La inversión irá para los fabricantes de armas, que pertenecen al rubro que más ha crecido y más ganancias ha tenido desde el comienzo del conflicto con Rusia.
Tras meses en los que se sucedieron los titulares sobre las menguantes reservas de munición de Ucrania en su lucha contra Rusia, la Unión Europea (UE) anunció una nueva iniciativa para acelerar su propia fabricación de armas durante los próximos 12 meses.
“La industria europea de defensa tiene que ver cómo podemos pasar al modo de economía de guerra”, declaró a la prensa en Bruselas el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, que ha estado visitando fábricas de munición en las últimas semanas.
“Estamos hablando de ampliar la producción existente, de modernizarla, quizá de crear nuevas cadenas de producción y nuevas fábricas dentro de plantas que ya existen, y también de reconvertir antiguas plantas de munición, que pueden adaptarse a las normas actuales”, dijo.
Según el plan, las empresas de la UE podrían beneficiarse de subvenciones por valor de hasta 500 millones de euros (552.000 millones de dólares) con cargo al presupuesto compartido del bloque. Todos los proyectos deberán ser cofinanciados por los Estados miembros, lo que podría añadir otros 500 millones de euros, según Breton.
El alto funcionario de la UE dijo que esperaba que la propuesta se aprobara antes de junio. La iniciativa, de dos años de duración, también permitiría a los Estados miembros utilizar para determinadas inversiones los fondos del bloque comunitario para la recuperación del coronavirus y el dinero destinado a las regiones más pobres (los llamados fondos de cohesión).
El anuncio es el tercer y último pilar de un plan acordado entre los Estados miembros de la UE en marzo, cada uno de ellos por valor de unos 1.000 millones de euros.
El primero utiliza fondos compartidos para reembolsar parcialmente a los Estados de la UE el armamento enviado a Kiev desde sus propios arsenales, y lleva ya algún tiempo en marcha. De hecho, Estonia ha sido criticada en las últimas semanas por aprovecharse, supuestamente, de los fondos conjuntos de la UE para reponer sus viejos arsenales, acusación que Tallin ha negado con vehemencia.
El segundo consiste en la adquisición conjunta de municiones para Ucrania, pero se vio frenado por un enfrentamiento político de trasfondo sobre si las empresas de defensa de fuera de la UE podrían beneficiarse de los valiosos contratos, en caso de que pudieran entregar más rápido que los competidores. Los embajadores del bloque europeo dejaron de lado sus diferencias y llegaron a un acuerdo el miércoles, según Suecia, actual titular de la presidencia de la UE, despejando el camino para que la compra colectiva siga adelante.