Están 60% de las reservas mundiales. Pero mientras que acá hay las mineras pagan 3% de sus exportaciones, en Chile abonan hasta 40%.
La Argentina es el tercer país con mayores reservas de litio a nivel mundial, el mineral hoy altamente cotizado por su utilización en la electromovilidad y en la elaboración de baterías para reserva de energías alternativas.
Sin embargo, la falta de posiciones estratégicas o acuerdos comerciales en los países que integran el llamado Triángulo del Litio (Bolivia, Chile junto a la Argentina), así como la ausencia de elaboración de productos finales para la exportación, como las baterías, son grietas del negocio que sólo aprovechan las grandes empresas transnacionales que hoy extraen el llamado “oro blanco” en estos países.
Esta es una de las conclusiones a las que llegaron expertos reunidos en la mesa redonda “El litio en la región: estado actual y prospectiva”. La actividad fue organizada por la Secretaría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF) y tuvo como objetivo debatir sobre la situación actual del litio, de cara al desarrollo de una industria sustentable y con futuro para la región.
Los expositores coincidieron en que, aunque los gobiernos pueden adoptar posiciones estratégicas para sacar provecho económico del recurso, no existen alianzas productivas ni comerciales que unan a las tres naciones, por lo que cada país recae en esfuerzos individuales y queda expuesto a las decisiones de las mineras multinacionales. De hecho, el podio de los países extractores de litio está liderado por Australia.
Después de mostrar un gráfico sobre el incremento de la demanda mundial de litio, Guillermina Luque, investigadora del Conicet, de la provincia de Córdoba, dijo que “la necesidad del litio se va a seguir incrementando, por lo cual los tres países juegan un papel fundamental”, y se lamentó de la inexistencia de proyectos de colaboración entre ellos.
Otra situación asimétrica, según su visión, es la diferencia en la forma de encarar los modelos de producción y comercialización de este mineral. “Los modelos en el Triángulo del Litio son diferentes. Bolivia y Chile lo consideran un recurso estratégico, Argentina no. En nuestro país está considerado como cualquier otro recurso minero”, explicó.
Además, la experta mostró en una filmina que las empresas mineras que operan en los proyectos locales pagan solo el 3% del tributo por exportaciones y no tienen condiciones para abastecer al mercado local o para promover el agregado de valor. En cambio, en Chile, por ejemplo, las empresas pagan hasta 40% del tributo por exportación y el 25% de la producción tiene un precio diferencial para el mercado local.
Acerca de la necesidad de poder exportar baterías de litio y no solo el insumo básico, Luque recordó la planta construida en La Plata por YPF Tecnología que desarrolla 15 megawats al año y otra en Santiago del Estero, que se inaugurará en 2024 para un desarrollo previsto de 75 mw anuales.
Según el ex rector de la Universidad Nacional de Jujuy, Rodolfo Tecchi, el litio es una minería diferente a la tradicional y tiene más similitudes con la explotación petrolera”, consideró. Además, “sigue siendo un terreno de disputa ideológico, político, tecnológico, ambiental, legal y jurídico”, señaló.
Luego, Renán Soruco Sandi, investigador de la Universidad Autónoma Tomás Frías, de Bolivia, opinó que es necesario promover la cooperación internacional entre Bolivia, Chile y Argentina. Aunque también remarcó que sería útil contar con respaldo de países de Europa y Asia.
Finalmente, Victoria Flexer, también investigadora del Conicet, de Jujuy, habló sobre el desarrollo de nuevas tecnologías de procesamiento para la recuperación de sales de litio a partir de las salmueras de la Puna. Y detalló un proyecto que propone mirar a la salmuera como una fuente de agua para utilizar en procesos mineros o en la agricultura.