El grupo Al Shabab, ligado a Al Qaeda, abrió fuego de forma indiscriminada tras hacer explotar una bomba en las afueras del recinto, que se encontraba repleto de pasajeros.
El grupo yihadista somalí Al Shabab atacó un céntrico hotel próximo al palacio presidencial en la capital de Somalia, Mogadiscio, confirmaron fuentes del Ministerio de Defensa, sin poder precisar el número de víctimas. “Varios hombres armados irrumpieron en el edificio tras destruir el muro de seguridad con una fuerte explosión”, afirmó un oficial a los medios presentes en el lugar.
Los radicales atacaron el hotel SYL, frecuentado por legisladores y funcionarios gubernamentales, haciendo estallar un coche bomba al que siguió la irrupción en el establecimiento de varios pistoleros. “Los hombres armados todavía están dentro del hotel mientras las fuerzas de seguridad están respondiendo. Aún no está claro el número de víctimas mientras continúan los trabajos de rescate”, declararon los agentes de seguridad.
Según medios locales, varias personas resultaron heridas, entre ellas el periodista local y presidente de la televisión SMS Somali TV, Hassan Adde, algunos diputados del Parlamento de Somalia y un alto mando policial. Testigos indicaron que los atacantes disparaban indiscriminadamente al momento de irrumpir en el recinto. Al Shabab se atribuyó el atentado en la plataforma de mensajería Telegram.
El ataque ocurrió días después de que el Ejército somalí se retirara de varias ciudades del estado de Galmudug (centro) arrebatadas al grupo yihadista durante las operaciones militares lanzadas tras la llegada al poder del presidente del país, Hassan Sheikh Mohamud, en 2022, quien declaró ese año una “guerra total” contra el grupo terrorista.
Desde entonces, el Ejército, apoyado por la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia (ATMIS), ha desarrollado ofensivas contra el grupo, a veces con la colaboración militar de Estados Unidos. Al Shabab, afiliado desde 2012 a la red de Al Qaeda, perpetra frecuentes atentados en Mogadiscio y otros lugares para derrocar al Gobierno central -respaldado por la comunidad internacional- e instaurar en Somalia un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
El grupo controla zonas rurales del centro y el sur de Somalia y ataca también a países vecinos como Kenia y Etiopía. Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de terroristas islamistas y señores de la guerra.