La violencia no da tregua en el país africano que desde hace ya varios años transita una inestabilidad política fatal.
Los enfrentamientos entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en Sudán continúan a pesar de la decisión de alto el fuego de las partes por segunda vez proclamado este miércoles.
Los choques en la capital, Jartum, comenzaron alrededor del mando general del ejército, el Palacio Presidencial y el aeropuerto. El humo denso se eleva mientras se escuchan disparos en el área. A medida que el conflicto entra en su sexto día, no se sabe quién violó el alto el fuego o si los ataques fueron mutuos.
Las partes anunciaron que cumplirían con el llamado de la comunidad internacional a un alto el fuego de 24 horas para ayuda humanitaria y evacuaciones el 18 de abril y ayer. Algunas localidades civiles y comercios recibieron daños por cohetes y balas en la capital. 2 sudaneses y 2 sirios perdieron la vida tras la caída de un cohete en un negocio en la calle de Sittin.
Mientras tanto, el Ministerio de Defensa de Chad anunció que 320 soldados sudaneses que huyeron de los conflictos pasaron a su territorio. El ministro de Defensa de Chad, Davud Yahya, afirmó que los soldados que se rindieron a las fuerzas de seguridad chadianas huyeron de su país “por temor a ser asesinados” por las FAR que se enfrenta con el ejército sudanés.
El comandante del ejército de Sudán, Abdelfatah al-Burhan había declarado que obedecería el alto el fuego tras el llamado de la comunidad internacional. Por su parte, el comandante de las FAR, Muhammed Hamdan Dagalu, había aceptado la oferta de alto el fuego.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció ayer que el número de personas que han muerto debido al conflicto en curso en Sudán aumentó a 300.