El hijo del presidente de EE.UU. Joe Biden, ha sido nuevamente acusado por nueve delitos relacionados con evasión de impuestos y declaraciones fraudulentas. Los nuevos cargos se suman a los relacionados por armas de fuego.
Hunter Biden, el hijo menor del presidente estadounidense, fue acusado este jueves de nueve cargos relacionados con delitos fiscales, entre ellos evasión y declaración fraudulenta, tras una larga investigación del Departamento de Justicia sobre sus impuestos.
El equipo del fiscal especial David Weiss, del distrito central de California, acusa al hijo del presidente Joe Biden de haber participado “en un esquema de cuatro años para no pagar al menos 1.4 millones de dólares en impuestos que debía desde 2016 hasta 2019″.
El menor de los Biden, de 53 años, finalmente pagó sus impuestos de 2018, pero los fiscales alegan que incluyó “deducciones comerciales falsas con el fin de evadir la evaluación de impuestos para reducir las sustanciales obligaciones tributarias que enfrentaba”.
En un comunicado, el fiscal Weiss, nombrado por el expresidente Donald Trump, acusó a Hunter Biden de gastar “millones de dólares en un estilo de vida extravagante en lugar de pagar sus impuestos”. El hijo del presidente está ya imputado por tres cargos relacionados con la compra y posesión de armas, que es ilegal cuando se trata de una persona con adicciones, y que él adquirió en 2018.
La Cámara de Representantes de EE.UU., bajo el control republicano, también está investigando a Biden en el marco de las pesquisas abiertas contra su padre por supuestas irregularidades, como tráfico de influencias para beneficiar a familiares en negocios. Joe Biden ha insistido en que apoya a su hijo pese a su comportamiento problemático. Si es declarado culpable, podría enfrentarse a hasta 17 años de prisión.