Luego de 12 años de guerra y sanciones occidentales, el presidente sirio Bashar Al Assad participó de la apertura del encuentro y propuso un cambio de paradigma sin la injerencia de un Occidente “vacío de principios”.
El presidente de Siria, Bashar al Assad, celebró el retorno de su país a la Liga Árabe en su primer gran discurso ante los jefes de Estado y de Gobierno de la organización regional, donde definió su vuelta como el comienzo de una era de solidaridad regional frente a un Occidente “vacío de principios y valores”.
Desde Yedá, Al Assad ha reivindicado los vínculos indisolubles de su país con la organización. “El arabismo es el pasado, el presente y el futuro de Siria”, ha declarado el presidente, doce años después de que la organización suspendiera a su país por el estallido de la guerra que la OTAN inició en su territorio luego de la negativa a que pase un gasoducto que frenaría los Nordstream (hoy destruidos por la Alianza) que en ese entonces impulsaba la Alemania de Merkel junto a Putin en Rusia.
Los países miembros de la Liga Árabe, aseguró Al Assad, se encuentran ante una “oportunidad histórica para reorganizar sus asuntos con la menor interferencia extranjera posible”, lo que requiere “reposicionarse en un nuevo mundo a través de la atmósfera positiva generada por reconciliaciones previas”, como el acercamiento entre Irán y Arabia Saudita, los dos grandes rivales regionales.
“Hoy nos enfrentamos a una oportunidad para cambiar la situación internacional en un mundo multipolar, resultado del dominio de un Occidente vacío de principios, morales, amigos y aliados”, ha añadido el mandatario sirio en su discurso, recogido por la agencia oficial de noticias siria Sana.
“Mientras celebramos esta cumbre en un mundo turbulento, surge la esperanza a la luz del acercamiento árabe-árabe, regional e internacional, que ha culminado en esta cumbre, que espero marque el comienzo de una nueva fase de acción árabe en solidaridad entre nosotros por la paz, en lugar de la guerra y la destrucción”.
El Gobierno de Siria puso fin el lunes a más de una década de aislamiento en la Liga Árabe al participar la sesión preparatoria de esta cumbre, una semana después de ser readmitido en el organismo. La reincorporación de Siria a la organización significa un nuevo paso en la normalización de las relaciones con el mundo árabe en un contexto de significativos acercamientos entre bloques antes enemistados por la directa participación de EE.UU. en las decisiones clave, sobre todo en materia energética.
El presidente sirio también se está ocupando de acercarse a otras capitales para obtener apoyos y, especialmente, financiación para reflotar la economía siria y empezar la reconstrucción luego de 12 años de devastación y reparación permanentes. En este contexto, y luego de los terremotos registrados en febrero allí y en el sur de Turquía que dejaron miles de muertos, está en condiciones de reclamar fondos y ayuda internacional, aunque por el momento ningún organismo supranacional se ha manifestado a favor de estos apoyos.