Debido a los magros resultados de la guerra con Rusia, los escándalos de corrupción y la difícil situación de las tropas en el frente, los líderes que apoyaron a Kiev hasta acá estarían preparando el escenario para instaurar un nuevo gobierno por la fuerza.
Larry Johnson, veterano de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por su sigla en inglés), cree que la “mano invisible” de Occidente está orquestando lo que puede desembocar en un cambio de régimen en Ucrania, según declaraciones realizadas a medios difundidas en las últimas horas.
Las señales de una lucha interna en Ucrania se han manifestado recientemente en el abierto desafío del comandante en jefe, el general Valeri Zaluzhni, a los planes de guerra ininterrumpidos de Volodímir Zelenski; la misteriosa muerte de un estrecho colaborador de Zaluzhni, y la negativa del presidente ucraniano a celebrar elecciones el próximo año.
Según Johnson, la extensa entrevista de Zaluzhni a la prensa británica, que provocó tanta ira en la calle Bankovaya —residencia presidencial ucraniana— no fue en absoluto casual. “Siempre es importante prestar atención a lo que ocurre en los medios de comunicación, porque estas historias no aparecen de la nada”, dijo Johnson a Sputnik.
En la entrevista, publicada los primeros días de noviembre en el semanario británico The Economist, el comandante afirmó que la guerra “en estos momentos se está convirtiendo gradualmente en una guerra de posiciones (...)”. Según el general, la situación de estancamiento empezó a manifestarse en verano pasado, lo que conduce a la prolongación del enfrentamiento armado.
“El simple hecho es que vemos todo lo que hace el enemigo y ellos ven todo lo que hacemos. Para salir de este callejón sin salida necesitamos algo nuevo, como la pólvora, que inventaron los chinos y que todavía utilizamos para matarnos unos a otros”, enfatizó.
Esto generó un revuelo en el gobierno de Zelenski, que enseguida salió a desmentir los dichos de su general, afirmando que no es cierto que se haya estancado el avance y lanzando, posteriormente, una nueva campaña de recllutamiento para un ejército en el que hay combatientes de 60 años, hombres de mediana edad que hace más de un año que no tienen un descanso y reclamos de toda índole mientras los números de muertos rondan los 200.000 según estimaciones oficiales, aunque se calcula que podrían ser casi el doble.
Este conjunto de situaciones, sumado a los numerosos escándalos de corrupción y enriquecimiento que, aunque poco difundidos por la prensa internacional, sacudieron al país en varias ocasiones, además del descomunal gasto en armas que continúa incrementando la deuda de Ucrania con toda la OTAN y los aliados, habrían conformado el caldo de cultivo ideal para que la salida de Zelenski sea forzada.
Asimismo, la muerte del ayudante del comandante en jefe, Gennadi Chastiakov, huele a un posible sabotaje del infame servicio de seguridad ucraniano, según el exanalista de la CIA. “Esta granada que estalló... He visto en un par de relatos diferentes que alguien le dio una granada cargada y luego su hijo estaba jugando con ella y accidentalmente tiró del pasador y estalló. Pero parece un sabotaje. Y Zelenski sigue teniendo apoyo dentro del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y no sería en absoluto ajeno al SBU que Zelenski pensara que es una buena idea enviar un mensaje como este para intentar intimidar a Zaluzhni”.
Parece que los responsables occidentales no se hacen ilusiones sobre Zelenski: saben que tenía cero cualificaciones para asumir la presidencia, pero era “un cómico famoso por su habilidad para utilizar sus genitales para tocar el piano”, ironizó el veterano de la CIA, quien afirma que Ucrania ya ha perdido la guerra y lo que falta es que pase el “barrido” y se acuerde la paz con Rusia.