El primer ministro, Rishi Sunak, luego de los anuncios sobre el cumplimiento de la Agenda 2030, tuvo que dar marcha atrás en los plazos y ajustar los métodos ya que la crisis regional se impone.
El primer ministro británico, el conservador Rishi Sunak, anunció un “nuevo enfoque” en las políticas del Reino Unido contra la crisis climática, que incluye reducir o retrasar algunos de sus objetivos para rebajar las emisiones de CO2 en los próximos años.
El Gobierno aplazará en cinco años, hasta 2035, el veto a la venta de vehículos de combustión, ofrecerá “mucho más tiempo” para cambiar los calentadores de gas en los hogares, y eliminará los planes para impulsar el uso de coches compartidos y el reciclaje, entre otras medidas.
“Podemos adoptar una postura más pragmática, proporcionada y realista para llegar a cumplir el cero neto (en emisiones), que alivie las cargas sobre las personas trabajadoras”, declaró Sunak en un discurso que pronunció desde Downing Street, su residencia oficial en Londres.
El primer ministro anunció que no vetará nuevas prospecciones de crudo y gas en el mar del Norte ”algo que simplemente nos haría dependientes de energía cara importada de dictadores extranjeros como (el presidente ruso, Vladímir) Putin”, apuntó, y descartó cualquier impuesto para desincentivar los viajes en avión.
Además, queda prácticamente descartado el proyecto de obligar a los dueños de inmuebles puestos en alquiler a renovar sus propiedades para que cumplan ciertos criterios energéticos, que estaba previsto que entrara en vigor en 2028. También advirtió que no “dañará a los granjeros británicos poniendo tasas sobre la carne”.
Su Gobierno tampoco dará pasos para cambiar la “dieta” de los ciudadanos, ni “dañará a los granjeros británicos poniendo tasas sobre la carne”, dijo Sunak, que asumió la jefatura de Gobierno en octubre de 2022, tras el descalabro de Liz Truss, y afronta unas elecciones generales, previsiblemente el próximo año, en las que el Partido Laborista parte como favorito.
El mandatario británico afirmó que su país ha sido el que más rápido ha reducido sus emisiones en el G7, con un descenso de “casi el 50 % desde 1990″, mientras que “Francia (ha reducido) un 22 %, Estados Unidos no ha cambiado y China ha incrementado (las emisiones) un 300 %”.
“¿Cómo puede ser eso correcto, que los ciudadanos británicos tengan que sacrificar más que los demás?”, se preguntó Sunak, que advirtió de que “si continuamos por este camino, corremos el riesgo de perder el consentimiento de los británicos”.
Sus medidas han provocado ya el rechazo de fabricantes de automóviles como Ford, que ha alertado de que retrasar cinco años el veto a los motores de combustión puede “minar” las inversiones que ya ha hecho para preparar el camino de cara a 2030. Fabricantes de automóviles como el grupo Stellantis, propietario de Opel, Peugot, Fiat y otras marcas, y Jaguar Land Rover, han pedido “claridad” y “certidumbre” sobre la regulación medioambiental.