22 de noviembre de 2024

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¿Cuáles son las cinco primeras causas de muerte y cómo se previenen?

¿Cuáles son las cinco primeras causas de muerte y cómo se previenen?
El Hospital Rawson.

Surge del informe de Estadísticas Vitales. En 2021, COVID-19 superó como primera causa a las enfermedades cardiovasculares.

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. Y Argentina no es la excepción. Lo que sí introdujo una excepción fue la pandemia: en 2021, según el último Anuario de Estadísticas Vitales, COVID-19 fue la primera causa de fallecimiento en el país.

En años considerados normales -es decir, sin una pandemia como la que atravesamos- las patologías del corazón ocupan el primer puesto. La enfermedad provocada por el coronavirus las desplazó al segundo lugar (salvo en los mayores de 75), seguidas por los diferentes tipos de cáncer, neumonía e influenza y el accidente cerebrovascular (ACV).

COVID-19
COVID-19

Esos cinco primeros lugares combinan enfermedades no transmisibles (cardíacas, cerebrovasculares y cáncer) con transmisibles (covid, gripe y neumonía). Pero tiene algo en común: en todas se pueden adoptar medidas que permiten reducir el riesgo de muerte por esas causas.

1. COVID-19

Según la publicación elaborada por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) que el Ministerio de Salud dio a conocer hace pocos días, en 2021 COVID-19 fue la primera causa de muerte entre las personas de 25 a 74 años y la segunda en los mayores de esa edad. No obstante, el 90% de las muertes por coronavirus fue en mayores de 50.

En ese sentido, el informe puntualiza que en 2021 la mortalidad estuvo un 26,3% por encima de lo esperado, es decir, que provocó lo que se conoce como exceso de mortalidad, que corresponde a casi 90 mil fallecimientos.

El exceso de mortalidad es una metodología que compara el número total de muertes esperadas -de acuerdo a la mediana de los años anteriores- con las muertes efectivas que ocurren durante una crisis (epidemia, pandemia, catástrofe). Si las muertes contabilizadas superan a las esperadas se considera que existieron muertes en exceso.

El análisis de los datos estableció que el mayor exceso de mortalidad se produjo en el primer semestre, cuando se produjo la segunda ola de COVID-19 por la introducción de variantes de mayor transmisibilidad y gravedad (principalmente Gamma) y cuando recién se iniciaba la campaña de vacunación.

Hoy la realidad es muy diferente. A más de tres años del inicio de la pandemia, la mayor parte de la población ya entró en contacto con el coronavirus e inició el esquema de vacunación. Según el Monitor Público de Vacunación, 38 millones de personas cuentan con el esquema completo y más de la mitad (22, 6 millones) se aplicaron al menos un refuerzo.

COVID-19
COVID-19

Las vacunas contra COVID-19 reducen el riesgo de complicaciones y muerte. En el momento actual, en el que la vida volvió a la normalidad prepandemia (principalmente gracias a la inmunización), son la herramienta más efectiva para protegerse.

“Aquellas personas de 6 meses o más que hayan completado su esquema primario (dos dosis o dos dosis +adicional) con un intervalo mínimo de cuatro meses pueden darse un refuerzo (sea el primero, el segundo o el tercero según corresponda)”, informan desde el Ministerio de Salud.

Cuántos refuerzos corresponden según la edad:

  • 6 meses a 2 años inclusive: primer refuerzo.
  • 3 a 11 años inclusive: segundo refuerzo.
  • 12 a 17 años inclusive: segundo refuerzo.
  • 12 a 17 años inclusive con inmunocompromiso: tercer refuerzo.
  • 18 años o más: tercer refuerzo.

La vacuna se encuentra disponible en los vacunatorios, centros de salud y hospitales de todo el país.

2. Enfermedades del corazón

Las enfermedades del corazón se encuentran agrupadas en el Anuario de Estadísticas Vitales dentro de la clasificación enfermedades del sistema circulatorio, a las que se asociaron aproximadamente una de cada cuatro de todas las muertes registradas.

La insuficiencia cardíaca y la cardiopatía isquémica son las que más muertes produjeron en 2021: 27.973 y 24.787, respectivamente. Mientras que a las enfermedades hipertensivas se asociaron casi 8.500 muertes. Y a la diabetes tipo 2, otro de los grandes factores de riesgo cardiovascular, casi 10.000.

Esas cifras pueden mejorar. ¿Cómo? Introduciendo mejoras en las dos instancias de prevención: primaria y secundaria.

La primaria consiste en adoptar medidas que contribuyan a evitar o retrasar la aparición de las enfermedades.

Pidió ayuda en Twitter para encontrar al médico que ayudó a un conocido en la calle cuando le dio un infarto.
Pidió ayuda en Twitter para encontrar al médico que ayudó a un conocido en la calle cuando le dio un infarto.

Mientras que la secundaria apunta a detectar en forma precoz, tratar y controlar (con hábitos saludables, medicamentos, procedimientos quirúrgicos) las patologías para enlentecer o frenar su progresión, así como reducir el riesgo de nuevos episodios cardiovasculares en personas que ya superaron uno (un infarto, por ejemplo).

En base a la revisión de más de 2400 artículos, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) actualizó recientemente sus pautas para mantener un corazón saludable (las mismas aplican también para el cerebro).

En un artículo publicado en Circulation, su revista insignia, dieron la bienvenida a mediados de 2022 a las nuevas pautas Life’s Essential 8, que reemplazan a las famosas Life’s Simple 7. Entre otras novedades, sumaron la salud del sueño al algoritmo.

Los mitos del entrenamiento de fuerza en mujeres. (Shutterstock / Jacob Lund)
Los mitos del entrenamiento de fuerza en mujeres. (Shutterstock / Jacob Lund)

A continuación, los ocho componentes esenciales para cuidar la salud del corazón y el cerebro:

. Dieta. Los consejos de la AHA son: apuntá a un patrón general de alimentación saludable que incluya alimentos integrales, muchas frutas y verduras, proteínas animales magras (aves sin piel, pescado y mariscos), frutos secos, lácteos bajos en grasa, semillas y cocinar con aceites no tropicales como el de oliva y canola. Limitá las bebidas azucaradas, el alcohol, el sodio, las carnes rojas y procesadas.

Dietas recomendadas por la AHA que cumplen con esas recomendaciones son la DASH y la dieta mediterránea.

. Actividad física. Los adultos deben realizar 2 horas y media de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa a la semana. Los niños, 60 minutos todos los días, incluidos juegos y actividades estructuradas.

. No fumar En el plazo de un año después de dejar de fumar, el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca se reduce a la mitad. El tabaquismo es la principal causa de muerte evitable y está relacionada con un tercio de todas las muertes por enfermedades del corazón y al 90% de los cánceres de pulmón.

. Duración del sueño. La duración del sueño está asociada con la salud cardiovascular. La mayoría de los adultos necesitan de 7 a 9 horas de sueño cada noche. Los niños necesitan más: de 10 a 16 horas para niños de 5 años o menos (incluidas las siestas); 9 a 12 horas entre los 6 y los 12 años; y de 8 a 10 horas para las edades de 13 a 18 años.

. Mantener un peso saludable. El IMC de 18,5 a 24,9 se asocia con los niveles más altos de salud cardiovascular.

En la actualidad, los trastornos del sueño afectan a casi la mitad de la población, y menos de un tercio de las personas que padecen esta alteración recurren a una consulta neurológica, ya que desconocen que pueden ser prevenibles y tratables.
En la actualidad, los trastornos del sueño afectan a casi la mitad de la población, y menos de un tercio de las personas que padecen esta alteración recurren a una consulta neurológica, ya que desconocen que pueden ser prevenibles y tratables.

. Medir y controlar los niveles de colesterol. Para mantener los niveles de colesterol bajo control aconsejan cumplir con las pautas de alimentación saludable, hacer actividad física, no fumar y tomar medicación en caso de que el médico la prescriba.

. Monitorear los niveles de azúcar en sangre. Con el tiempo, los niveles altos de azúcar en la sangre pueden dañar el corazón, los riñones, los ojos y los nervios.

. Controlar la presión arterial. En Argentina, se considera hipertensión a partir de 140/90 mmHg o 14/9.

3. Cáncer

Los tumores son la tercera causa de muerte en Argentina. En 2021 produjeron 130,4 fallecimientos cada 100 mil habitantes (un total de 62.364).

Según estimaciones del Observatorio Global del Cáncer (Globocan), ocurren unos 130 mil casos nuevos de cáncer por año en el país. Los cuatro más frecuentes (mama, colon, pulmón y próstata) son también los que más muertes generan.

De acuerdo a informe de Estadísticas Vitales, en 2021 los tumores en la tráquea, bronquios y pulmón produjeron 8.740 muertes, los de colon y recto 7.416, el cáncer de mama 5.939 y de próstata 3.585.

El cáncer no es una enfermedad si no muchas. Hay factores no modificables que aumentan las chances de desarrollarlo y que no se pueden modificar, como la edad, el sexo o la predisposición genética, por ejemplo.

Pero se estima que entre un tercio y la mitad de los casos podrían evitarse a través de la modificación de conductas vinculadas a factores de riesgo conocidos y sobre los que sí se pueden introducir cambios.

¿Cómo realizar tu autoexploración de mamas? Foto: Sanatorio Allende
¿Cómo realizar tu autoexploración de mamas? Foto: Sanatorio Allende

Esos factores son obesidad (vinculada a la mala alimentación y el sedentarismo), tabaquismo, infecciones, exposición a la radiación ultravioleta (UV) y consumo de alcohol.

Formulado por la positiva, los grandes hábitos protectores frente al cáncer son casi los mismos que ayudan a cuidar al corazón y al cerebro: alimentación saludable, ejercicio físico regular, control del peso, no fumar, evitar infecciones, protegerse del sol y la radiación UV y evitar o moderar el consumo de alcohol.

En cuanto a las infecciones que pueden predisponer al desarrollo de algunos tipos de cáncer, no todas se pueden evitar, pero algunas sí.

En ese sentido, se aconseja el uso de preservativo, la vacunación contra el virus de la hepatitis B (que previene el cáncer de hígado y es gratuita y obligatoria para las personas de todas las edades) y contra el VPH (reduce el riesgo de cáncer de cuello de útero, pene, ano, vulva, entre otros y está incluida en el calendario al cumplir en niñas y niños al cumplir 11 años).

La línea de cuidado frente al cáncer también incluye a la prevención secundaria, es decir, la realización de estudios de screening o rastreo que favorecen la detección temprana de algunos tipos de cáncer o de lesiones precursoras que, sin tratamiento, pueden convertirse en tumores.

Los controles indicados para los cuatro tipos de cáncer más frecuentes son: .

. Mujeres de 25 años en adelante deben realizarse el examen de PAP o Test de VPH a fin de detectar la presencia de VPH de alto riesgo, virus que si no se trata, con el tiempo puede convertirse en cáncer de cuello de útero.

. En mujeres a partir de 40 años, una mamografía anual ayuda a detectar el cáncer de mama en forma temprana, lo que eleva las posibilidades de curación.

. Hombres y mujeres a partir de los 50 años deben realizarse estudios de rastreo de cáncer de colon, como el test de sangre oculta en heces y/o colonoscopía.

. En hombres a partir de los 50 años se recomienda un control urológico anual para detectar en forma precoz el cáncer de próstata y evaluar su abordaje.

. Personas entre 55 y 75 años con antecedentes de tabaquismo, con un historial de fumar 30 paquetes por año (equivalente a 600 anuales), que fumen en la actualidad o hayan dejado el cigarrillo en los últimos 15 años deben someterse a detección temprana con tomografía de tórax de baja dosis de radiación, según el Consenso Argentino para el Tamizaje de Cáncer de Pulmón, que fue publicado recientemente por especialistas argentinos.

En todos los casos, las personas con antecedentes familiares deben iniciar antes los controles.

4. Gripe y neumonía

Las enfermedades del sistema respiratorio (entre las que no se incluye COVID-19) provocaron 63 mil muertes en 2021. Más de la mitad (33.812) corresponden a neumonía e influenza (el virus de la gripe).

La gripe y neumonía afectan a personas de todas las edades y su gravedad es variable: pueden provocar desde cuadros leves hasta ser potencialmente mortales.

Los grupos más vulnerables a este tipo de infecciones son bebés y niños pequeños, mayores de 65 años, y personas de cualquier edad que fuman, tienen problemas de salud (diabetes, enfermedades pulmonares crónicas, malnutrición, alcoholismo) o enfermedades que afectan al sistema inmunológico.

En esos grupos, que presentan mayor riesgo de complicaciones, en Argentina está indicada en forma gratuita y obligatoria la vacunación antigripal y contra neumococo.

Vacunatorio Central
Vacunación 

Foto Ignacio Blanco / Los Andes
Vacunatorio Central Vacunación Foto Ignacio Blanco / Los Andes

“La vacunación antigripal debe ser efectuada en forma oportuna, idealmente antes del comienzo del invierno, etapa de mayor circulación del virus influenza”, recordó el Ministerio de Salud hace pocos días, en el marco del lanzamiento de la campaña de vacunación.

“No obstante, y en consonancia con el escenario epidemiológico nacional, regional y local, la vacunación antigripal se continuará realizando durante el resto del año, debido a la dinámica de circulación viral”, sumó.

Las personas que no integran los grupos priorizados en el Calendario Nacional y que igual desean vacunarse pueden hacerlo en farmacias y vacunatorios privados.

La vacunación es la mejor estrategia para evitar casos graves, hospitalizaciones y muerte por gripe, neumonía y covid. Esas vacunas pueden aplicarse juntas, sin necesidad de que haya un intervalo entre ellas.

5. Enfermedades cerebrovasculares

En 2021, las enfermedades cerebrovasculares produjeron 18.612 muertes, según los registros de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS).

Si bien algunos factores de riesgo de ACV no pueden modificarse, la mayoría de los ACV (entre el 80% y 90%) están vinculados a factores de riesgo que son cada vez más prevalentes, pero que pueden modificarse.

Entre los que no pueden modificarse se incluyen la edad (el riesgo de sufrir un ACV se duplica cada década a partir de los 55 años), el historial de eventos cardiovasculares (infarto o ACV) en familiares jóvenes, o el haber tenido un ACV o un ataque isquémico transitorio (AIT) previo.

Los factores de riesgo sobre los que sí se puede intervenir son los mismos que amenazan al corazón y a la salud en general, porque se asocian también al desarrollo de otras enfermedades.

Estas son las infusiones que ayudan a bajar la presión arterial.
Estas son las infusiones que ayudan a bajar la presión arterial.

El más importante es la hipertensión arterial, seguido por el tabaquismo, el colesterol elevado, la diabetes, arritmias como la fibrilación auricular, el exceso de peso asociado a mala alimentación y sedentarismo, la apnea del sueño y el consumo de drogas.

Para evitar secuelas y/o muerte por un ACV también es clave actuar con urgencia ante la aparición de síntomas.

Se debe solicitar ayuda médica en forma inmediata (llamando al 107 o al número de emergencias de la obra social o prepaga) si una persona experimenta en forma repentina dificultades para hablar, desviación de la boca o falta de fuerza en brazos y/o piernas (por lo general de un solo lado).

Otros síntomas de alarma con los que puede manifestarse un ACV son problemas en la visión, un dolor de cabeza súbito y muy intenso, pérdida de la coordinación y el equilibrio y confusión y/o alteración de las capacidades cognitivas.

Las principales causas de muerte en el mundo

A nivel mundial, 7 de las 10 causas principales de muerte en 2019 fueron enfermedades no transmisibles, según un informe de la OMS que relevó y comparó datos entre 2000 y 2019.

Al igual que en Argentina en tiempos de normalidad (es decir, sin la pandemia), la mayor causa de muerte en el mundo la cardiopatía isquémica, responsable del 16% del total de muertes a nivel global. Desde el año 2000, el mayor aumento de muertes corresponde a esta enfermedad, que ha pasado de más de 2 millones de defunciones a comienzos del nuevo milenio a 8,9 millones en 2019.

El accidente cerebrovascular y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica fueron la segunda y tercera causas, que representaban aproximadamente el 11% y el 6% del total de muertes, respectivamente.

Las infecciones de las vías respiratorias inferiores continuaban siendo la enfermedad transmisible más mortal del mundo, situándose en 2019 como la cuarta causa de defunción.

Pero las principales causas de muerte cambian según los ingresos de cada país. En los países de ingresos bajos, las cinco primeras causas son afecciones neonatales, infecciones de las vías respiratorias inferiores, cardiopatía isquémica, ACV y enfermedades diarreicas.

En los países de ingresos medios altos: cardiopatía isquémica, ACV, EPOC, cáncer de tráquea, bronquios y pulmón e infecciones de las vías respiratorias inferiores.

Mientras que en los de ingresos altos, la enfermedad de Alzheimer y otras demencias ocupan el segundo lugar detrás de las enfermedades del corazón. El ACV, el cáncer de pulmón y EPOC ocupan el resto de los lugares.

En 2019, la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia se situaron como la séptima causa de defunción a nivel global. En Argentina, durante 2021, se asoció a 1500 muertes.

También se encontraban en ascenso las muertes por diabetes, enfermedades hipertensivas y renales a nivel mundial. Mientras que en las últimas dos décadas, por ejemplo, bajaron significativamente los fallecimientos por VIH/sida.

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