En los dos casos, Tucumán y San Juan, todas las encuestas indicaban que los actuales oficialismos tenían buenas posibilidades de ganar.
La Corte Suprema de Justicia tomó una medida de carácter extremo, que puede cambiar la historia política de dos provincias argentinas que estaban a punto de elegir a sus nuevos gobernadores. Más precisamente, lo que puede cambiar es la historia del peronismo en esos dos distritos.
Por eso mismo, que la Corte suspenda las elecciones para analizar las denuncias presentadas contra los candidatos que tenían buenas posibilidades de imponerse forzosamente tendrá consecuencias -todavía imposibles de prever- en el futuro de esos dos distritos.
La Corte suele esquivar las definiciones en cuestiones electorales, y más en los casos como estos, en los que queda claro que sus veredictos modificarán la conformación de los futuros poderes ejecutivos -e incluso legislativos- de dos provincias. Lo hace porque los jueces prefieren situarse a sí mismos por encima de las peleas políticas y porque se consideran la cabeza de un poder contramayoritario capaz de resistir los vaivenes de las preferencias electorales de la población.
Sin embargo, esta vez -como ocurrió antes en los límites a las reelecciones en Santiago del Estero, Río Negro y La Rioja- los jueces consideraron que la gravedad de las denuncias hacía pertinente su intervención.
En la Corte quieren tener resuelta la cuestión de fondo -es decir, definir si Juan Manzur puede ser candidato a vicegobernador en Tucumán y si Sergio Uñac puede ser reelecto en San Juan- este mismo mes, para que las dos provincias puedan volver a convocar las elecciones de cargos provinciales y el peronismo cambiar sus candidatos en caso de que haga falta.
Las dos provincias reaccionaron de modo diferente ante la decisión de la Corte.
El Tribunal Electoral de San Juan anunció que suspenderán la elección del gobernador, pero mantendrán vigente la elección de los 36 diputados provinciales, los intendentes y los concejales. Eso sí, dijeron que no tienen tiempo de reimprimir las boletas así que los votantes verán el nombre de Uñac en las listas y podrán introducir ese tramo en las urnas, a pesar de que no será contabilizado en el recuento.
En ese escenario, Uñac, aún cuando más delante la Corte le impida presentarse, podrá decir que los legisladores, intendentes y concejales ganadores llegaron con su boleta. Esa situación lo pondrá en un lugar inmejorable para designar a un delfín suyo como candidato a sucederlo y enfrentar a los postulantes de Juntos por el Cambio, que quedaron envalentonados por el traspié de Uñac.
En cambio, el vicegobernador tucumano, Osvaldo Jaldo, se apuró a decir que acatará el fallo de manera integral y por eso suspenderá las elecciones en su totalidad en Tucumán.
En rigor, si la Corte termina definiendo que Manzur no puede ir en la boleta, Jaldo podrá ser candidato a gobernador y podrá elegir al acompañante que desee, sabiendo que su peor enemigo interno quedará fuera de combate. ¿Se animará después a hacerle monumentos a los miembros de la Corte en su provincia?
