El caso Cecilia: una relación fantasma, una suegra con odio y los chats que revelan lo que no se sabía

El caso Cecilia: una relación fantasma, una suegra con odio y los chats que revelan lo que no se sabía
Cecilia Strzyzowski y César Sena.

Los mensajes que tuvo la víctima a través de whatsapp con distintas personas van esclareciendo lo que pasaba en el seno de la pareja y de la familia Sena.

Siguen apareciendo mensajes de Cecilia Strzyzowski con distintas personas de su círculo íntimo que van dando diferentes pistas sobre cómo era su verdadera relación con su pareja.

También se va teniendo conocimiento de los problemas de la familia Sena y como impactaban en Cecilia y su pareja, debido a que la relación con su suegra no era la mejor según contó en los mensajes.

En las redes sociales Cecilia Strzyzowski y César Sena se mostraban como una pareja “perfecta” para los demás. Vivían compartiendo fotos de ellos dos, él le llevaba flores, tenían un puñado de perritos que eran como los hijos de la pareja, se dedicaban posteos. Una relación melosa, que hizo que sea tan shockeante en un primer momento la desaparición de la joven y los indicios que apuntaban al chico a quien ella llamaba “mi rey” en Instagram.

Pero debajo de esa apariencia, la relación atravesaba problemas estructurales que tenían preocupada y asustada a Cecilia. Especialmente vinculados con la mala relación con su suegra, Marcela Acuña, y un episodio violento en particular, cuando César agredió físicamente a su pareja durante una pelea.

Esta angustia que atravesaba Cecilia la compartía apenas con una persona de extrema confianza, a quien reveló este episodio ocurrido el pasado 3 de mayo, Fue pocas semanas antes de que comience a rodar la idea del falso viaje a Ushuaia y de la desaparición de la joven.

Esta persona, que hoy aparece en la causa como testigo de identidad reservada, aportó una serie de chats que tuvo con Cecilia durante los últimos meses, donde ella le confiesa sus inquietudes, los problemas familiares y la agresión. Este fue un punto clave que rompió algo en la confianza que la joven tenía con su marido.

Clarín pudo ver el contenido de estas conversaciones, que se reproducen de manera limitada para preservar la identidad de una figura clave para la causa. Son tres escenas en particular, que dejan entrever un poco más de la forma en que César se vinculaba con la víctima. Y un breve fragmento que no habría sido escrito por la joven sino que serían parte de la mentira del viaje para encubrir el crimen.

Los últimos mensajes del 1 y 2 de junio

C: Holaaaaaaaaaaaa

C: Como vaaaaa???

C: Yo estoy muy ansiosa

C: Estoy por viajar a Ushuaia😳

C: Vamos a ver un contrato laboral

El primer elemento que aparece es una serie de chats que esta persona de confianza tuvo con Cecilia en las horas previas al viaje a Ushuaia. Estos mensajes son del 1° de junio entre las 18 y las 20. Allí ella mostraba algunas fotos de las valijas que estaba preparando, charlaba sobre las mudas de ropa que necesitaba, que extrañaría a sus perritos o que le tenía miedo al avión

C: A mi me quitan mi marido🙃

Según cuenta, el plan era ir a Buenos Aires el viernes y el domingo seguir viaje al sur. Allí verían un contrato laboral en principio. En esa charla aparecen algunas bromas cruzadas y Cecilia responde a un audio, en tono sarcástico, que a ella le quitan a su marido, aunque no profundiza más que eso.

C: Ya estamos en CABA

C: Es hermosooo

La escena siguiente es el día viernes 2 a las 15.19. Allí el testigo le desea buen viaje a Cecilia, a lo que responden que ya estaban en Buenos Aires, y que “era hermoso”. Pero a esa hora la joven ya estaba desaparecida. Unas horas antes, a las 9.15, había ingresado a casa de los Sena, en calle Santa María de Oro, de donde no se la vio salir con vida.

Los investigadores sostienen que el crimen habría sido cometido en ese lugar durante el viernes. Por lo que la persona que redactó ese mensaje ya estaba ejecutando el plan despiste, que luego se extendería a las conversaciones con la familia de la chica.

“Mi suegra me odia”, mensajes del 6 y 7 de octubre

C: No se peleó con la madre y parece que le levantó la mano 🖐️

C: No sé, no me contesta

C: Y no sé quién le pegó a quién o qué pasó

C: Sabés que no perdono la violencia

C: Si él le pegó a su mamá, no se lo voy a perdonar

C: Y no está tomando sus pastillas

C: Era de esperar que reaccione así

C: Pero ahora no sé si es verdad o sólo está haciendo el show para que yo no hable con su mamá

La segunda tanda de chats tiene lugar al otro día, cuando ella tenía pensado hablar con su suegra por la enemistad que tenían. El chat ocurre poco antes de las 20, y deja entrever que no pudo charlar.

Es que Cecilia cuenta que hubo una pelea entre César y Marcela, de la que no tiene mucha más información. Lo que sí, entiende que hubo algún tipo de agresión física, pero no sabe de quién a quién y no aporta más precisiones. Pero sí que hubo ejercicio de la fuerza.

“Sabés que no perdono la violencia. Si le pegó a su mamá no se lo voy a perdonar”, dice Cecilia, tajante. Pero también deja abierta la puerta a que pueda ser parte de un montaje de su marido para despistar y evitar que ella hable con su madre finalmente.

La agresión, el 3 de mayo

C: Estoy muy triste

C: Pasó algo muy feo hoy entre César y yo

C: Se arruinó todo

C: Todooo

C: Y ahora no sé qué hacer

C: Siento que desperdicié casi dos años de mi vida

C: Que todo daba vueltas alrededores de él. No me di cuenta que dependo tanto de él hasta hoy.

C: Si él se va, me quedo sin nada, todo, hasta mi trabajo depende de él

C: No sólo mi vida emocional

C: El amor que le tengo, los sueños que teníamos juntos

C: Pero si me quedo, si se queda, puede volver a pasar lo de hoy

C: Y tengo miedo

C: De que vuelva a pasar

C: Estábamos discutiendo por una pavada y me dijo cerrá el orto. Y yo me quise bajar de la camioneta y me metió de nuevo a la fuerza

C: Pero es la primera vez que es violento conmigo y me dio miedo.

La última tanda de mensajes que aparecen en el escrito revelan un punto de inflexión dentro de la pareja, donde Cecilia cuenta por primera vez que fue agredida por César en el marco de una discusión que califica como “una pavada”.

La chica habría querido bajarse de la camioneta y el joven le aplicó una peligrosa maniobra tipo de artes marciales para tomarla del cuello y mantenerla adentro. Este último punto se lo comentaron fuentes de la familia a Clarín, en base al testimonio del confidente. Hasta ese momento, desde el círculo de Cecilia no estaban al tanto de la peligrosidad ni la violencia del chico.

C: No había nadie que pudiera ayudarme o hacer algo.

C: Te juro que no sé qué hacer

C: Ahora él pidió turno para ir al psiquiatra porque bien no está

C: Pero yo no sé, siento que se me viene el mundo encima

C: Y no pudo hablar con nadie más

C: Si alguien de mi familia se entera lo van a matar

Es que Cecilia había decidido no contar nada para evitar conflictos. Por un lado le cuenta a su confidente que podría disparar el enojo de su familia con su pareja. Por el otro, ella siempre trató de mantener a su madre y hermana alejadas del clan Sena. Sabía que eran particularmente pesados. Incluso insistía para poder sacar a César de ese entorno y animarlo a que estudie una carrera propia y se independice de Emerenciano y Marcela.

La agresión disparó algo más en Cecilia. Allí se dio cuenta del grado de dependencia que se había generado respecto a su pareja a nivel económico, laboral y emocional. Algo se despertó en ella y se asustó. Su marido no era la persona que creía que era. Un mes mas tarde, se convertiría en el principal sospechoso de su femicidio.

C: Si muestra algún indicio violento otra vez, voy a terminar todo

C: Ya pasó el límite

C: Hoy vi mi vida delante de mis ojitos

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