Mientras los recursos ucranianos se concentran en no ceder el control de Bajmut, las tropas rusas avanzan sobre otro frente que podría ser aún más crítico para Ucrania.
Ucrania, tras la llegada esta semana de la primera partida de tanques alemanes y británicos, anunció que la contraofensiva tendrá lugar al final de la primavera, mientras las tropas rusas parecen haber retomado la iniciativa en Donbás.
“Depende de las condiciones climatológicas. En primavera la tierra está muy húmeda. Se pueden utilizar sólo vehículos sobre orugas. Creo que (la contraofensiva) la veremos en abril-mayo”, dijo Oleksii Réznikov, ministro de Defensa ucraniano, en declaraciones a medios estonios. Réznikov explicó que el Estado Mayor espera al “momento adecuado” y que el contraataque tendrá lugar en varios sectores del frente, sin especificar.
El ministro, que pronosticó “cambios muy positivos para Ucrania” este año, se subió ayer a uno de los blindados Marder suministrados por Alemania, que también envió el lunes la primera partida de 18 Leopard-2. Con respecto a las promesas europeas de un millón de proyectiles, Réznikov admitió que el ejército ucraniano necesita más munición si quiere recuperar territorios.
Mientras, en el frente, y según el Instituto sobre el Estudio de la Guerra (ISW), el Grupo Wagner puede haber tomado el complejo metalúrgico AZOM en Bajmut, cuyos túneles sirvieron de trinchera durante nueve meses a los soldados ucranianos, con lo que controlarían ya el 65% de la ciudad, y ahora se estarían dedicando a despejar la zona de enemigos.
“La situación avanza en Artiomovsk (nombre ruso de Bajmut). Próximamente podremos hablar de un cerco real”, declaró Denis Pushilin, gobernador prorruso de Donestk, a la televisión rusa. El gobernador también se refirió a la situación en Avdiivka, un bastión ucraniano a escasos kilómetros de la capital regional, al señalar que los acontecimientos “se desarrollan bastante rápido, nuestros muchachos avanzan”.
“Tenemos determinados éxitos en la dirección de Kranohirivka (al norte), en Pervomaisk (al oeste)”, explicó. Pushilin añadió que las fuerzas ucranianas se encuentran en una situación muy difícil bajo los ataques rusos. “Vimos que la situación se agrava al interior de Aviivka. El enemigo, según sus declaraciones, prohibió la entrada a civiles, periodistas y voluntarios”, explicó.
Sin embargo, Zelenski se niega a entregar la ciudad, que se ha convertido en el símbolo de la carnicería que se está llevando a cabo en Ucrania, ya que mientras esperan la entrega de armamento de la OTAN, los soldados al frente que resisten en Bajmut son adolescentes y ancianos en su mayoría y están siendo masacrados.
El dilema del ejército ucraniano ahora es qué hacer con la localidad de Avdíivka, en las afueras de Donetsk, donde las fuerzas rusas también están intentando cercar la ciudad. Perder Avdíivka sería un revés aún mayor que la derrota en la batalla por Bajmut, ya que eso dejaría expedito el camino a las tropas rusas en el centro de Donetsk, según señaló ayer el ISW.