21 de mayo de 2024

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Con el objetivo de ser candidato a presidente, Massa prepara una batería de medidas contra la inflación, se postularía el 24 de junio

Sergio Massa.
Sergio Massa.

Pese al récord de inflación de abril, el ministro se aferra a lograr acuerdos con China y Brasil para revertir la falta de dólares. El 24 de junio, finalmente se presentaría como candidato único acompañado por el kirchnerismo, la CGT, los intendentes y gran parte del peronismo.

Cuando nadie cree que el reloj se pueda estirar mucho más, el oficialismo sueña con un alineamiento cósmico que permitiría obtener dólares de algún lado (los tiempos para el posible adelanto de dinero -front load- del FMI están cada vez más traicioneros), pero aspira resultados del viaje que Sergio Massa hará el 30 de mayo a Shanghai para tratar de consolidar -con el apoyo de Lula- una excepción en el banco de los Brics, que por estatuto no pueden prestar a países que no sean miembros. La ecuación es un poco delirante porque necesitaría de la ayuda de Vladimir Putin para producirse. El infierno está cerca si los dólares no aparecen

Sergio Massa elige creer

El ministro de Economía sueña con un junio donde llegue plata de afuera y el número de la inflación de mayo sea, por lo menos, unas décimas menos que el 8,4% de abril. La escena de la ilusión -que buena parte del kirchnerismo acompaña- incluye grandes anuncios de redistribución de ingresos, la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner que aportaría un cambio histórico en la matriz exportadora de la argentina (que para octubre debería ser la mitad agroexportadora y la otra mitad exportadora de energía por primera vez en la historia).

En esa narrativa, el 24 de junio, finalmente, Massa se presentaría como candidato único acompañado por el kirchnerismo, la CGT, los intendentes y gran parte del peronismo. La ilusión incluye el anhelo de Cristina de pelear un balotaje contra Milei y dejar en el camino a Juntos por el Cambio.

En ese mundo ideal, Alberto Fernández ya ni opina

De hecho, los 20 metros que separan Economía de la Rosada ya son un abismo. Y esta semana el ministro de Economía lo dejó claro. Apareció en el summit de la Cámara de Comercio Americana para abortar el último proyecto que le queda al Presidente: lograr que haya competencia interna en el Frente de Todos y mostrarse como un hombre de Estado. Massa siguió un raid intenso con ese discurso, inaugurando un gasoducto con Axel Kicillof (¿no parecía una foto de campaña?) y, en otro acto en la ciudad de Navarro, remató así: “no nos entra un quilombo más, orden político para que haya orden económico”.

El riesgo es confundir deseo con realidad. La realidad dice que somos el segundo país del mundo con más inflación en alimentos según un informe de seguridad alimentaria del Banco Mundial. Solo nos supera El Líbano y abajo escuchá quiénes están: Zimbabwe, Irán, Turquía, Egipto, Surinam, Ruanda, Laos y Ghana.

Te cito acá apenas dos textuales de un larguísimo Focus Group recién hecho por una de las consultoras más serias del mercado. Son palabras que imagino que también pueden representarte a vos. Los grupos, en este estudio, incluyen personas del AMBA y de Rosario y, además del narcotráfico, les preguntan por el país y sobre el futuro. Los que responden son argentinos y argentinas, jóvenes y adultos, repartidos equitativamente entre quienes aprueban y quiénes no al gobierno nacional.

  • “Vamos a estar igual o peor, no creo que levante, lamentablemente siempre tuvimos políticos corruptos. No hay una mejoría, está enferma la Argentina, es incurable”, dice una persona del conurbano que vota al Frente de Todos.
  • “Estamos entre la incertidumbre y la inviabilidad. Tengo la sensación de que se está haciendo bastante inviable este país, de no llegar a fin de mes, es realmente una locura”. El que habla es rosarino.

A este combo complejo, se sumó la variable institucional

El viernes pasado, entre los movimientos cada vez más calmos de la Casa Rosada, el ministro de Justicia, Martín Soria, avisó con un llamado que una bomba podía estallar. Supieron entonces que los expedientes por las impugnaciones a las candidaturas de San Juan y Tucumán habían acelerado su curso y circulado por todas las vocalías de la Corte Suprema.

Alberto Fernández no se mostró preocupado porque Manzur le había asegurado que no fallarían antes de las elecciones. La fuente de Manzur estaba de viaje por Europa cuando tres jueces de la Corte resolvieron la cautelar. En otros despachos, no estaban tan tranquilos y lo que siguió ya es público. Ni el exjefe de Gabinete ni nadie espera ya que la Corte falle a favor cuando resuelvan la cuestión de fondo.

El episodio sirvió para aglutinar al peronismo. Fue desde ahí que en el massismo y el kirchnerismo se volvieron a ilusionar.

Lo prometido es deuda. Ampliamos la guerra del PRO.

Mauricio Macri le dijo a María Eugenia Vidal que no va a bajar a Jorge Macri, su primo, de la carrera porteña. La alternativa de Vidal como solución a la guerra entre Larreta y el expresidente está más fría que nunca.

Restan cuatro semanas para la definición de las precandidaturas pero ella ya busca destino como presidenta del PRO. Es que no fue buena la conversación íntima que tuvieron antes del viaje del expresidente a Miami (adonde fue a ver la Fórmula 1 pero incluyó un vuelo privado para jugar al golf junto a Alejandro Mac Farlane, Marcos Galperín y un empresario y productor de medios).

El destino que Macri pensó para MEV es indisimuladamente bullrichista: “Apoyá públicamente a Patricia que ella necesita ayuda”, le dijo Macri. Sus planes incluyen ideas que pondrían furioso a Larreta: “Si ella gana, Horacio debería ser su jefe de Gabinete y si él no acepta, ese lugar tendrías que ocuparlo vos, María Eugenia”.

Larreta dedicó la semana al armado que más sueña, un frente de frentes con un sector del peronismo en alianza con Juan Schiaretti. Se vieron a solas esta semana. A todos los hilvana la ambición y el mismo miedo: cómo llega este país a las PASO con la inflación espiralada y ninguna certeza de dólares.

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