El informe de un instituto de estudios económicos analiza qué ha sucedido con las ventas al exterior en el primer semestre y qué perspectivas hay para el segundo.
Una publicación del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral, de la Fundación Mediterránea), analiza la caída de las exportaciones de vinos en la primera parte de este año y plantea que ese fuerte descenso en las cantidades vendidas, ha sido compensado con mayores precios en dólares. Asimismo, plantean qué está sucediendo en el mundo y su impacto en la rentabilidad del sector, además de cuáles factores son temporarios y cuáles definitivos.
El informe señala que se ofrece menor cantidad de vino, posiblemente por la menor cosecha y los mayores costos, lo que hace menos competitivo al sector. Un indicador muestra, en los dos últimos años, una importante disminución de la rentabilidad de la actividad exportadora (que venía de un nivel alto).
Aunque el precio promedio del vino exportado ha aumentado en dólares, su incremento ha sido inferior a la inflación de Estados Unidos. Este fenómeno se ha dado en otros países, como Chile. El consumo mundial de vinos no aumenta, pero sí las importaciones mundiales, señal de la fuerte competencia en el sector, que termina tirando hacia abajo los precios.
A eso se agrega que los costos en dólares se han incrementado. En parte, por el valor de la materia prima (uva), con bajas cosechas en los dos últimos años, y en parte, por un dólar oficial que se ha rezagado con respecto a la inflación (especialmente en el periodo 2021/22), que se traduce en mayores costos en dólares.
La pregunta que plantea el análisis es si estos factores que afectan negativamente sobre la competitividad exportadora argentina son de carácter transitorio o permanente. En este último caso, sería más preocupante para el sector. Poca injerencia tiene nuestro país en los precios de exportación en dólares.
En cambio, las bajas cosechas de uvas parecen más de carácter temporario, aunque juega en contra la menor superficie cultivada con viñedos y la escasez hídrica. También parece transitorio el dólar oficial relativamente bajo, ante un escenario probable de un salto devaluatorio cuando asuma un nuevo gobierno nacional. Este hecho inicialmente favorecería a los exportadores.
Mejor noticia sería que se pueda implementar una política económica que consiga estabilizar la economía nacional (menor inflación) y fomente así las inversiones y las importaciones de bienes de capital y de tecnología, muy relevantes para elevar la productividad y la competitividad en el sector vitivinícola.
Actividad
Una aclaración previa: como en Estados Unidos también hay inflación, aunque no al nivel argentino, los montos en dólares serán expresados netos de la inflación del país del Norte o en dólares “constantes”. En los primeros cuatro meses de 2023, las exportaciones de vino de Mendoza han disminuido un 21% interanual y, dada su relevancia, en un porcentaje similar lo hicieron los vinos varietales fraccionados (Malbec y otros).
La disminución se explica por menores cantidades exportadas (-30% interanual), compensado con mayores precios en dólares constantes (13% ia). En el negocio exportador de mayor tamaño -varietales fraccionados-, los volúmenes han caído un 5% y su precio en dólares constantes disminuyó un 1% en promedio (en dólares aumentó, pero menos que la inflación en Estados Unidos).
En otros rubros de exportación, las variaciones han sido más fuertes. Así, en varietales a granel disminuyeron 41% en cantidad y aumentaron un 9% en precios. Mayor variación se da en mosto: -68% en cantidad y 27% en precios.
Si se vende menor cantidad a un mayor precio, se dice que predomina un efecto de contracción de oferta, es decir, ha habido menos para ofrecer. En principio, influye la menor cosecha de este año, aunque los vinos elaborados con esas nuevas uvas todavía no han salido a la venta. Otra hipótesis considera que se han incrementado los costos en dólares, que hace menos atractivo colocar vinos (especialmente, los de menor precio) en el exterior. Esas menores ventas generan un aumento en el stock de vinos.
Las ventas de vinos mendocinos en el mercado interno también han disminuido, pero en un porcentaje bastante menor (-8% en cantidades en los primeros cuatro meses de este año) y mucho menos en vinos sin mención varietal (-2%), rubro en el cual se venden mayores volúmenes
Rentabilidad
A partir de 2021, ha habido una disminución significativa de la rentabilidad exportadora. Esto se debe tanto a una caída de los precios de ventas y un aumento de los costos unitarios. En cuanto a los precios del vino fraccionado argentino importado por Estados Unidos mostraron una suba hasta la crisis financiera internacional, luego se estancaron y a partir de 2018 han ido disminuyendo.
¿Ocurrió lo mismo con los vinos de otros países? No a nivel global. Considerando a todos los que exportan a Estados Unidos, se observa que, con oscilaciones, su precio promedio cayó de nivel luego de la crisis financiera de 2008/9, pero se ha mantenido estable (con la excepción de la pandemia). En vinos franceses, es clara esa tendencia, sin embargo, en vinos chilenos, sus precios han disminuido (en dólares constantes) en los últimos años, similar a lo ocurrido con la bebida argentina. Esos menores precios parecen más asociados a países del Nuevo Mundo.
En otro país comprador, Brasil, también ha ocurrido algo similar. Los precios (en dólares constantes) de vinos importados por ese país vienen disminuyendo desde hace varios años, tanto para vinos argentinos como para el resto del mundo. ¿Por qué es menor? Entre varias hipótesis, una es que el consumo mundial de vinos se ha estancado, pero sus importaciones continuaron aumentando. Y en algún momento, para vender más vinos en otros países, sus precios comienzan a perder fuerza (señal de mayor competencia). Obviamente, este hecho juega en contra de los exportadores de vino mendocino.
En cuanto a los costos, el de la materia prima (uva y/o vino de traslado), debido a la menor cosecha de este año (y también del anterior), sus precios han aumentado significativamente. Por otro lado, el dólar oficial en Argentina ha venido aumentando menos que la inflación (fue notorio en el año 2021 y luego lo hizo gradualmente), lo que implica mayores costos en dólares oficiales.
Perspectivas
Resumiendo: menores precios promedio (tendencia mundial y más con vinos argentinos) y mayores costos (por menor cosecha y por un dólar que aumenta menos que la inflación) generan una menor rentabilidad para las bodegas exportadoras.
Un planteo sobre esos factores “negativos” es si son de carácter transitorio o permanente. Si es transitorio, el impacto negativo sobre la rentabilidad del sector también lo será. Los menores precios promedio de exportación pueden ser considerados más permanentes, ante un mundo vitivinícola muy competitivo, con un consumo mundial de vinos que no repunta (lo hace en unos países, pero cae en otros).
Se esperaría que las bajas cosechas de uvas sean transitorias, pero hay dos elementos a tener en cuenta: la menor superficie cultivada con viñedos (en parte, explicada por la baja rentabilidad de los viñateros) y la escasez hídrica, agravada posiblemente por el cambio climático (con menos nieve en las montañas).
Los altos costos en dólares, asociados a un dólar oficial relativamente bajo, serían más de carácter transitorio. La actual gestión nacional hace lo imposible para evitar el salto devaluatorio, con sus respectivos efectos colaterales, por ejemplo, las complicaciones generadas por las restricciones a importar insumos necesarios para producir. Es probable que, al asumir el próximo gobierno, se produzca ese salto, lo cual resultará beneficioso para el sector exportador.
Las dudas están en cuánto y si el dólar oficial se mantendrá caro luego de un periodo. Otro punto a favor es que hay una intención política de lograr una estabilidad económica (bajando la inflación). No es una tarea sencilla. Si se consigue, eso fomentaría mayores inversiones e importaciones, lo cual podría incrementar la productividad en el sector.