22 de noviembre de 2024

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Según el Servicio Meteorológico, este verano en la Argentina es el más cálido y seco desde 1961

Según el Servicio Meteorológico, este verano en la Argentina es el más cálido y seco desde 1961
Temperaturas muy altas en la provincia de Mendoza. Mateo junto a su mamá se refresca en el lago del parque General San Martín de ciudad. Foto: archivo José Gutierrez / Los Andes

La temporada estival quedó sólo por detrás de las correspondientes a 1961-1962 y 1988-1989 en cuanto a sequía y calor. Febrero, por otra parte, fue récord en algunas zonas.

El paquete “infernal” de este verano en la Argentina ofreció muchos rasgos salientes: temperaturas muy altas y escasez de lluvias (con la consecuente sequía), y por esa combinación de aspectos se convirtió en histórico, al ser el período más seco del país desde 1961. La confirmación la dio el Servicio Meteorológico Nacional, ente que comunicó que se registró un 29,1% menos de precipitaciones de lo habitual.

En el registro histórico, este verano se ubica por detrás de las temporadas estivales de 1961-1962 y de 1988-1989 para el país. Si se pone el foco en algunas regiones, por ejemplo el Área Metropolitana de Buenos Aires y Corrientes sí registraron su verano más seco, y a nivel local resultó ser el verano más seco también en Formosa capital, Paso de los Libres (Corrientes) y Campo de Mayo-San Miguel (Buenos Aires).

En este sentido, la particularidad de este año es que “no hubo récords a nivel localidad, pero sí a nivel provincial. Fue el febrero más seco en Chubut, Neuquén, La Pampa y zonas de CABA y GBA”, explicaron.

Ahora bien, si en cuanto a sequía no alcanzó la cota máxima, este verano sí lo hizo en muchos lugares en cuanto a altas temperaturas. Según el SMN, con 1,3 grados por encima de la temperatura normal, el período estival de 2022 y 2023 se alza como el más caluroso del país desde 1961. Una situación similar vivió la Ciudad de Buenos Aires (CABA), la cual batió el récord histórico de 1906 a 2023 con una temperatura promedio de 25,6 grados.

Así, con un promedio de 25.6°C el verano de 2022-23 se ubicó en primer lugar. Luego le siguió el de 1988/89, con un promedio de 25.3°C. En tercero el de 2015/16 con un promedio de 25.3°C. Le sigue el de 2016/17 con una marca de 25.2°C y por último el de 2013/14 con un registro de 24.8°C. Como extra se agrega que de los cinco veranos más cálidos en 117 años, cuatro ocurrieron en los últimos 10 años.

Lo que nos espera este trimestre

Según el SMN, durante este trimestre hay una mayor probabilidad de registrar temperaturas superiores a lo normal en gran parte del centro y norte de Argentina. En el NOA (Noroeste Argentino) y el centro y norte de Patagonia, estas pueden ser normales o superiores a lo normales. Debido a esta situación pueden desarrollarse, especialmente en la primera parte del otoño, eventos tardíos de ola de calor, por lo que se recomienda informarse con el SAT por temperaturas extremas.

Por otro lado, en Tierra del Fuego y el centro y sur de Santa Cruz, las temperaturas pueden estar dentro del promedio para esta época del año.

Sequía: ¿influye el cambio climático?

Desde 2019, gran parte de Argentina y países vecinos vienen experimentando condiciones de sequía. En los últimos cuatro meses de 2022, se recibió solo el 44 % de la precipitación media, lo que se traduce en el menor valor en 35 años.

Pero, ¿es el cambio climático el causante de esto? Un grupo de científicos de seis países, liderados desde World Weather Attribution (WWA) realizó un análisis de atribución, con el objetivo de determinar la relación entre ambos actores.

Para cuantificar el efecto que el cambio climático antropogénico tiene sobre la sequía en la región, se analizaron simulaciones de modelos computacionales y se comparó la situación actual con el clima del pasado.

En este estudio, se centraron en los niveles de precipitación del último trimestre del 2022 (octubre-noviembre-diciembre) para una región que incluye una gran porción de Argentina, todo Uruguay y el sur de Brasil. Ante el clima actual, las chances de que sea tan poca la precipitación rondan el 5 %, pero no encontraron evidencia suficiente de que esto se deba al cambio climático.

Un factor importante a tener en cuenta al buscar las causas del déficit de lluvias puede ser La Niña, que durante 2022 estuvo presente por tercer año consecutivo. En la región de estudio, este evento incrementa las posibilidades de altas temperaturas y baja precipitación.

El rol de las temperaturas

Esta parte de Sudamérica también fue testigo de intensas olas de calor, las cuales incrementan su frecuencia, intensidad y duración debido al cambio climático. Por eso, autores de este estudio buscaron una posible relación entre las temperaturas altas y la sequía.

Se encontró que, en los modelos estudiados, los valores de temperaturas registrados a fin de 2022 (atribuidos al cambio climático) tienen un impacto en la disminución del agua disponible superficial. Esto indicaría que el cambio climático probablemente redujo la reserva de agua, lo que agravó la situación de sequía.

Uno de los mayores afectados es sin duda el sector agrícola, ya que se genera un estrés térmico e hídrico sobre los cultivos. “El alto impacto de la sequía en la agricultura habla de una necesidad de reducir la vulnerabilidad a la sequía en la región. Medidas como la mejora en la administración y la eficiencia del agua, anticipación de la sequía a través de pronósticos estacionales y seguros que ayuden a los agricultores durante los “años secos” pueden aumentar la resiliencia ante estos eventos”, concluye el estudio.

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