La primera reforma de la ley, conocida como “cláusula de sensatez”, recibe luz verde entre protestas y denuncias de “golpe” institucional por parte de la oposición al gobierno de Benjamin Netanyahu.
El Parlamento de Israel ha aprobado este lunes una controvertida cláusula del proyecto de reforma judicial presentado por el Gobierno, una decisión adoptada en medio de nuevas movilizaciones a nivel nacional contra los planes del Ejecutivo del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
La votación se ha saldado con 64 votos a favor y ninguno en contra después de que los parlamentarios de todos los partidos opositores decidieran abandonar el pleno de la Knesset ante la insistencia del Gobierno de sacar adelante la conocida como “cláusula de sensatez”, según ha informado el diario israelí ‘Haaretz’.
Israel no tiene una Constitución, sino una Ley Básica que sitúa a los Tribunales como único órgano de control efectivo sobre las decisiones del poder Ejecutivo. La cláusula en cuestión es la que permite que esto ocurra, por lo que la discusión en torno a la eliminación de la misma, impulsada por el gobierno de coalición entre la ultraortodoxia y la extrema derecha israelí del gobierno de Netanyahu, es altamente resistitda por la oposición, que se ha encargado de impulsar las protestas que llevan 8 meses interrumpiendo la vida civil en Israel.
Inmediatamente después de la votación, el ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, ha aplaudido el resultado y ha argumentado que la coalición “ha hecho todo lo posible hasta el último momento, pero desafortunadamente la oposición se ha opuesto”, tal y como ha recogido el diario ‘The Times of Israel’. Por su parte, Levin ha ensalzado lo que ha descrito como “un primer paso en un proceso histórico para corregir el sistema judicial”, mientras que Netanyahu se ha ido del pleno sin hacer declaraciones después de votar.
Para el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, “Israel es un poco más democrático y un poco más judío” con la aprobación de esta ley. “A la izquierda, a quienes están protestando, les diría que son nuestros hermanos y que os queremos, pero nuestro trabajo es gobernar y desarrollar una política totalmente de derecha. Hoy comprenderán la diferencia entre este gobierno y los gobiernos anteriores, con ayuda de Dios. Esto es solo el principio”, ha remarcado.
Desde la oposición, Lapid ha anunciado que recurrirán la ley antre el Tribunal Supremo. “No nos vamos a rendir. No vamos a convertirnos en Hungría o Polonia”, declaró.