Es una de las hipótesis debido a que los miembros del clan Sena pidieron esos elementos cuando ya sabían donde estaba la víctiima.
A Cecilia Strzyzowski (28) se la querían “sacar del medio” los Sena. Ya sea apretándola o matándola. Esa es una de las líneas que maneja la fiscalía que investiga el femicidio de la joven desaparecida hace 20 días.
No solo eso, también tienen una posible línea de trabajo sobre cómo se habría ejecutado la maniobra: un crimen sin sangre, un campo con movimiento contrarreloj sobre el cuerpo durante todo un fin de semana.
Según pudo saber Clarín, la hipótesis que maneja la fiscalía es que la joven fue asesinada dentro de la casa de Santa María de Oro 1460, en Resistencia, el mismo viernes 2, cuando se la vio entrar por última vez. Una de las hipótesis más fuertes habla de un posible estrangulamiento.
Para la investigación, la punta más fuerte es que Marcela Acuña sería “la ideóloga” del crimen. Es la persona que había presionado a su hijo César para que se divorcie de la joven apenas unas semanas luego del matrimonio que habían contraído a espaldas de los Sena.
En su declaración testimonial César mismo indicó que el divorcio se produjo luego de un arreglo económico, por el cual Cecilia se llevaría dinero en efectivo, un terreno en barrio Emerenciano y capital para abrir un local, la cafetería Gato Negro.
Acuña declaró este jueves en indagatoria que ella vio “un bulto” similar a “un cuerpo” dentro de la casa el día viernes 2 de junio, cuando se cree que fue el homicidio. Este punto complica a su hijo, pero la libera tanto a ella como a su marido, que llegaron a la casa alrededor del mediodía.
Actualmente los tres Sena están apuntados como coautores del crimen, una repartición de responsabilidades que se terminará de resolver el próximo martes cuando la fiscalía que encabeza Jorge Cáceres Olivera pida la prisión preventiva y justifique lo que creen que hizo cada uno.
En las últimas horas César habría declarado ante un cura de confianza que “no sabe si puede perdonar a los padres por lo que le hicieron”. Rafael Del Blanco, el cura, luego lo ventiló en una entrevista televisiva. Este viernes el fiscal Jorge Fernández Gómez dijo que citarían a declarar como testigo al párroco “siempre y cuando analicemos si en vez de ayudar entorpece”. Es decir, que no embarre la cancha.
El operativo en Campo Rossi
El proceso para deshacerse del cuerpo duró todo el fin de semana. Según teoriza la fiscalía, lo habrían llevado a la chanchería ubicada en Campo Rossi. Allí lo incineraron, en un fuego que duró varios días. Gustavo Melgarejo, casero del lugar, y su esposa Griselda Reinoso, habrían estado a cargo de “avivar las llamas” de viernes a lunes. Fueron cuatro días.
Luego, comenzó el proceso para “descartar el cuerpo incinerado”. Para eso, creen que lo trituraron a golpes con “un elemento contundente”, según contaron a este diario fuentes con acceso al expediente. Si bien ninguno de los testigos lo confesó abiertamente, las distintas declaraciones van armando el rompecabezas sobre lo que pasó.
Una posibilidad es que haya sido las palas que habían solicitado Gustavo Obregón y César Sena a Gustavo Melgarejo, el casero de la chanchería. Según contó en declaración testimonial, el lunes 5 cerca de las 13 los dos llegaron en un Citroen C4 y habían pedido una pala ancha para juntar abono. El casero dice que se fueron al fondo del campo sacaron del auto una bolsa blanca, donde la policía luego encontró “una especie de trapos con manchas”, según declaró
Luego, esos restos calcinados y golpeados fueron puestos en una bolsa y arrojados al río Tragadero. “Tiraron bolsas, prendieron fuego, se fueron y cuando volvieron, juntaron los restos y los tiraron al río. Es básicamente la mecánica”, cuentan fuentes judiciales, aunque indican que trabajan en conseguir más precisiones
Esta punta llega luego de la declaración de Obregón, chofer personal de los Sena, quien fue la persona que brindó mayores precisiones en las dos ocasiones en que declaró. Lo que él dijo, luego se corroboró. “Se quiso despegar del caso, rompió el pacto de silencio”, habían dicho fuentes judiciales a Clarín.
La declaración de Obregón hizo que el equipo de la fiscalía ordene una pericia más precisa y se realice un dragado en Río Tragadero utilizando bolsas de arena.
En ese lugar efectivamente se halló la pista que podría torcer definitivamente la causa. Se trata de una bolsa con fragmentos de huesos, que están siendo peritados por un equipo de antropología forense del Poder Judicial de Córdoba.
En esa misma bolsa apareció además un dije en forma de cruz, visiblemente calcinado, que pertenecería a Cecilia. Si bien la joya no fue reconocida en la fiscalía por la familia, extraoficialmente vieron las imágenes y comentaron a la prensa que es igual a una que siempre tenía Cecilia y no se quitaba nunca.
El hallazgo tuvo lugar este martes y si todavía no fue puesto en conocimiento de la familia es porque el equipo de fiscales de Chaco trabajan con absoluta cautela para evitar cualquier tipo de nulidad que pueda pedir la defensa. Sin un cuerpo, cada prueba que pueda producir la fiscalía vale oro.
Se espera que finalmente mañana viernes la madre de Cecilia concurra a la fiscalía para ver si reconoce el dije.
Chaco. Enviado Especial.