar una nueva investigación por amenazas luego de que la madre de una estudiante amenazara a uno de los estudiantes que asistieron a la docente. Según informó Clarín, la mujer envió un audio en el que se puede escuchar: “no te metas con mi hijo, porque él no se metió en nada, no hizo problemas ni nada”. En el mismo audio, la madre reconoce ser la responsable del incidente y advierte: “No rompan las pelotas más de lo que se armó el quilombo adentro del colegio. Es lo único que te pido. No jodás, sino querés salir jodido. Nada más. No rompás los huevos ni levantés puterío, porque esto se va a ir peor” amenazó la madre de la alumna reprobada.
Finalmente, la justicia emitió una orden de restricción de acercamiento para la familia que agredió a Arocena quien, por el momento, no podrá volver a las aulas hasta que no tenga el alta definitiva.