No es novedosa la táctica de entrenar cetáceos muy inteligentes con fines bélicos, sino que proviene de los tiempos de la Guerra Fría y fue utilizada tanto por rusos como por estadounidenses.
Un informe de la inteligencia militar británica publicado este viernes afirma que Rusia parece estar entrenando delfines de combate en la península anexionada de Crimea para contrarrestar a las fuerzas ucranianas.
En su último informe, anterior a esta publicación, sobre la situación en la región, el ministerio de Defensa británico explicó que desde hace un año Rusia efectuó “importantes” mejoras en Sebastopol, principal base para su flota del mar Negro. “Esto incluye al menos cuatro capas de redes y barreras en la entrada del puerto. En las últimas semanas, es muy probable que estas defensas hayan sido reforzadas por un mayor número de mamíferos marinos adiestrados”, escribió en Twitter.
“Las imágenes muestran casi el doble de jaulas flotantes de mamíferos en el puerto, que muy probablemente contienen delfines mulares”, precisó, considerando que estos animales están “probablemente destinados a contrarrestar a los buceadores enemigos”. Varios ejércitos, en particular el estadounidense y el ruso, retomaron en las últimas décadas la vieja práctica de utilizar cetáceos altamente inteligentes para usos militares, una estrategia ampliamente aplicada durante la Guerra Fría sobre todo.
En Crimea existe un centro de adiestramiento de mamíferos marinos desde 1965, que tras la caída de la Unión Soviética en 1991 fue cerrado y sus delfines vendidos a Irán, según la prensa rusa. Por su parte, la marina ucraniana lo reabrió en 2012, pero tras la anexión de la península en 2014 pasó nuevamente a estar bajo control de Moscú.
Según el informe británico, la marina rusa ha utilizado ballenas beluga y focas para diversas misiones en aguas del Ártico. Una ballena con arnés que apareció en Noruega en 2019, desatando especulaciones de que estaba siendo utilizada para vigilancia, reapareció frente a las costas de Suecia el mes pasado. Los noruegos la apodaron “Hvaldimir”, un juego de palabras con la palabra “ballena” en noruego (hval) y el nombre ruso Vladimir. Su arnés tenía un soporte adecuado para alojar una cámara y las palabras “equipamiento San Petersburgo” impresas en los cierres.
Durante la Guerra Fría, tanto la Unión Soviética como Estados Unidos utilizaron delfines, entrenándolos para detectar submarinos, minas y objetos o individuos sospechosos cerca de puertos y barcos.