El paleontólogo Juan Drovandi y Fernando López, doctor en geología, ambos científicos de la UNSJ, confirmaron la existencia de Graptolitos, únicos en Sudamérica. El descubrimiento fue en Pocito, San Juan. ¿Qué son los Graptolitos?
El paleontólogo Juan Drovandi y Fernando López, doctor en geología, científicos de la Universidad Nacional de San Juan confirmaron el hallazgo que datan de 425 millones de años de antigüedad, cuando el departamento Pocito era mar, en plena provincia de San Juan.
Fósiles de plantas que existieron en San Juan
El hallazgo increíble de los restos de Graptolitos , fueron detectados en rocas que también guardaban fósiles de plantas, de cuya existencia en San Juan nada se sabía. La revista científica internacional Gondwana Research acaba de publicar el hecho, que es único en Sudamérica.
En San Juan, Pocito era un mar
El departamento Pocito, hace unos 425 millones de años había un mar. Muy cerca de ese mar, se desarrollaban plantas continentales a las que algo las arrastró y las depositó bajo el agua.
Esos Rhyniopsidas (nombre científico) medían entre 5 a 7 centímetros de alto. Los científicos afirman que no se sabía, hasta ahora, de su existencia en San Juan, ni en Sudamérica.
La Rinconada, el lugar de los secretos de San Juan
“Esto surgió hace un año como una curiosidad nuestra, junto con otros compañeros también autores del trabajo. En la carrera (de Geología) habíamos hablado de ese lugar en La Rinconada, pero nunca lo habíamos visitado”, destacó Fernando López en la Revista de la Universidad Nacional de San Juan.
La Rinconada está casi al pie de las Sierra Chica de Zonda, al sur de la ciudad de San Juan, a 18 kilómetros, en el centro del departamento de Pocito, en el centro oeste del oasis agrícola del Valle del Tulúm.
“Un día fuimos a ver qué había en ese lugar y encontramos un yacimiento hermoso” confirmó López, quien junto al equipo de trabajo dieron con los Graptolitos de plantas fósiles.
“En ese lugar tomé una roca que me llamó la atención, pero no eran Graptolitos lo que tenía la piedra, era otra cosa. Eran manchitas negras muy pequeñitas, de no más de un centímetro, con forma de plantas”, confirmó.
Luego, el equipo de investigación comenzó un trabajo minucioso en Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la FCEFN donde el Juan Drovandi constató que esas manchas se trataban de plantas, y también afirmó que había un Graptolito.
“Dijimos ‘buenísimo’, porque estaban juntos los dos fósiles y los Graptolitos son muy buenos para datar con precisión la edad de la roca. Entonces comenzamos un trabajo en conjunto con animales y plantas”, recordó López, y destacó que anteriormente hubo estudios sobre los invertebrados pero se realizaron antes de la época silúrica, en el Periodo Ordovícico “en el Silúrico, prácticamente nadie en Argentina los investigó”.
Los restos encontrados quedarán en el repositorio del Instituto de Geología (INGEO) de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ.
Qué son los Graptolitos
Los graptolitoideos (Graptolithina) o graptolitos son una clase extinta del filo Hemichordata. Son fósiles de animales coloniales conocidos principalmente del Cámbrico Superior al Carbonífero Inferior (Misisípico).
Un graptolito ligeramente más antiguo, Chaunograptus, se conoce desde el Cámbrico Medio. El nombre viene del griego graptos, que significa “escrito” y lithos que significa “piedra”, ya que muchos fósiles de graptolitos se asemejan a jeroglíficos escritos en la roca.
Los graptolitos por lo general se consideran hemicordados, un raro grupo de animales marinos que comprenden los modernos pterobranquios. La relación se ha establecido sobre la base de comparaciones con los hemicordados modernos Cephalodiscus y Rhabdopleura.
Dónde se pueden hallar los Graptolitos
Los graptolitos son fósiles comunes y tienen una distribución mundial. La preservación, cantidad y cambio gradual permite que se usen como fósiles guía para datar los estratos de rocas en todo el mundo.
Durante el Paleozoico los graptolitos evolucionaron rápidamente y dieron lugar a muchas especies diferentes. Los geólogos británicos pueden dividir las rocas de los períodos Ordovícico y Silúrico en biozonas de graptolitos; que por lo general tienen una duración menor de un millón de años.
Una glaciación en todo el mundo al final del Ordovícico eliminó la mayoría de las especies de graptolitos que vivían entonces; las especies presentes durante el período Silúrico fueron el resultado de la diversificación de sólo una o dos especies que sobrevivieron a la glaciación del Ordovícico.